Vecinos del Estadio Azteca se quejan de que podría dejar sin agua al pueblo de Santa Úrsula
Santa Úrsula Coapa significa ‘río de las serpientes’, pero el recurso hídrico de este pueblo originario al sur de la Ciudad de México escaseará aun más con la ampliación del Estadio Azteca para el Mundial de 2026, estima la asamblea de colonos que se amparó contra el proyecto
MÉXICO._ Cada que hay un masivo partido de futbol en el Estadio Azteca, como el que se celebrará el próximo 24 de marzo entre la Selección Mexicana y la estadounidense, al pueblo originario Santa Úrsula, vecino del “Coloso de Santa Úrsula” propiedad de Grupo Televisa, arriban más descargas de drenaje, la movilidad se obstaculiza por caos vial y se registran riñas entre aficionados.
Con la ampliación del recinto para el Mundial 2026 con un centro comercial de cuatro niveles con estacionamiento de siete pisos y un hotel de siete niveles, empeorará el tanteo de agua que ya viven, prevén los colonos. Su principal consigna de lucha es: “agua para el pueblo, no para Televisa“. Por la ampliación de cajas de estacionamiento, el conjunto además estima emitir 3 mil 231 toneladas de dióxido de carbono, por lo que propone instalar una ciclovía del estadio a Ciudad Universitaria.
“[Emilio] Azcárraga podrá tener mucho dinero [770 mdd, Forbes 2021], pero no tiene el derecho al territorio que nosotros tenemos; estamos defendiendo nuestro medio ambiente y forma de vida”, dijo Rubén Ramírez, la autoridad tradicional del pueblo de Santa Úrsula Coapa que existe desde la época prehispánica (785 d.C.) y es habitado por alrededor de 26 mil personas que cada año celebran festividades identitarias con tradición milenaria, incluyendo a su patrona.
En junio de 2019, el Organismo de Cuenca del Valle de México de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) otorgó a Televisa una concesión en la Alcaldía Coyoacán (811078) de 450 millones de litros anuales, muestra el Registro Público de Derechos del Agua (Repda), lo que alertó en octubre pasado a los pobladores que cruzaron la información con notas de medios deportivos que informaron desde hace un lustro sobre la posible celebración de un Mundial en territorio nacional.
“Existen yacimientos o brotes de agua, los cuales están abasteciendo al pueblo, pero ya están sobreexplotados. Con la construcción que estos señores pretenden hacer van a acabar con esos pozos, que es lo que no queremos”, agregó Ramírez.
Según la consultora Plurmac, el conjunto Estadio Azteca consumirá 567 mil litros de agua diaria pese a contar con una planta tratadora de aguas residuales y una captadora de lluvias. Uno de sus pozos de extracción se ubicará en Santa Úrsula. Descargará además al drenaje 4 millones 780 mil litros.
Para evitar que disminuya la distribución de agua al poblado de Santa Úrsula (“río de las serpientes”), y a 17 colonias aledañas, una asamblea de vecinos se opuso con un amparo contra la consulta ciudadana “amañada” sobre esta ampliación para un mundial donde se planea que México comparta partidos con sus socios comerciales Estados Unidos y Canadá.
“La concesión del agua es bastante para una zona donde no tenemos. De las 30 colonias mapeadas para el proceso de consulta vecinal, más de la mitad no tiene un abasto suficiente. Si nos va bien, nos llega en chorrito una vez cada tres días y ahorita, en época de estiaje, tenemos en una ocasión a la semana. Hay que almacenarla y aprender a vivir con menos”, aseguró Natalia Lara, integrante de la Asamblea Tlalpan-Coyoacán. “Un centro comercial de este tipo acapararía ese servicio que de por sí para nosotros es escaso”.
Además de la escasez de agua potable, la autoridad tradicional del pueblo originario asegura que en días de partido “tienen prohibido” enfermarse o registrar un incendio porque franeleros apartan lugar para que los autos de los aficionados se estacionen en calles del poblado, lo que imposibilita el paso de ambulancias o bomberos. Como ya sucedió en un incendio de una casa y de un automóvil.
“No cabe un camión de bomberos con autos estacionados sobre la calle”, planteó Rubén Ramírez.
También han visto a miembros de las barras golpearse entre ellos cerca de sus viviendas, por lo que solicitaron a la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSPC) colocar vallas en las calles cercanas y evitar un conflicto. Cuando han solicitado apoyo directo a los policías, les responden que su orden es cuidar dentro del Coloso.
“Agarran las calles del pueblo como mingitorios y no les importa que pase gente o niños, inclusive ya han agredido a personas del pueblo por lo que podría suceder una desgracia como la del Estadio Corregidora en Querétaro [donde la barra de los Gallos Blancos golpeó a la del Atlas, recién campeón de la Liga MX]”, dijo Ramírez.
“El pueblo ya está harto; estamos como secuestrados cada que hay un evento en el Azteca”.
