Realizan diálogo sobre Medio Ambiente y la Cuestión Urbana en Culiacán
Destacaron la existencia de muchos planes urbanos, pero sin esquemas de protección para áreas naturales, así como el aumento de temperatura derivado de diferencias estructurales o de construcción en algunas zonas
CULIACÁN._ Por motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, la Universidad Autónoma de Sinaloa realizó la mesa Medio Ambiente y la Cuestión Urbana en Culiacán, Sinaloa, en la que los participantes reflexionaron sobre la situación medioambiental local desde distintas perspectivas.
Las intervenciones estuvieron a cargo de Ingrid Citlalli Esquivel Medina, maestra en Planeación y Políticas Metropolitanas, José Dehesa Mitre, biólogo y presidente de Guaiacum, César Ernesto Hernández Padilla, Periodista ambiental y fue moderado por José Pablo Salas Soto, maestro de estudios urbanos.
Desde 1941, o sea, incluso antes que a nivel nacional nosotros ya teníamos una Ley de Cooperación Organización y Planeación de Obras Públicas pero digamos que para Culiacán la planeación ha ido teniendo un auge a partir de 1990; el desarrollo urbano Tres Ríos que fue como la punta de lanza en la planeación es un referente a nivel nacional, sin embargo, pues tiene también sus cuestiones, inició la conversación Esquivel Medina.
Asimismo cuestionó durante su participación con la presentación Gestión del Suelo en la Relación Ciudad y Naturaleza, cuestionó el recurrente tema de la falta de planeación en Culiacán, detallando de manera cronológica que desde hace casi 40 años el municipio ha contado con planes de control, fomento y centros de población.
En ese sentido, destacó que dentro de los planes parciales se hallaba el de zonas especiales de desarrollo controlado que eran buscar incorporar suelo urbano para un desarrollo, del cual surgió La Primavera y la parte urbana de Bachigualato.
“Entonces, pues ahí hay una pregunta capciosa: ¿falta planeación realmente planeación? Si tenemos todo este montón de instrumentos, cuando tenemos otras ciudades, por ejemplo, como Ciudad de México que apenas están desarrollando su plan de desarrollo urbano y muy a duras penas, ni siquiera la han podido sacar porque hay mucha controversia y mucha protesta social al respecto”.
Sobre esa misma base, reflexionó sobre el crecimiento de la ciudad, precisando que 98 colonias crecieron sobre áreas de valor ambiental y que al comparar las colonias de cada periodo con la carta de usos y vegetación anterior, se obtuvo que 72 de las colonias creadas entre 1995 y 2005 crecieron sobre bosques secos o selvas bajas.
Otras 10 se agregaron en el periodo de 2005 a 2010. Para el periodo de 2010 a 2015 se sumaron cuatro colonias, con la particularidad de que éstas eran todas de origen informal. En el periodo de 2015 a 2020, se encontraron 12 colonias que crecieron sobre bosques secos de las cuales sólo dos son colonias de origen informal y una de tipo campestre.
“Muchas de esas áreas naturales que Sinaloa realmente no tenemos esquemas de protección para estas áreas, no tenemos, a pesar de que en el tema urbano tenemos un montón de planes sobre todo un Culiacán por ejemplo, en Culiacán no tenemos ningún instrumento para proteger áreas naturales protegidas o para tener algún ordenamiento que limite este crecimiento”.
“Vemos que hay un montón de puntos de campestres que no solamente es alarmante por el desplazamiento de vegetación, sino también porque es un negocio especulativo y además es algo que no cumple ni siquiera la normatividad urbana porque para hacer un campestre tienes que estar a 10 kilómetros del perímetro urbano evidentemente esto no lo cumplen. La publicidad pues el negocio especulativo sino invierten tu futuro vive un lado de la naturaleza y la naturaleza, pues ya no va a estar porque la están desplazando”.
Por su parte, el biólogo y presidente de Guaiacum, José Dehesa Mitre abundó en el tema climático con su presentación titulada Medio Ambiente y Ciudad en la que evidenció cómo la diferencia estructural en distintas zonas del municipio promueve cambios importantes en la temperatura.
“En sí, el río Tamazula, Humaya y el río Culiacán regulan las temperaturas de la ciudad, pero si nos alejamos ya de estas zonas encontramos que las zonas con mayor uso de vehicular, con mayor uso de transporte, con mayor uso comercial, con mayor uso de seres humanos como nosotros pues aumenta la temperatura”.
“Y quien viva en isla Musala se está quemando, y quien viva en miradores también se está quemando, pero vamos a La Primavera, pues no, baja la temperatura quiere decir que quien tenga más poder adquisitivo tiene más acceso a disminución de temperatura por ambiente. Y estamos incumpliendo en la constitución mexicana donde dice que tenemos derecho a un medio ambiente sano”.
A la vez, mencionó que falta una mayor cobertura vegetal en la ciudad, que se ha visto relegada ante la falta de esfuerzos y políticas públicas, no obstante, se ha habido voluntad por parte de organizaciones civiles dedicadas al mejoramiento urbano.
“No tenemos mayor cobertura vegetal, la ciudad sigue creciendo pero la arborización, la conservación de ecosistemas es nula en la política pública, hay esfuerzos de muchas organizaciones como Te Planto un Árbol”.
“Tenemos para el 2013, el perímetro del primer cuadro del centro histórico del centro histórico tenemos cinco por ciento de arbustos y pasto, dos por ciento de plantas nativas, 42 por ciento de olivo negro que es una especie del sur y centro de América y del sur de México, una especie que requiere mínimo 20 litros al mes de agua para sobrevivir”.
El periodista ambiental, César Ernesto Hernández Padilla expuso que desde lo local, hay sectores que están replanteando cambios en el estilo habitual de vida, derivado de las altas temperaturas.
“Ahorita estamos saliendo de hecho hoy, salimos de la tercera ola de calor en el País pero las altas temperaturas van a seguir, pueden ser condiciones extremas, sobre todo en Sinaloa y eso ya ahorita al comercio y a la producción a plantearse, cómo están produciendo”
“Pero a mí me llamó la atención el tema de los industriales, porque tanto el presidente Canacintra como algunos economistas consultados ya hablan abiertamente sobre la necesidad y sobre que nosotros ya está planteando cambios en los horarios, trabajar en horarios donde sea menos el estrés por el clima, cambiar los horarios en las escuelas, o sea, hacer una serie de cambios en los estilos de vida”.