Tras lluvias en Culiacán se desprende alcantarilla en la colonia Sinaloa
Vecinos señalan que han convivido con el hedor que se desprende de la alcantarilla cada que llueve o incluso cuando no. Denuncian que las autoridades no han dado una solución permanente
Los habitantes de la calle Roble en la colonia Sinaloa, al sur de Culiacán, esta vez no despertaron con el sonido de la ligera lluvia sino con un fuerte hedor desprendido de una coladera abierta que vierte los desechos líquidos a lo largo de más de tres cuadras.
Tras la intensa lluvia del día anterior, señaló Alejandra Cota, vecina de la colonia, la tapa de la coladera brotó, de nuevo, como lo ha hecho a lo largo de medio siglo, el mismo tiempo que ha habitado la zona.
El desprendimiento de la coladera y el fuerte olor, dijo, los ha acompañado al despertar, al comer, al dormir y los obliga a ser prisioneros en sus propios hogares.
“Toda mi vida (he vivido aquí) y siempre ha sido el problema”.
“Aunque no llueva, ya sabíamos, ayer con el agua, ya sabíamos que iba a brotar porque a veces aunque no llueva brota el agua, es un problema”.
“Siempre hemos tenido el problema de estarlo reportando y reportando. Nosotros siempre hemos querido que se haga una alcantarilla con tubos grandes”.
Detalló que, a causa de la peste su mamá pasaba enferma del estómago y ahora, resulta peligroso para sus nietos pequeños respirar el constante olor putrefacto.
“Aunque no llueva pasa esto, y es un foco de infección para nosotros, para todos, aunque sean niños aunque sean ancianos”.
“Hemos llamado a la JAPAC y no nos hacen caso, a veces nos dura hasta una semana o 15 días y no vienen, no arreglan”.
Sobre la calle, los hombres realizan sus labores de construcción de forma habitual mientras una mujer, adulta mayor, camina sobre la calle mientras cubre su nariz con una bolsa tras dirigirse a realizar sus compras.
Los vehículos chapotean sobre líquido negro grisáceo y los transeúntes evaden las chispas del fluido al intentar cruzar la calle.
Mientras tanto, un puesto de carnitas a un lado de la alcantarilla abierta saca uno a uno los pedidos de los comensales que comienzan su día desayunando bajo hedor penetrante muy usual para quienes no habitan la colonia.