La vida de los Pueblos también está en los panteones, asegura García

Jazmín Ballesteros
02 noviembre 2018

"El Panteón San Juan alberga los restos de personajes que permiten conocer el viejo Culiacán, donde sus restos, descansan bajo un monumento arquitectónico"

Cada 28 y 29 de Octubre, se hacen visitas guiadas en el Panteón San Juan, donde quienes lo visitan, conocen un poco más de la historia del viejo Culiacán. El recorrido es guiado por Luis Antonio García Sepúlveda, Cronista independiente de Culiacán, quien realiza esta actividad para generar conciencia del patrimonio que resulta ser un panteón.

El campo santo de este panteón, es el más longevo de la capital sinaloense, fue inaugurado el 13 de Mayo de 1844, en el se haya la tumba más antigua y una larga lista de personajes que fueron desde el más sencillo ciudadano, hasta alguna figura política. Los monumentos donde descansan datan del siglo 18 y 19.

"En los panteones se encuentran sepultados los cadáveres de los ciudadanos de la historia y cuando estudias la biografía de estas personas, te vas dando cuenta que estudias la historia del pueblo, al conocer la vida de estos personajes, estas conociendo la vida de la ciudad también, están ligadas", expresa Luis García.

"Entonces, la vida de los pueblos también está en los panteones", añade.

Los recorridos gratuitos, se organizan previos a los días de más concurrencia al panteón, una vez al año, donde García trata de generar conciencia de la importancia de mantener en buen estado un panteón, pues desde años atrás, estos terrenos han sido saqueados y sobre poblados, pasando por encima hasta de los mismos muertos.

En estos recorridos no se cuentan historias de terror, sino la vida y obra de los distinguidos ciudadanos que aquí descansan desde el siglo pasado.

"Es necesario que la ciudadanía civil participe en la conservación de los panteones, pues las tumbas del siglo pasado son atravesadas por árboles o se van dañando con el tiempo, además de que se respete la capacidad de cuerpos que pueden descansar ahí, cosa que por la corrupción no ha sido respetado", señala.

La capacidad del terreno del Panteón San Juan es de 63 mil inhumados, contando con una superficie de 10 mil 200 metros cuadrados, siendo esta la última ampliación efectuada en el año 2004.

"Hace cinco años encañonaron al velador del panteón, llegaron varios hombres con herramientas y empezaron a cortar todo el fierro que pudieron , llevandóse en una camioneta 4 toneladas del material en el que se encontraban cruces y lápidas de metal", relata.

Esta es una problemática que sucede a nivel nacional, donde una solución, según García, es legislar y obligar a los Ayuntamientos a que levanten planos de cada uno de los panteones y se actualice el libro de propietarios de cada tumba, pues al contrario, continuará la situación de los monumentos olvidados.

 

Personajes que descansan en el Panteón San Juan

Se encuentran en la Zona Oriente y Poniente del campo santo:

Doña Veneranda Bátiz de Peña

Enrique Peña Bátiz (El Gallo de Oro)

Mercede Diez Martínez, Viuda de Bengueres

Familia de Don Mariano Romero

Ing. Eliseo Salazar

Familia Timmerman

Antonio Vizacíno

Familia Clouthier

Don Alfonso Zaragoza

Lic. Fortino Gómez

Jesús G. Andrade

Cripta de la Familia Rafael Buelna

Don Gerónimo Bustillos (Dueño de la carpintería donde trabajó Pedro Infante en Guamúchil)

Don Juan Sepúlveda (Un héroe olvidado, tras su muerte los trabajadores de gobierno vistieron de luto nueve días y la bandera se hizó a media hasta)

Josefina Izábal De Martínez de Castro

Tumbas de Valor artístico

Ubicadas en la Zona Oriente:

Inocente Mata

Andrea Q. de Ayala

Nepomucena M. De Sánchez

Benigna U. de Uriarte

Francisco F. Izábal

De las tumbas que son Monumentos Históricos, se encuentran 17, en las que destaca la de el General Francisco Cañedo, entre estos se encuentra el Monumento olvidado, donde descansa Rafael Buelna Tenorio.

Son 33 personajes en total de los que García, tiene una biografía, un proceso que le ha llevado años.

"Los historiadores y cronistas, así como el INAH, debemos trabajar para que los panteones antiguos sean museo de sitio, por la arquitectura y personajes que se encuentran; de esta manera bajar recursos federales y usarlos para su conservación, pero debemos trabajar todos en conjunto, para conservar la historia colectiva de los pueblos", dice.

Las tumbas de hoy, ya no son monumentos

La arquitectura de los descansos a los restos humanos, han tomado una forma más sencilla, en algunos panteones, debido a las reglas que se imponen en los distintos espacios y también la condición económica de los familiares de los difuntos.

"Cuando alguien fallece, andamos como pollo sin cabeza, no preveemos la muerte y ese es un factor por el cual las construcciones de las lápidas son más sencillas o tardan buen tiempo en tomar forma", platica.

Sin embargo, lo que no cambiará en los cementerios, son las historias algunas de miedo, milagrosas y sin duda de importancia histórica pues ahí se encuentra la lucha y la vida de la vieja ciudadela.

La historia de Josefina Izábal De Martínez de Castro

En el panteón San Juan existen varias tumbas de apellido Izábal, y aunque sus restos descansen, el espíritu de la sirvienta de la familia rondan por la antigua Escuela de Artes de la Universidad Autónoma De Sinaloa.

Josefina se casa en Junio de 1914 con Rodrigo Martínez De Castro, su luna de miel fue en Los Angeles California E.U y fue ahí donde falleció a causa de una enfermedad, pues en ese tiempo no había antibioticos. Su cuerpo tardó en volver a casa, pues eran tiempos de revolución y las vías del tren estaban dañadas.

En Culiacán, Doña Manuela Trapero de Izábal, mamá de Josefina, construye una casa para Josefina y Rodrigo, la cual quedó sola varios años pero finalmente familiares de Manuela, habitaron la casa.

En esta casa, la cual se encuentra en la Calle Ángel Flores, a un costado del teatro MIA y fue sede de la Escuela de Artes de la UAS, hubo un suceso donde advertía la muerte su visita, en 1918.

La historia según Gustavo Izábal, en entrevista para García Sepúlveda, fue la muerte de la sirvienta fue lo que desencadenó todo acontecimiento paranormal. La familia relata que una mañana, la sirvienta como de costumbre, se encontraba en la cocina moliendo maíz en un metate, según Manuela al ver que la sirvienta levantaba su rostro, vio en ella la cara de la muerte.

Esa noche la sirvienta murió de un ataque al corazón. En 1962, el esposo de Manuela fallece y en 1963 se rentó la casa a la UAS, donde los veladores y estudiantes aseguran que la fiel sirvienta se aparece con un hato de leña en la escuela.

"Varios veladores han renunciado, han escuchado balazos y el andar de un caballo, y también que tocaban la puerta", relata García.