Publica FIRA las perspectivas del sector para el 2023

Omar Ahumada
26 marzo 2023

De acuerdo con el reporte de Perspectivas para el 2023 de FIRA, la economía mundial mostró una desaceleración durante 2022, afectada por el conflicto en Europa del Este, los rebrotes de Covid-19 en China, algunas reminiscencias de la crisis de 2020 (como la persistencia de cuellos de botella), inflación históricamente alta, y otros factores internos de cada país. Pese al riesgo de recesión registrado a mediados del año, se cerró con una recuperación de la actividad económica.

En cambio, expectativas para 2023 apuntan a un crecimiento de entre 1.7 por ciento y 2.9 por ciento, muy por debajo de todas las expectativas del principio del año pasado. Ello sería reflejo de una generalizada aplicación de políticas monetarias restrictivas adoptadas como medida para contener la inflación y los riesgos de una escalada en el conflicto en Europa del Este. Dicho conflicto no solo dificulta el combate a la inflación, a través de las restricciones en la oferta de materias primas, sino directamente en el precio de los energéticos.

El efecto rezagado de políticas expansivas y problemas en las cadenas de suministro también ejercen presión sobre los precios. Las cotizaciones de los principales granos e hidrocarburos se han reducido a niveles comparables a los registrados previo al inicio del conflicto militar, debido en parte a la reducción del crecimiento de la economía mundial y a las preocupaciones sobre una posible recesión. Considerando una perspectiva de largo plazo, los precios de los granos se mantienen elevados, lo que implica un desafío en materia energética y seguridad alimentaria. En este contexto es poco probable que la convergencia hacia las metas de inflación ocurra antes de finales de 2024.

De acuerdo con la Estimación Oportuna del Inegi, la economía mexicana creció 2.99 por ciento en 2022, superando las expectativas de mediados de año de los especialistas, que proyectaban un crecimiento menor a 2 por ciento. Esta expectativa se refuerza con la última encuesta publicada por el Banco de México, para 2023 se espera una disminución del crecimiento económico a 1.0 por ciento, y una recuperación parcial para 2024 de 1.68 por ciento, cifras similares a las proyecciones del Banco Mundial. El entorno internacional adverso es el factor de mayor peso en dichas expectativas. No obstante, se considera que la economía mexicana se encuentra mejor posicionada que otras economías gracias a la solidez de sus fundamentos macroeconómicos: cuentas externas sostenibles, un sistema bancario bien capitalizado, disciplina fiscal y una estructura de deuda pública denominada primordialmente en moneda nacional y a largo plazo; niveles adecuados de reservas internacionales; y un mercado desarrollado de derivado que permite a los agentes económico cubrirse ante riesgos cambiarios. Aunado a lo anterior, el Banco de México ha seguido una política monetaria prudente enfocada en la estabilidad de precios bajo un régimen de flexibilidad cambiaria.

La situación en Ucrania fue determinante en la evolución del mercado internacional de granos, los precios se dispararon a partir de febrero, pero retrocedieron a los niveles previos en los meses de junio-julio, debido a los acuerdos para la exportación desde los puertos de la zona en conflicto, cosechas favorables y una demanda menor a la esperada.

Con respecto a las principales variedades de maíz, se estima que la oferta de maíz amarillo en el ciclo 2022/23 sean 22.1 millones de toneladas (mdt), lo que significaría una disminución de 0.4 por ciento respecto a la oferta del ciclo inmediato anterior. En el ciclo referido, la oferta nacional estaría compuesta por: 2.4 mdt de inventario inicial, 3.4 mdt de producción doméstica y 16.3 mdt importadas. Por el lado de la demanda, se estima un volumen de 19.7 mdt, en el que destaca como principal componente el consumo pecuario, que representa el 78 por ciento y equivale a 15.5 mdt. Dicho volumen es similar a lo consumido por este sector en el ciclo previo. Otro destino sería hacia la industria almidonera que participaría con 3.0 mdt y representa el 15 por ciento. El resto de la demanda, 1.3 mdt, tendría otros usos como, en orden de importancia: autoconsumo, consumo humano, semilla para siembra, exportaciones y las mermas. Con base a la estimación del SIAP de diciembre de 2022, la demanda de este tipo de grano se estima con una reducción de 0.4 por ciento (-86 mil toneladas) con respecto al ciclo 2021/22.

En el caso del maíz blanco la oferta total en el ciclo comercial 2021/22 serían 26.0 mdt, lo que significaría una disminución de 1.3 por ciento con relación al ciclo previo. Por componentes, la producción nacional sería alrededor de 23.3 mdt, es decir, aportaría el 90 por ciento de la oferta total. El inventario inicial se estima en 1.9 mdt, mientras que las importaciones aumentarían en 15.4 por ciento al ubicarse en un volumen de 763 mil toneladas. En el caso de la demanda de maíz blanco se estima en 24.1 mdt en el ciclo 2022/23, lo que representa una disminución de 1.3 por ciento en su comparativo anual. Entre los principales componentes de la demanda, para el consumo humano se destinarían 13.6 mdt que representa el 56 por ciento de total; para consumo pecuario 4.2 mdt y 5.1 mdt para autoconsumo. El resto de la demanda estaría compuesta por: exportaciones (208 mil toneladas, una disminución de 11.9 por ciento), semillas para siembra (160 mil toneladas, una disminución anual de 1.2 por ciento) y mermas (895 mil toneladas, una reducción anual de 4.1 por ciento). El balance de oferta y demanda del maíz amarillo llevaría a una reducción de los inventarios finales en 22.9 por ciento (-536 mil toneladas), mientras que en maíz blanco se obtendría una reducción de 1.5 por ciento (28 mil toneladas adicionales).

Estas perspectivas son importantes porque informan las decisiones de política pública de FIRA, mismo que impacta la disponibilidad y el costo del financiamiento para el sector productivo de la región. Por lo que en esta temporada se considera que pudieran tener resultados positivos a pesar de que el precio ha disminuido y los costos han aumentado, debido al nivel de precios relativamente alto con respecto a la tendencia histórica.

Fuente: https://www.fira.gob.mx/Nd/NEstEcon.jsp