Vicky y Paola buscaban reformar las leyes y alcanzaron sus sueños
Ambas mujeres pasaron de ser las amigas inseparables, a las esposas, madres, emprendedoras y activistas de los derechos de las personas LGBT+
CULIACÁN._ Hace algunos años, en la Universidad Autónoma de Sinaloa de Mazatlán, Vicky Ibarra Rojas, del municipio de Elota; y Paola Cázarez Osuna, de Rosario, cruzaron caminos y supieron que querían pasar el resto de sus vidas juntas.
En una época tan distinta a la actual, como el 2010, Vicky y Paola enfrentaron diversos retos sociales, personales y laborales, que hoy, 13 años más tarde, las llevaron a lo que son: esposas, madres de dos hijos, emprendedoras y activistas por la diversidad sexual.
“En este caminar de 13 años pasamos de ser las amigas inseparables, a ahora sí tener el reconocimiento social, que es como pareja”, afirmó Vicky.
En un principio la relación no era tan pública como deseaban, pues era difícil amar a quien quisieran libremente, debido a los tiempos en los que se encontraban y sus familias conservadoras, pero poco a poco se dieron cuenta de que su noviazgo era tan normal como cualquier otro.
“Tal vez no estuvimos tan expuestas en un inicio, pero después fue un tema de consciencia entre las dos, de la importancia que tenía nuestra relación y lo igual que era como cualquier otra relación heterosexual al final del día”, detalló Paola.
Vicky y Paola eran catalogadas como “la amiga” de la otra, cosa que tanto sus familiares como amigos hacían, pero con el tiempo, se rodearon de las personas correctas que las ayudaron y motivaron a ser quienes realmente son.
“Hace una década para acá dejamos de ser las amigas para ser las novias, o para ser las esposas, para darte el lugar correcto, para ubicarte de forma correcta sin que las demás personas se incomoden, y si se incomodan, pues que se aguanten”, exclamó Vicky.
“Nos mantuvimos en un tema en el que ambas estuviéramos creciendo tanto personal como profesionalmente, y eso nos ayudó a encaminarnos y rodearnos de las personas correctas”, destacó Paola.
Ambas comunicólogas, fueron construyendo un plan de vida en el que se casaban, tenían hijos y escalaban laboralmente, pero de manera legal eran limitadas por cuestión de desigualdad de derechos, por lo que Vicky decidió estudiar leyes, y así reformar algunos artículos del código familiar.
“Me di cuenta que para poder acceder a los derechos que tienes, tenías que conocer las leyes, porque no había otra forma y que, sino abríamos camino nosotros mismos, ¿quién lo iba a hacer por nosotros?”, detalló.
Casarse estaba en los planes de Paola y Vicky, pero hacerlo en Sinaloa no era posible en aquel entonces, por lo que impulsaron la Ley de Matrimonio Igualitario que, en una primera votación, no fue aprobada.
Tres años atrás y siguiendo sus sueños, la pareja se trasladó a Nayarit, en una isla a solo unos metros de su estado natal donde la ley sí permitía alcanzar ese propósito de vida que tanto anhelaban.
“Ahí nos casamos, a unos centímetros del estado de Sinaloa en protesta de cómo una geografía, y algo absurdo, que era que aquí sí valen mis derechos y acá no”, agregó Vicky.
Para Paola, su entrada al activismo fue diferente, pues en el ámbito laboral que es dominado por hombres, quería generar un impacto, abriendo puertas en el mundo laboral y apoyando a las mujeres que se adentraran después de ella.
“Mi activismo fue distinto, de ser la primera mujer supervisora de tiendas, después la primera mujer supervisora de tiendas a nivel nacional, la primera mujer gerente de operaciones, y ser esa mujer que es apoyo de esas mujeres que vienen detrás, después de que esa puerta está abierta”, mencionó Paola.
En 2020, Vicky y Paola comenzaron a emprender como co-propietarias de La Celestina, un restaurante en Elota, que ha traído varios retos consigo ya que, aseguran que hay quienes piensan que las personas de la diversidad sexual deben de estar en el escalón más abajo.
“El espacio empresarial en el que estamos incursionando en la zona rural fue complicado, porque hay muchas personas que todavía les cuesta mucho trabajo pensar que van a formar parte de un equipo laboral con dos mujeres lesbianas al frente, vernos como sus lideres, sus jefas”, afirmó Vicky.
Luego de muchos años tratando de concebir a sus hijos, Paola y Vicky ya formaron la familia que tanto deseaban, pues el año pasado tuvieron a sus bebés, Noah y Nuna, sin importarles el qué dirán.
“Creemos que cuando tú decides tener hijos es porque te echas la responsabilidad más grande de tu vida, que es darle a este mundo buenos seres humanos y eso es lo que nosotros estamos haciendo con nuestros hijos”, comentó Vicky.
“Lo que la gente diga o piense no nos importa, mientras nuestros hijos sean felices y nosotras seamos felices con ellos, todo está bien”.
Salir del closet, dar el primer paso y animarse, afirman Paola y Vicky, es un proceso personal, que todas deben vivir cuando estén listas para hacerlo.
Sin embargo, comentan que es importante tener en mente que sí se puede y, a la vez, hay que trabajar para lograr tus objetivos, como ellas lo han estado haciendo por 13 años.
“Imagínate, dos mujeres de la zona rural con papás super machistas, con una familia super tradicional, hoy tenemos una familia homoparental, nosotras pudimos, porque entendimos que nosotras podíamos hacerlo”, aseguró Vicky.
“No era un tema de privilegio normal que se vive en una sociedad normal, para nosotras era un tema de entender que no sólo teníamos que decidirlo, sino que teníamos que tomar la acción y afrontar las consecuencias, de decir tengo que hacerlo por algo, no sólo por mí, sino por las que vienen,” concluyó Paola.