Ley Orgánica de la UAS tiene 20 años de retraso; últimas reformas han sido retrógradas, acusa asociación

Humberto Quintero
21 febrero 2024

Pese a que los tiempos actuales exigen cumplir con temas como la paridad de género y rendición de cuentas, estos no están reflejados en la vida interna universitaria, ni en su legislación, señala el organismo Civitas

La Universidad Autónoma de Sinaloa permanece estancada con una Ley Orgánica que presenta un desfase de 20 años y cuyas últimas reformas han sido de un carácter retrógrada y regresivo, acusó la asociación civil conformada por miembros de la comunidad universitaria, Civitas.

Uno de los miembros, Jorge Ibarra Martínez, señaló que los últimos retoques a la legislación universitaria van en contra de la participación democrática y transparencia en la vida de la institución.

“La universidad (UAS) se ha quedado estancada, no solamente eso, sin que además notamos en nuestro diagnóstico como universitarios que la universidad, las reformas que ha establecido en los últimos 20 años, han sido regresivas, se ha limitado la posibilidad de participación de estudiantes, de profesores, de la comunidad universitaria en general”.

“Se han establecido mecanismos de opacidad que no permiten la transparencia y la rendición de cuentas, y algo todavía mucho más grave, es que se ha debilitado la legalidad en la universidad”, criticó Ibarra Martínez.

En ese sentido, enfatizó que en la reforma a la Ley Orgánica del 2006, el Consejo Universitario fue asignado como una autoridad suprema en la casa de estudios, pero que no cuenta con algún contrapeso ni otro órgano que pueda corregirlo.

Puntualizó que esto provocó una concentración de poder excesivo en las autoridades de la administración de la casa rosalina, lo cual difiere con el espíritu de la institución educativa.

Sergio Mario Arredondo Salas, integrante de la asociación y Diputado local, indicó que la UAS también presenta un retraso en el cumplimiento de la agenda en materia de paridad de género, a pesar de que esa es la exigencia de estos tiempos.

“Hay banderas sociales en las que hemos avanzado, que no han sido recogidas por la universidad, que es necesario que nuestra universidad las retome y las exponencie con esa condición que tiene, con ese capital humano que está ahí presente, con esa diferencia de ideas, con la posibilidad de crítica y con esa labor que le corresponde de manera preponderante a las universidades”, dijo.

“Si hablamos de los avances en los derechos que hemos venido ganando como mexicanos, también las universidades debiesen de ser los espacios donde más francamente esos derechos se ejerzan y se vivan”, subrayó.