“CONSULTA AMAÑADA”
Grupo Televisa, del magnate Emilio Azcárraga Jean, anunció que las obras de extensión comenzarán en enero de 2023 y mientras los clubes América y Cruz Azul se pasarán a otros recintos a jugar, reportó hace unos días el periódico especializado Récord. Los trabajos se estiman realizar en 24 meses, es decir, finalizar en 2024.
Sin embargo, aún no concluye la consulta ciudadana –no acorde a la Constitución de la Ciudad de México al ser un pueblo originario– ni la empresa cuenta con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) aprobada por la Secretaría de Medio Ambiente local (Sedema), advirtieron los colonos en una carta entregada tanto a la televisora como al Gobierno de la Ciudad de México.
“La consulta está amañada y sesgada. El Proceso de Consulta Vecinal para Grandes Construcciones –supervisado y validado por la Sedema– es violatorio al 169 de la Organización Internacional del Trabajo para los pueblos originarios, quienes por usos y costumbres pueden decidir sobre el territorio que habitan, en este caso, el pueblo de Santa Úrsula que mediante una asamblea determinó que no quería el proyecto, la cual fue invalidada por la Sedema”, dijo Natalia Lara, de la Asamblea Tlalpan-Coyoacán.
Además el artículo 59 apartado J de la Constitución de la CDMX afirma: “Las autoridades de la Ciudad de México, en coordinación con los pueblos y barrios originarios, protegerán los territorios respecto a las obras urbanas, públicas o privadas, proyectos y megaproyectos que generen un impacto ambiental, urbano y social. Las autoridades no podrán autorizar ninguna obra que afecte el suelo de conservación y que contravenga las disposiciones contenidas en esta Constitución y las leyes en la materia”.
Pero, evocó la autoridad tradicional del pueblo originario Rubén Ramírez, “de un día para otro [en octubre de 2021], se presentaron unas carpas para hacer una consulta vecinal, lo cual está mal porque una vez que se instauró la Constitución de la CDMX se debe de consultar a los pueblos originarios, como Santa Úrsula Coapa, antes de cualquier acción administrativa. Pero no lo hicieron”.
Las carpas eran parte del Proceso de Consulta Vecinal para Grandes Construcciones de una consultora externa pagada por el desarrollador, es decir, Grupo Televisa. “Son amiguismos”, consideró Natalia Lara. Han sido dos consultoras, Plurmac y GMI Consulting, las cuales también han validado la Torre Mítikah, un megaproyecto de departamentos y “ciudad viva” sobre el pueblo originario Xoco en Coyoacán.
“No nos consultan sobre el proyecto en sí, porque no lo muestran. En la primera fase preguntaron si nuestra colonia necesitaba agua, si nos gustaban jardines polinizadores, pero no sobre el impacto. En el segundo proceso, lo que nos están preguntando es sobre los problemas del agua, inseguridad y al final plantean: ‘¿Sabía que con el Estadio Azteca podrían disminuir estos problemas?’”, compartió Natalia Lara.
La autoridad ambiental local, por su parte, se ha enfocado en “tratar de convencerlos” más que en exigir medidas de mitigación suficientes, dijo Natalia. Desde finales del año pasado solicitaron un encuentro con la Dirección General de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental de la Sedema, quienes les comentaron que abrirían talleres de información, en los cuales, compartieron los vecinos, no se abordaron las medidas de mitigación ni el polígono de las calles exactas que se ampliarán.
“Se interpuso un amparo en el Poder Judicial en materia administrativa porque no hubo una consulta previa, esa ha sido una consulta amañada que no cumple con los parámetros establecidos al deber ser de buena fe, con libertad de opinar y con libre consentimiento”, expuso la autoridad tradicional de Santa Úrsula Coapa, Rubén Ramírez.
“Estamos en contra de la ampliación porque viene a gentrificar al pueblo, una vez que se haga esa plaza y hotel, subirá la plusvalía de los predios y los servicios básicos; hay personas que no pueden pagarlo, por lo que tendrán que emigrar. No lo vamos a permitir”, advirtió.
Pese al recurso jurídico, la consultora privada volvió a instalar carpas alrededor del Estadio Azteca, patrocinado por Corona, AT&T y FEMSA. Bajaron habitantes del pueblo para solicitarles que se retiraran porque no traían el permiso de instalación de la autoridad tradicional y, además, había un juicio de amparo en proceso.
Al no retirarse, los pobladores cerraron la Calzada de Tlalpan, al sur de la capital del país. Autoridades del gobierno capitalino les solicitaron reabrir la vía. Este lunes Natalia, de la Asamblea Tlalpan-Coyoacán, acudió al Antiguo Palacio de Ayuntamiento para reiterar en una carta a la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, como se notificó también a la empresa de Azcárraga la semana pasada, que la ampliación del Estadio Azteca aún no tiene los permisos para ya anunciar fechas de inicio de obras.
“Las autoridades no están revisando los permisos o escuchando nuestras demandas vecinales, sino están buscando convencernos de que el proyecto es bueno, pero tendrá un daño irreversible”, lamentó Lara.