La guerra en Ucrania puede desencadenar la siguiente catástrofe alimentaria

Omar Ahumada
22 mayo 2022

De acuerdo con una nota de la publicación de “The Economist” esta semana, la próxima catástrofe alimentaria puede estar muy cerca debido a los efectos devastadores en la oferta de alimentos que puede traer el conflicto en Ucrania.

Comenta el reporte que la gente se ha familiarizado con la idea de una crisis por el aumento de los precios, pero eso no comienza a captar la gravedad de lo que se avecina. La guerra en Ucrania está golpeando un sistema alimentario mundial debilitado por el Covid-19, el cambio climático y una crisis energética. Las exportaciones de cereales y semillas oleaginosas de Ucrania se han detenido y las de Rusia están amenazadas. Los precios del trigo, que subieron un 53% desde principios de año, subieron otro 6% el 16 de mayo, después de que India dijera que suspendería las exportaciones debido a una ola de calor.

De acuerdo con el reporte, juntos, Rusia y Ucrania proporcionaron el 28% del suministro mundial de trigo, el 29 % de la cebada, el 15% del maíz y el 75% del aceite de girasol. Las exportaciones de alimentos de Ucrania normalmente alimentan a 400 millones de personas en todo el mundo. El alto costo de los alimentos básicos ya ha advertido el número de personas que no pueden estar seguras de obtener lo suficiente para comer en 440 millones, a 1600 millones. Casi 250 millones están al borde de la hambruna. Si, como es probable, la guerra se prolonga y los suministros de Rusia y Ucrania son limitados, cientos de millones de personas más podrían caer en la pobreza. Por lo anterior se considera que el descontento político se extenderá, los niños sufrirán retrasos en el crecimiento y algunas personas morirán de hambre.

Sin embargo, también considera este reporte que la escasez no es un resultado inevitable. Los países deben actuar juntos, comenzando por mantener abiertos los mercados. Los líderes mundiales deberían ver el hambre como un problema global que requiere urgentemente una solución global. Debido a pesar del aumento vertiginoso de los precios de los cereales, es posible que los agricultores de otras partes del mundo no compensen el déficit. Porque los márgenes se están reduciendo debido al aumento de los precios de los fertilizantes y la energía. Que son los principales costos de los agricultores, y ambos mercados se ven afectados por las sanciones a Rusia y la lucha por el gas natural. Si los agricultores reducen el uso de fertilizantes, los rendimientos globales serán más bajos en el momento equivocado.

La respuesta de los políticos preocupados podría empeorar una mala situación. Desde que comenzó la guerra, 23 países desde Kazajstán hasta Kuwait han declarado severas restricciones a las exportaciones de alimentos que cubren el 10% de las calorías comercializadas a nivel mundial. Más de una quinta parte de todas las exportaciones de fertilizantes están restringidas, el último que ha anunciado posibles recortes a las exportaciones de granos es Argentina. Pero si el comercio se detiene, se producirá la hambruna.

En cambio, los estados deben actuar juntos, comenzando por mantener abiertos los mercados. Esta semana Indonesia, fuente del 60% del aceite de palma del mundo, levantó una prohibición temporal a las exportaciones. Europa debería ayudar a Ucrania a enviar su grano por ferrocarril y carretera a puertos en Rumania o los países Bálticos, aunque incluso los pronósticos más optimistas dicen que solo el 20% de la cosecha podría salir de esa manera. Los países importadores también necesitan apoyo, para que no terminen hundidos por facturas enormes. Los suministros de emergencia de cereales deberían ir solo a los más pobres. Para otros, el financiamiento de importaciones en condiciones favorables. El alivio de la deuda también puede ayudar a liberar recursos vitales.

Pero también señala el reporte que hay margen para la sustitución. Alrededor del 10% de todos los granos se utilizan para producir biocombustibles; y el 18% de los aceites vegetales se destinan al biodiésel. Finlandia y Croacia han reducido los requerimientos para que la gasolina incluya combustible de cultivos. Otros deberían seguir su ejemplo. Se utiliza una enorme cantidad de cereales para alimentar a los animales. En 2021, China importó 28 millones de toneladas de maíz para alimentar a sus cerdos, más de lo que Ucrania exporta en un año.

El reporte señala que el alivio inmediato vendría de romper el bloqueo del Mar Negro. Aproximadamente 25 millones de toneladas de maíz y trigo, equivalente al consumo anual de todas las economías menos desarrolladas del mundo, están atrapadas en Ucrania. Se deben incorporar tres países: Rusia debe permitir el envío ucraniano; Ucrania tiene que desminar el acceso a Odessa; y Turquía necesita dejar escoltas navales a través del Bósforo.

Pero llevar a cabo esas maniobras no será fácil. Rusia, está tratando de estrangular la economía de Ucrania. Convencerlos de que cedan será una tarea para los países, incluidos India y China, que se han quedado al margen de la guerra. Los vehículos pueden requerir escoltas armadas respaldadas por una amplia coalición. Alimentar a un mundo frágil es asunto de todos, sentencia el reporte.

Redacción: Omar Ahumada

Fuente: https://www.economist.com/leaders/2022/05/19/the-coming-food-catastrophe