Contrato de 230 millones con Cardenales obliga a Kyler Murray a estudiar oponentes
El mariscal de campo estará ligado al equipo hasta la temporada de 2028
Una cláusula sin precedentes en la historia de los mariscales de campo de élite en la NFL ocurrió esta semana. El quarterback Kyler Murray firmó un contrato por 230.5 millones de dólares con los Cardenales de Arizona y debe cumplir con una condición particular: cuatro horas de estudio independiente.
La disposición exige que el mariscal de campo estrella pase al menos cuatro horas por semana en “estudio independiente” durante la temporada regular y los playoffs. Durante ese tiempo, debe revisar “el material que le proporciona el club para prepararse para el próximo juego del equipo”.
La cláusula va aún más allá, señalando ejemplos de comportamiento que invalidarían las cuatro horas de tiempo de estudio. En resumen: no estudiar mientras juegas videojuegos; no estudiar mientras miras televisión, etc. El quarterback deberá tener un comportamiento específico durante esas cuatro horas.
La existencia de la cláusula es bastante rara dado que no tiene sentido obligar contractualmente a Murray a hacer algo que la mayoría de los equipos consideran fundamental para ser un mariscal de campo titular de la NFL muy bien pagado. Es parte del trabajo de un mariscal de campo de la NFL estudiar a sus oponentes, pero nunca se le había puesto como tarea en un contrato.
Dado que los Cardenales lo pusieron en el contrato, Murray esta obligado a hacer su tarea.
Es completamente posible que los Cardenales tuvieran reservas sobre Murray y su compromiso con el equipo, pero eso no cambia el hecho de que sus compañeros quedaron absolutamente perplejos por la incomoda cláusula.
Hubo algo de conmoción en la NFL, bastantes bromas y algunas sugerencias de que la cláusula es la confirmación de que Murray no es el mariscal de campo más dedicado a estudiar a sus oponentes, algo que mancha su nombre y le traerá problemas en el futuro.
La mayoría estuvo de acuerdo en que la cláusula se incluyó con el conocimiento de que se convertiría en parte de la conversación pública sobre Murray. Lo cual, históricamente, no es el tipo de cosas que haría un gerente general experimentado como Steve Keim de los Cardenales, especialmente cuando él mismo fue quien reclutó a Murray y su futuro empleo depende de su éxito.