Tradición y tecnología enmarcan la inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020
Una minimalista, creativa y tecnológica ceremonia se realiza en el estadio olímpico de la capital japonesa donde apenas unas centenas de invitados hubo en las gradas
TOKIO._ Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 fueron oficialmente inaugurados este viernes al ritmo de la tradición más nipona, con la madera y la historia de su capital como protagonistas bajo las luces blancas y rojas de su bandera.
Unas justas que estuvieron marcadas por la pandemia del Covid-19, que obligó -por primera vez en la historia- a aplazar la justa por un año.
Y unos Juegos Olímpicos especiales tuvieron previsiblemente una ceremonia especial: las gradas estuvieron ocupadas apenas por algunos dignatarios extranjeros (como el Presidente de Francia, Emmanuel Macron) y el emperador japonés, Naruhito, así como el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach.
La celebración empezó con un espectáculo de luces y sonido al que dio paso un logotipo gigante de Tokio 2020 proyectado sobre el terreno de juego del coliseo tokiota, cuyos alrededores fueron blindados por motivos de seguridad.
El acto inaugural se realizó en el estadio olímpico de Tokio, escenario principal de los Juegos de 1964 y remodelado para esta ocasión con la guía del arquitecto Kengo Kuma.
La ceremonia siguió con un homenaje a los deportistas que se esforzaron, a pesar de las circunstancias, en llegar a Tokio 2020, recordando el lema de estas justas que es “Unidos por la emoción”.
Una bella coreografía hecha con hilos rojos, que simbolizan el tejido de los músculos de los atletas —fundamentales para lograr sus esfuerzos—, llenó el campo del estadio.
Tras esto fueron presentados el emperador Naruhito y Thomas Bach. Ambos le dieron paso a la bandera de Japón, que fue llevada por varias glorias del deporte olímpico.
La bandera fue izada mientras el himno nacional japonés fue entonado por la famosa cantante nipona Misia.
La ceremonia prosiguió con un sentido homenaje a las personas que fallecieron durante la pandemia del Covid-19.
Por supuesto, la larga historia de Japón se hizo presente en la inauguración y una serie de danzas y bailes de tap mostraron cómo el país anfitrión se formó y llegó a tener la riqueza cultural que se le conoce.
La danza finalizó con la construcción de los cincos anillos olímpicos en medio de la cancha del estadio.
La entrega del Laurel Olímpico, un reconocimiento que se le hace a una persona que se destaca en el aporte a la justicia social y el espíritu olímpico, se dio en esta ocasión a Muhammad Yunus, Premio Nobel de Economía.
Posteriormente, acompañados por la música de famosos videojuegos, se dio paso al desfile de los atletas, contingente encabezado, como es costumbre, por Grecia, creador de los Juegos Olímpicos, y cerrado por el anfitrión Japón.
Un total de 5 mil 700 participantes de 207 comités olímpicos nacionales tomaron parte en el desfile. Los atletas olvidaron en ocasiones el distanciamiento social y brincaron al unísono mientras saludaban a un Estadio Olímpico prácticamente vacío.
Fue en el turno 182 cuando le tocó desfilar a la delegación mexicana, encabezada por sus abanderados, la golfista Gaby López y el clavadista Rommel Pacheco.
Un elegante y moderno uniforme, con alusión a la cultura oaxaqueña, fue portado por los representantes mexicanos en la ceremonia.
El desfile concluyó con la aparición en el centro del estadio del nuevo lema olímpico: “Más rápido, más alto, más fuerte - Juntos”.
Se dio paso al Juramento Olímpico. Quienes tomaron el juramento se unieron en el compromiso con la inclusión, la igualdad y la no discriminación en su participación en esta justa.
Por primera vez se hizo por seis atletas. Tres hombres y tres mujeres.
Entonces llegó un toque especial hecho por y para niños: una presentación llamada “Unidad en la diversidad” donde varios de ellos llevaron bloques de colores hacia varias partes del escenario y formaron el logo que identifica a la competencia.
Y que fue replicado por drones en el cielo de Tokio, que se transformó en un espectáculo de luces, a la vez que era entonada “Imagina”, de John Lennon, en la que participaron artistas de cada continente como Alejandro Sanz, el Suginami Junior Chorus, Angélique Kidjo, John Legend y Keith Urban.
Después los dignatarios invitados dieron sus discursos.
Uno de ellos fue el de la presidenta del comité de organización de los JJOO, Seiko Hashimoto, quien le agradeció a los atletas por haber viajado a Tokio a participar en esta competencia en medio de “estos difíciles tiempos”.
Por su parte, Thomas Bach señaló el momento en que se encontraba la humanidad debido a la pandemia.
“Hoy es un momento de esperanza. Sí, es muy diferente al que esperábamos, pero valoremos este momento. Estamos todos aquí juntos”, dijo, para luego dar paso a que Naruhito inaugurara oficialmente los JJOO.
La Bandera Olímpica hizo su incursión en el estadio llevada por seis atletas que han dado su tiempo y talento para servir como trabajadores esenciales en sus comunidades locales.
Entre los actos que más llamaron la atención estuvo la presentación de los pictogramas en movimiento de Tokio20 20 representados por actores.
Entonces, con el la música del “Bolero” de Maurice Ravel y Let Us Cling Together de Queen, la antorcha olímpica llegó al estadio olímpico.
Allí fue llevada por varias glorias del deporte japonés que se fueron pasando el pebetero olímpico, que finalmente fue encendido por la tenista Naomi Osaka, para que así quedaran oficialmente inaugurados los Juegos Olímpicos Tokio 2020.
OPOSICIÓN DENTRO Y FUERA DE TOKIO
“Cancelen los Juegos Olímpicos”, gritaban subidos en tarimas o furgonetas y rodeados de policías impasibles.
El acceso al ayuntamiento, vallado, impedía ver la llegada de la antorcha, un símbolo que ha recorrido el archipiélago durante cuatro meses casi a escondidas.
Otro símbolo, el de los anillos olímpicos, también está tachado en las pancartas de los manifestantes, que afirman convencidos “no miraremos al cielo”, en lo que se refiere a ver el inminente paso del escuadrón aéreo.
“Ya estábamos en contra del evento cuando se anunció en 2013, pero ahora con la pandemia se confirmaron nuestras denuncias”, afirma una joven tokiota de 24 años que prefiere mantenerse en el anonimato por posibles represalias policiales.
Además de la mascarilla, viste casco protector y unas gafas de sol opacas porque no quiere que su rostro pueda ser rastreado por la policía nipona.
Pertenece a la Federación Japonesa de Asociaciones Estudiantiles, una organización de izquierdas fundada en 1948.
“Con el coronavirus han salido a la luz problemas de Japón como la pobreza, el estancamiento económico o la situación de las mujeres. Las grandes empresas solo buscan el beneficio, este evento es un ejemplo”, afirma la estudiante.
Para este día han llegado jóvenes de todo el país: Kioto, Okinawa y Hiroshima, entre otras ciudades.
Como Soma, de 24 años, que la semana pasada participó en las manifestaciones en contra de la llegada del presidente del Comité Internacional, Thomas Bach, a Hiroshima.