La FAO afirma que se necesita una transformación radical para abordar la pérdida de alimentos y la transición energética
En la Cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) realizada en Lima, Perú. El Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), QU Dongyu, pidió el pasado 14 de noviembre, una transformación radical en la forma en que producimos, procesamos, comercializamos y consumimos alimentos, al hablar sobre la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos y para asegurar el abasto de energías limpias para los sistemas agroalimentarios.
En su presentación, El Director General señaló que el valor global de los alimentos perdidos entre la cosecha y la venta minorista asciende a 400 mil millones de dólares, y que 1.4 millones de hectáreas de tierras de cultivo y pastizales, así como 250 kilómetros cúbicos de agua, se utilizan para cultivar alimentos que finalmente se pierden y desperdician. Mientras tanto, el 18 por ciento de la población no puede permitirse una dieta saludable. Además, comentó que para solucionar este problema, necesitamos centrarnos en puntos críticos de pérdidas específicas y utilizar la innovación, la tecnología y la inversión, incluso en la recopilación de datos.
En este sentido, la FAO ha desarrollado herramientas como el Índice de Pérdida de Alimentos de la FAO y una Aplicación para dispositivos electrónicos sobre Pérdida de Alimentos, como ejemplos para la acción y resultados específicos. “La necesidad de reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos es mayor que antes y es una condición necesaria para abordar los desafíos actuales y futuros”, comentó.
El reducir el desperdicio de alimentos “Ayudará a lograr un mejor medio ambiente, al ahorrar recursos naturales; una mejor nutrición, al mejorar el acceso a productos saludables, pero perecederos; y una vida mejor, al mejorar los ingresos de los productores de alimentos”, dijo el Director General. Añadió que “para solucionar este problema, debemos tomar medidas para lograr una mejor producción a lo largo de las cadenas de valor”.
En la reunión también se debatió la mejor manera de garantizar una transición energética justa para todos los sectores de las sociedades. Según la FAO, debemos prepararnos para alimentar a una población mundial de casi 10 mil millones de personas en 2050, al tiempo que nos adaptamos al cambio climático y de no superar el umbral de 1.5 grados de calentamiento global.
Producir alimentos suficientes para el mundo, desde el productor hasta el consumidor, utiliza alrededor del 30 por ciento de toda la energía global, y el uso de energía genera más de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero de los sistemas agroalimentarios.
Los debates se centraron en la necesidad de ampliar los beneficios de las fuentes de energía prometedoras, como el hidrógeno limpio y con bajas emisiones de carbono, en la región. Un tercio de los alimentos del mundo se pierde o desperdicia anualmente, junto con la energía relacionada que se utiliza en el sector y las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas.
En concreto, la falta de sistemas de refrigeración eficaces provoca directamente la pérdida de 526 millones de toneladas de producción de alimentos, o el 12 por ciento del total mundial. En un mundo en el que aumenta el número de personas que padecen hambre, no podemos permitir la pérdida de toneladas de alimentos comestibles.
Las soluciones propuestas por la FAO comienzan por reconocer que las inversiones anuales en energía limpia en todo el mundo deberán triplicarse para 2030, hasta alcanzar los 4 billones de dólares si queremos lograr emisiones netas cero para 2050. Las soluciones también deben integrarse mejor, para priorizar en las políticas nacionales y las contribuciones determinadas a nivel nacional. Es necesario apoyar a los agricultores si queremos implementar soluciones energéticas innovadoras y ecológicas. Debe haber una transición energética justa en el sector agroalimentario para garantizar la igualdad de acceso a los servicios y tecnologías energéticas necesarios.
Durante los últimos veinte años, la FAO ha facilitado el acceso a energía moderna sostenible, trabajando en estrecha colaboración con los gobiernos y los socios. Esto es fundamental para la transformación de los sistemas agroalimentarios para que sean más eficientes, más inclusivos, más resilientes y más sostenibles para lograr los cuatro objetivos de la FAO: mejor producción, mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor, sin dejar a nadie atrás.
Fuente: https://www.fao.org/newsroom/detail/apec-summit--fao-says-radical-transformation-needed-to-address-food-loss-and-energy-transition/en