Yamileth ha tenido que hacer sacrificios que hoy rinden frutos: representar a México en un mundial de karate
La deportista originaria de Culiacán está entre las mejores a nivel mundial en su categoría y se dispone a participar en el Mundial de Emiratos Árabes
CULIACÁN._ La aventura que Yamileth Terrazas vive en estos momentos comenzó cuando tenía 13 años: estaba aburrida en casa y buscó algo para hacer.
Recuerda haber pedido consejo a su madre, quien le recordó que cerca de casa el Centro de Barrio de la Lombardo Toledano ofrecía futbol o basquetbol para los jóvenes con ganas de esparcimiento o que el DIF de la colonia 6 de Enero tenía además las opciones de bailar jazz o practicar el karate.
Conocía la dinámica de ambos porque se había inscrito en un curso de verano meses atrás, por lo que decidió casi con los ojos cerrados.
Casi una década después, la misma Yamileth está sentada a unos metros del dojo de Ciudad Universitaria en Culiacán, todavía no desarrolla un gusto por el baile, pero lleva consigo una sudadera de la selección nacional y guarda en la mochila una medalla de bronce que ganó en su más reciente viaje a El Salvador.
Hoy tiene el pasaporte vigente, listo para ser sellado por primera vez en otro continente, un boleto de avión y muchas ganas de regresar con una medalla de Emiratos Árabes a donde viajó desde el viernes para competir en el segundo Mundial de su carrera.
La pequeña gran Yamileth
Pudiera pasar desapercibida por muchos en Ciudad Universitaria, por sus 1.63 metros de estatura y sus 51 kilos de peso. Pero a nivel nacional e internacional, la joven culiacanense de 23 años ya tiene media docena de años en la elite nacional y hoy se ubica entre las mejores 10 del mundo en lo que hace, patear y golpear.
“Empecé hace 10 años, y comencé porque... estaba aburrida, en mi casa; no tengo una historia de por qué inicié, así conmovedora, ni nada, tampoco familiares que lo practiquen, sólo estaba en mi casa y le dije a mi mamá ¿qué hay aquí cerca, que pueda ir?, pues aquí hay un centro de barrio, que dan futbol y basquetbol, está un DIF y dan jazz y karake”, recuerda.
“Porque no me gustaba el jazz, no me llamaba la atención, me gustaba más karate, anteriormente había ido a un curso de verano y daban karate y también me daban jazz en ese curso, y no me gustaba ir a jazz”.
El difícil inicio
Algo que no olvida es que cuando recién inició, como cinta blanca, acudió a una competencia en Los Mochis.
“Fui bien pequeñita, tenía 13 años y sí, bien nerviosa, me temblaban las piernas cuando iba a entrar y pues no tenía nada de experiencia, hasta salí llorando”.
Pero no todo fue mal, puesto que en su categoría, y en su peso y nivel de cinta, sólo eran tres competidoras y regresó a casa con una medalla de bronce.
“Ya como cinta negra fui a un nacional y la primera vez que fui a un nacional quedé en tercer lugar, era clasificatorio para Centroamericano, pero tenía que quedar en primer lugar para poder clasificar; entonces, me dejó un buen sabor de boca porque gané la primera pelea 8-0 y la siguiente pelea fue la que perdí, pero fue por poca diferencia.
“Entonces, yo, para ser mi primer nacional, me dije: está bien”.
Aclara que es cinta negra desde 2015 y se colocó en los primeros lugares a nivel nacional desde 2017.
“Cuando ya pude clasificar por primera vez para un evento internacional y ya pues pertenecí a la selección nacional de karate, ya tenía 18 años y fue la primera vez que pude asistir a un evento internacional”.
Durante su paso por los clasificatorios ha viajado a ciudades como la Ciudad de México, Monterrey o Guadalajara, pero la última ocasión lo ganó en Baja California.
