Miles de fanáticos rinden homenaje a Pete Rose en la casa de los Rojos de Cincinnati

Noroeste/Redacción
10 noviembre 2024

En el Great American Ball Park se realiza un tributo a Pete Rose, el líder de hits de todos los tiempos en MLB, quien falleció el 30 de septiembre a los 83 años

CINCINNATI._ A pesar de la lluvia constante, miles de fanáticos acudieron al Great American Ball Park el domingo para rendir un emotivo homenaje a Pete Rose, el líder de hits de todos los tiempos en Grandes Ligas, quien falleció el 30 de septiembre a los 83 años. La jornada, que se extendió por 14 horas, fue organizada por los Rojos de Cincinnati en colaboración con las hijas de Rose, Fawn y Kara, quienes compartieron abrazos, historias y algunas lágrimas con los asistentes.

El evento, que se llevó a cabo en honor al número de camiseta de Rose, 14, fue un tributo a la figura más emblemática en la historia de la franquicia de Cincinnati. “Queríamos hacer algo así”, comentó Rick Walls, director ejecutivo del Salón de la Fama de los Rojos. “Se puede ver por la concurrencia que hubo, significa mucho para la gente de aquí. Es una experiencia conmovedora”, añadió.

Pete Rose, conocido como “Charlie Hustle” por su incansable pasión por el juego, fue el motor de los equipos de los Rojos que formaron parte de la legendaria “Big Red Machine”, la cual conquistó títulos consecutivos de la Serie Mundial en 1975 y 1976. Además, Rose fue un 17 veces All-Star y jugó en tres equipos ganadores de la Serie Mundial. En 1973, fue nombrado Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, y dos años después repitió la hazaña como Jugador Más Valioso de la Serie Mundial.

A lo largo de su carrera, Rose estableció múltiples récords, incluido el de más partidos jugados en las Grandes Ligas (3 mil 562) y más apariciones en el plato (15 mil 890). Sin embargo, su logro más significativo fue el récord de 4 mil 256 hits, superando los 4 mil 191 de su héroe, Ty Cobb, un hito que permanece imborrable en la historia del béisbol.

Sin embargo, la gloria de Rose fue opacada por su destierro del beisbol en 1989 debido a una controversia que lo persigue hasta hoy: apostó en el juego que tanto amaba. Esta decisión le impidió ingresar al Salón de la Fama, a pesar de sus impresionantes logros en el campo.