Moreno y Figueiredo: ¿4º combate para la gran rivalidad de UFC?
La trilogía ha tenido resultados diferentes y un cuarto enfrentamiento permitiría conocer quién de los dos destaca, finalmente, sobre el otro
La UFC ha sido promotora de grandes rivalidades y de trilogías que el público ha podido disfrutar desde que empezó su andadura. Sin ir más lejos, son ya tres veces que el popular Conor McGregor se ha enfrentado a Dustin Poirier, en uno de los duelos más esperados por los aficionados. Sin embargo, es insólito que dos peleadores se hayan enfrentado tres veces seguidas, siempre con el título en juego y las tres ocasiones con resultados diferentes.
Definitivamente, parece que la rivalidad entre el mexicano Brandon Moreno y el brasileño Deiveson Figueiredo está llamada a convertirse en el mayor ejemplo de “Bad Blood” entre dos atletas de esta organización de las MMA. Y utilizar el presente no es casualidad, ya que se está hablando de la posibilidad de un cuarto combate, ya que no se ha producido, propiamente, un desempate entre ambos. Su primer resultado, en diciembre de 2020, fue considerado un empate mayoritario (algo poco común en estos eventos); el segundo significó el título para el de Tijuana en junio de 2021; y la última ocasión, hace apenas unas semanas, provocó el cambio de campeón en la categoría Mosca a favor del carioca.
El primero de los enfrentamientos entre ambos peleadores ya parecía destinado a comenzar esta larga saga. La ubicación era la idónea: UFC 256, a finales de 2020, se celebró en el Apex, en Las Vegas, la llamada “Capital del Entretenimiento Mundial”, una ciudad que ha inspirado libros como “Pánico y Locura en Las Vegas” de Hunter S. Thompson, servido de escenario para películas como “Casino” (1995) o “21 blackjack” (2008) y, por supuesto, sido el lugar para algunos de los mayores combates de boxeo, con figuras como Hagler, Mayweather o Chávez, por poner algunos destacados ejemplos. Coincidieron, además, con combates de Charles Oliveira o Ciryl Gane; pero el de los pesos mosca fue la cabeza de cartel y ganó, merecidamente, el premio de “Pelea de la noche” con una batalla espectacular que los jueces se vieron en la obligación de declarar como empate, dado el gran nivel de ambos contendientes.
Apenas 6 meses después y con algunas declaraciones cruzadas, propias de luchadores que quieren calentar el combate, llegó la revancha y la posibilidad de ambos de alzarse con el preciado cinturón. Esta vez, Moreno no perdonó y consiguió cerrar una estrangulación a mitad del tercer asalto que lo convertiría en el primer campeón mexicano de la historia de la UFC. Su desempeño le procuró, además, el reconocimiento de “Actuación de la noche” y conseguir acabar con la racha de imbatidos de Figueiredo, que ya era de 6 combates. Y pese a que el mexicano quería defender el título contra otros adversarios, la organización consideró que una nueva revancha podría dar emoción y un mayor PPV que otros emparejamientos.
De nuevo, tras medio año, llegó el tercer combate, no sin antes algo de “trash-talk” del brasileño, que Moreno quiso pasar por alto para mantener su concentración de cara a la velada. Si bien es cierto que el empuje de ambos fue bastante parejo, lo que le reportó de nuevo la distinción de “Pelea de la noche”, también hay que señalar que el brasileño fue algo más certero y contundente, poniendo en aprietos a “The Assassin Baby” en más de una ocasión, lo que se reflejó, finalmente, en las tarjetas de los árbitros, que consideraron unánimemente a Figueiredo como nuevo campeón.
El nuevo receptor del cinturón se atrevió, en plena euforia, a retar a Moreno a un cuarto combate, incluso aunque este fuese en territorio del aspirante: México. Ahora bien, parece que Figueiredo quiere establecer algunas condiciones para que dicho enfrentamiento se lleve a cabo, y la primera de ellas es pedir una desorbitada cifra por subir al octágono por cuarta vez ante el de Tijuana: 1 millón de dólares, algo bastante inusual para un evento de UFC. La organización no se ha pronunciado aún, pero hay que señalar que Moreno no había puesto nunca cláusulas tan exigentes para las revanchas que le permitieron al brasileño llegar al actual título de campeón.