“... y desde entonces me he mantenido casi todos los años en primer lugar, de repente sí quedo en segundo lugar, pero ahorita ya logré posicionarme en el número uno del ranking nacional y pues soy parte de la selección nacional”, recalca.
“Ya tengo seis años dentro de la selección”.
Los sacrificios
Yamileth explica con cierta nostalgia que los sacrificios la han acompañado durante su carrera para llegar a la elite y a sus 22 años.
“Es un gran sacrificio porque a veces tengo salidas, o me invitan a algún lugar y yo pues no puedo porque tengo que entrenar o no puedo, porque no puedo comer eso, o tengo que sacrificar cosas por mis entrenamientos o por los viajes, o que tengo que ahorrar para cualquier competencia.
“Sí está complicado por esa parte, pero es algo que se disfruta, a mí me gusta que vale la pena todo el sacrificio”.
También destaca que su familia sí la apoya, les gusta que ella compita.
“... me imagino que los papás se ponen nerviosos que su hija vaya a pelear a algún lugar, pero sí tengo el apoyo de mi familia, de mis papás, de mis hermanos, mis tíos”.
Sus hermanos en algún momento practicaron también, pero luego desistieron de continuar compitiendo.
La culiacanense trotamundos
Ahora, con su responsabilidad como seleccionada nacional de karate do, Yamileth ha viajado más de lo que se imaginó en su vida.
“Acabo ahorita de regresar del Centroamericano, quedé en tercer lugar (en El Salvador), después del Covid fue la primera competencia internacional... ah, no, antes de esa, fui al Iberoamericano, pero ahí no obtuve ninguna medalla, fue en Nicaragua, hace como mes y medio, y la semana pasada al Centroamericano... y mañana (viernes), al Mundial, a Dubái.
“Fuera del continente es la primera vez que viajo, sí he viajado al centro del continente, sí me pone algo nerviosa, no por los competidores, sino, no sé, pues supongo que ha de ser muy diferente conocer otras culturas, y por la competencia me siento tranquila porque sé que estoy preparada para este nivel de competencia”.
Lo que viene para ella
Yamileth asegura que quiere repetir un duelo que tuvo contra la venezolana Yorgelis Salazar, ante quien cayó 6-5, pero que sintió haber dado la mejor pelea de toda su carrera.
Ellas se enfrentaron en un Mundial de Chile hace un par de años, en el que Yamileth se quedó en la novena posición a pesar de que fue su primer certamen internacional de ese tamaño. En el certamen de Dubái quisiera repetir, pero hay pocas posibilidades.
“Sí son bajas las posibilidades de que nos toque porque somos 55 competidoras en la categoría en este Mundial”.
Señala que su próxima meta en 2023, primero será clasificarse a Juegos Panamericanos, que en 2022 inicia todo el proceso, igual que para Juegos Centroamericanos.
En busca de patrocinios
Aunque el karate do ha ganado adeptos a nivel internacional, y hay campeonatos regionales, continentales e intercontinentales, el apoyo de las federaciones, como muchas en México, escasea.
Yamileth asegura que para su viaje a Dubái ha conseguido patrocinios importantes de los institutos local y estatal del deporte; sin embargo, la mayoría de los cargos son a su cuenta.
Un ejemplo es que su jerarquía le permitía competir en el campeonato centroamericano de hace un par de semanas en Uruguay, pero tuvo que elegir entre ir a Sudamérica o a El Salvador y Guatemala, y luego al Mundial.
“... no pude ir por cuestiones del dinero, no podía pagar el Mundial y aparte el Panamericano y el Centroamericano; entonces, decidí mejor ir al Mundial”, confía.
Otro de los retos de Yamileth es graduarse de la carrera de Químico Farmacobióloga, que estudia en la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de Sinaloa, algo que le ha permitido estar muy cerca del dojo y de su maestro César Ramírez.
PERFIL
Jesús Yamileth Terrazas Quiñónez
Nació: 25 de diciembre de 1997
Peso: 51 kilos
Estatura: 1.63 metros