María Espinoza, una mamá de oro

Lucía Partida
10 mayo 2024

La triple medallista olímpica abre su corazón y narra el bello proceso que para ella ha sido convertirse en mamá, labor que ha sabido combinar con su ahora rol como entrenadora

El oro en Beijing 2008, el bronce en Londres 2012 y la plata en Río 2016 llevaron a María del Rosario Espinoza Espinoza a tocar la gloria del Olimpo en el taekwondo.

Pero fue el 7 de noviembre de 2022 cuando la vida de una de las mayores leyendas del deporte mexicano cobraría otro sentido.

Chayito se convertía en madre de la pequeña María Jannet y su vida dio un giro total.

“Más que nada fue un cambio completamente en mi vida el convertirme en madre, algo que deseaba mucho, algo que también tenía planificado, pero un cambio creo que para bien”, declara la guasavense sobre el mayor logro en su vida personal.

A finales de ese mismo mes, durante el Campeonato Mundial del Taekwondo celebrado en Guadalajara, María anunció su retiro como deportista.

Pero el alto rendimiento no terminó ahí para la oriunda de La Brecha. A un año y medio de convertirse en mamá, la múltiple medallista olímpica y mundial reconoce que su rol como madre le implica un mayor esfuerzo que cuando era deportista, y más porque lo combina con su papel como entrenadora de la selección nacional de parataekwondo.

“Comparándolo con el alto rendimiento que lo hice por muchos años pues es todavía más que alto rendimiento, sobre todo la dedicación de poner de que la niña esté bien, de ponerle la atención, a pesar también de estar en esta etapa de entrenadora.

“Pero si algo bueno también me enseñó el deporte fue a organizar los tiempos y creo que es en esa etapa en la cual me encuentro, donde me organizo para ser entrenadora, para ser mamá también y algo que disfruto en este momento”.

- ¿Se te ha complicado realizar las dos funciones?

- Pues sí es complicado, al final un hijo requiere de mucha atención, mis atletas también requieren de atención, pero sobre todo los viajes, cuando salgo y a la niña la tengo que dejar. Al principio era muy duro el desprenderme, pero vas aprendiendo que también es parte del movimiento de la vida.

- ¿Te ha tocado llevar a tu niña a los entrenamientos y competencias?

- Sí, ella se la pasa en los entrenamientos la mayoría del tiempo porque ha crecido con los chicos de parataekwondo, me ha tocado llevarla al Campeonato del Mundo que fue aquí en México y como te digo, sí es pesado, pero también ella se va acostumbrando, se va teniendo un ambiente en el cual me gusta que conviva, donde es el deporte, donde ahí empieza a tirar patadas porque ve a los demás y me gusta.

Es pesado porque, por ejemplo, en el Campeonato del Mundo era estar enfocada al 100 por ciento en la competencia y se terminaba la jornada del día, y pues ahora a ser mamá. Pero siento que son etapas de la vida donde me corresponde a mí como madre vivir esa etapa con mi hija y respetar también los tiempos de ellos.

- ¿Te sientes una mamá de alto rendimiento?

- Sí, completamente, así lo veo y así debería de ser. Cuando somos padres el hecho de estar con nuestros hijos también el educarlos es un trabajo de alto rendimiento o una constante de alto rendimiento.

SER MADRE, INVERSO A GANAR LA MEDALLA OLÍMPICA

Para la histórica taekwondoín, el sentimiento y alegría de ser madre no se puede comparar al de ganar una medalla en Juegos Olímpicos. “Es diferente”, aclara. “Cuando nació mi hija tampoco quería como etiquetarla la comparación de tener una medalla”.

María del Rosario considera que el sentimiento y proceso de ser mamá es inverso al de ganar una medalla olímpica porque la presea es la culminación de un trabajo y un hijo es el inicio de una hermosa labor de vida.

“Tener una medalla, sobre todo una medalla olímpica, trabajas muy duro todos los días, te enfocas, mantienes tu mente a otro nivel, tu cuerpo también a otro nivel, y llega el momento y lo disfrutas, y queda para el recuerdo en ese momento de la medalla; pero con un hijo es a la inversa de la medalla, disfrutas el momento del nacimiento que es muy corto, pero después viene lo del trabajo con el hijo, el disfrutar y esta constante de que sea un ciudadano y un ser de bien”.

- ¿Te gustaría que tu niña siguiera tus pasos en el deporte?

- Si quiere adelante, si no quiere también. Creo que lo más importante para mí como madre es respetar el tiempo y los deseos, y sobre todo lo que ella quiera realizar.

- ¿Qué valores del taekwondo le inculcas como madre a tu hija?

- Ahorita está pequeña. Primero lo que trato de hacer es que disfrute cada etapa. Conforme está creciendo pues veo que sí hay que ajustar algunas cosas porque está ahorita en la etapa de que hace berrinchitos, se enoja y así, o quiere todo para ella. También es algo que estoy prácticamente aprendiendo. Pero sí, también parte de este crecimiento de ella y mío como mamá es que las dos aprendamos, y también ver qué estoy haciendo bien y mal, y guiarla a ella.

Tampoco estoy obsesionada que todo sea correcto, simplemente que las dos fluyamos y que al final se sienta bien ella, me sienta bien yo y creo que los valores poco a poco se van a ir adaptando. Pero sin duda los valores del taekwondo y los valores del deporte van a estar presentes en cada etapa.

LE GUSTARÍA TENER OTRO HIJO

El entusiasmo que aflora en sus palabras durante la entrevista evidencia que la mexicana con más medallas olímpicas ha gozado el proceso de ser madre. Y presurosa y enfática responde ante el cuestionamiento de si le gustaría tener otro hijo. “Sí, sí, sí”, responde.

Chayito confiesa que sería a corto plazo cuando le gustaría ser madre por segunda ocasión.

“Pues más o menos también a corto plazo porque ya tengo 35 años y no es algo que vaya a ser una planeación a largo plazo. Pero de que va a tener hermanito va a tener hermanito”.

Al momento de hacer esta entrevista, la gloria sinaloense no tenía claro cómo pasaría el Día de las Madres, pues iba a viajar junto a tres seleccionados mexicanos de parataekwondo a Río de Janeiro, Brasil, para participar en dos competencias internacionales como parte de su preparación a los Juegos Paralímpicos París 2024.

“Alcanzo (a regresar de Brasil), estoy aquí en México, pero también tenemos un viaje a Vietnam, no sabemos si nos vamos el 12 o del 10 al 12. Entonces posiblemente no sé dónde o esté en Querétaro, como también tengo una academia allá, pasarla con las mamás de la academia”.

Espinoza Espinoza demuestra así que todo ese espíritu de lucha que durante años la caracterizó en el tatami también lo ha plasmado a su labor como madre. Y que dentro del deporte como en su rol de mamá siempre será una María de oro.

MENSAJE A LAS MAMÁS DE MARÍA ESPINOZA