Voluntarios de Cruz Roja afirman que sí se puede trabajar, estudiar, apoyar a la institución y tener una vida normal

Manuela Bustamante
18 septiembre 2022

Ayudar a salva vidas y mejorar la calidad de vida de las personas a través de los programas asistenciales y de ayuda humanitaria, da una satisfacción indescriptible y es el motor para seguir colaborando como voluntario, dice Itzel y Manuel, voluntarios de Cruz Roja Culiacán

CULIACÁN._ Itzel Valenzuela y Manuel Beltrán son dos jóvenes de 25 años de edad, durante una década han sido voluntarios en Cruz Roja delegación Culiacán en distintas áreas y han logrado terminar un carrera universitaria, tener un trabajo y vida social mientras apoyan como voluntarios.

Ambos son el ejemplo de que se pueden lograr muchas cosas con voluntad, disciplina y perseverancia.

“Soy voluntaria, técnico en urgencias médicas básicas y también formo parte del área de juventud desde los 15 años”, expresó Itzel.

Manuel Beltrán ingresó como voluntario a Cruz Roja para liberar sus servicio social de la preparatoria, cuando tenía 17 años, y ya han pasado ocho años de aquella decisión. Aunque ahora tiene un trabajo de planta, dedica los fines de semana a apoyar en labores de ayuda humanitaria.

“Entré en el año 2014, llevo 8 años en juventud, entré prácticamente para liberar mi servicio social de la preparatoria, me gustó, me quedé y ahora soy voluntario”, explicó.

“El primer cargo que tuve fue prevención y atención en desastres en el cual duré cuatro años, actualmente soy el comisionado operacional del área de juventud, coordinador en el cual me desenvuelvo en servicios asistenciales apoyando a la comunidad en entrega de ayuda humanitaria”.

Mientras trabajaba como voluntario estudiaba una carrera universitaria, ahora es Ingeniero Agrónomo y aunque tiene un empleo que lo satisface, no ha dejado de apoyar como voluntario.

“De lunes a viernes me dedico a andar en el campo y sábados y domingos presto servicios a Cruz Roja en el área de juventud, como voluntario”, comentó.

Caso similar al de Itzel, quien recién se acaba de titular como Médico General y aunque las tareas y jornadas de estudio fueron muy intensas siempre supo organizarse y tener tiempo para su familia, amigos y destinar tiempo a Cruz Roja.

“Mi actividad extra como tal fuera de mi vida cotidiana es ir a mi guardia voluntaria como paramédico en Cruz Roja, esa es la actividad que yo realizo los fines de semana”, señaló.

“Es de las actividades que nunca he dejado de hacer desde que yo entré al área de Cruz Roja, así ha sido mi vida por 10 años, de que los fines de semana son para ellos”.

Ayudar a salvar vidas y mejorar la calidad de vida de las personas a través de los programas asistenciales y de ayuda humanitaria, da una satisfacción indescriptible y es el motor para seguir colaborando como voluntario.

“Cruz Roja no es solo ambulancia, existe la labor humanitaria que es el servicio asistencial, entregamos juguetes, ayuda humanitaria, llevamos despensas, a los papás les damos capacitaciones sobre el dengue, sica, desastres naturales, salud sexual, todo eso, visitamos asilos de ancianos, platicamos con los abuelitos, buscamos el bien para la sociedad”, dijo Manuel.

“Cada uno de los casos que vemos son totalmente diferentes pero es muy bonito saber que ayudar a alguien está en tus manos, estamos hablando de vidas, poder a veces salvar una de ellas, siempre que se pueda, es un compromiso muy grande pero a la vez, cuando se logra es muy satisfactorio”, explicó Itzel.