'El Borrego' Chávez también llevaba el box en la sangre
"Rafael Chávez González dedicó sus últimos años de vida a ayudar a personas a través de su centro de rehabilitación"
Rafael Chávez González debutó en el boxeo en 1973, llegando a formar parte de la dinastía de “Los Borreguitos”, que compartía con sus hermanos Rodolfo y Julio César, convirtiéndose en un ídolo de la afición tijuanense.
Sin embargo no todo fue miel sobre hojuelas y terminó por caer en los vicios del alcohol y las drogas, mismas que utilizó de motivación para crear su centro de rehabilitación, para ayudar a cientos de personas que vivieron el mismo calvario que él.
El más grande de la dinastía Chávez González, Rodolfo, recordó como él fue el primero en debutar en los ensogados y un par de años después debutó Rafael, quien tuvo alrededor de 60 peleas, ganando más de 40 por la vía del cloroformo, lo que lo llevó a ganarse el cariño de la afición de Tijuana.
“Yo lo subí al ring para que pelee y ahí empezó su carrera. ‘El Borrego’ fue ídolo en Tijuana, inclusive nos tocó pelear al ‘Borrego’, Julio y yo, y nos ponían los borreguitos en honor a él”.
“‘El Borrego’ era noqueador, hizo muy buena campaña, inclusive cuando estaba en amateur le mandó a hablar el CDOM (Centro Deportivo Olímpico Mexicano) y éste no quiso irse pero hizo muy buena trayectoria personal”, recordó Rodolfo Chávez.
Por su parte, Rafael Chávez Jr. aseguró que no recuerda a su papá dentro de los encordados, pero por anécdotas y relatos sabe que fue un gran peleador, un noqueador, que vio acabada su carrera por una lesión en su mano.
“Dicen que era buen boxeador, que era noquedar, pero no me tocó verlo. Mucha gente me platicaba que sí era buen boxeador pero se peleó en la calle, se quebró la mano y ya no pudo seguir como profesional”, añade su hijo.
Algo que tiene muy presente Rafael Jr. es el problema de adicciones que atravesaron su papá y sus tíos, incluso llegó a pensar que jamás se recuperaría, sin embargo luego de alrededor de siete años cambió su vida, se alejó de los vicios e incluso encontró la manera de ayudar a personas que vivían el mismo tormento por el que pasó él.
“Andaba mal en el aspecto de vicios de alcoholes y drogas, mi apá duró mucho tiempo mal y nosotros pensamos que era una persona que nunca iba a cambiar, que él iba a ser una persona así y la verdad que sí cambio”.
“Él empezó desde abajo y poco a poco fue ayudando gente y así fue como se fue manteniendo limpio. De la única forma en que logró recuperarse fue abriendo un centro de rehabilitación”, aseguró.
Rafael Chávez Jr. lamentó lo sucedido a su padre y consideró que la vida fue injusta con él, pues los últimos años de su vida los dedicaba a ayudar a otras personas.
“Que lástima que ahora que anduvo bien fue que le pasó algo y andando mal no le pasó nada. Es injusta la vida”.
Rodolfo recordó como su hermano comenzó desde abajo con el Centro de Rehabilitación Los Chávez y fue creciendo hasta llegar a tener más de 250 personas en recuperación inlcusó apoyando a la gente que no tenía forma de pagar su rehabilitación.
“‘El Borrego’ ayudaba a muchísima gente que no tenía para pagar, creo que mi hermano hacía muy buena labor últimamente, era muy querido y reconocido por mucha gente porque ayudaba a muchísimas personas”.
Sus familiares aún recuerdan el giro de 180 grados que dio la vida de “El Borrego” Chávez, incluso como cambió su forma de ser y dejó el carácter fuerte para convertirse en alguien que siempre buscaba ayudar a las personal.
Pese a los momentos buenos y malos que vivió Rafael Chávez, su hermano el “Gran Campeón Mexicano”, aseguró que se quedan con el padre, el hermano y el hijo amoroso que encontró en él.
“Me quedo con ese gran amor que siempre nos tuvo a sus hermanos, sobre todo a mi que no me quería, me adoraba y adoraba a mis hijos porque él también fue boxeador. Me quedo con todo ese gran amor que siempre nos tuvo”, comentó Julio César Chávez.
Por último Rafael Chávez Jr aseguró y se prometió seguir con el centro de rehabilitación y continuar ayudando a la gente, a seguir los padres de su papá que sin duda es algo que él hubiera querido.
Rodolfo Chávez aseguró que cada domingo su hermano Rafael recogía las cuotas semanales del centro de rehabilitación que él dirigía, algo que una de las personas que terminaron por arrebatarle la vida lo sabía y es por eso que se llevó a cabo el atentado que terminó por arrebatarle la vida.
“Lo estaban esperando en su casa, llega ‘El Borrego’ con su esposa y su hija, al abrir la puerta, le ponen la pistola y tres personas lo meten dentro de su casa, meten a la esposa y a su hija en el baño, le quitan el dinero a ‘El Borrego’ y le pegan los balazos”, relató el mayor de la dinastía Chávez González.