Honran miles en Culiacán a la Morenita del Tepeyac
"Como cada año, el colorido desfile de feligreses, algunos caracterizados como Juan Diego, es fluido en la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, mejor conocido como 'La Lomita'"
CULIACÁN._ Como cada año, miles de católicos acudieron desde la tarde y noche del miércoles al templo de La Lomita, para dar las gracias y llevar ofrendas a la Virgen de Guadalupe, que este año celebra 488 años de haberse aparecido ante el indio Juan Diego en el Cerro del Tepeyac, según la religión católica.
El colorido desfile de feligreses, algunos caracterizados como Juan Diego, es fluido en la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, mejor conocido como "La Lomita", en Culiacán.
Algunos fieles acuden para cumplir mandas o favores pedidos a la Virgen, otros para agradecer por el bienestar de los suyos y algunos más con la misión de solicitar milagros.
A pesar de las largas horas que puedan hacer de camino los feligreses foráneos y locales, y lo complicado de acceder al templo por la afluencia y el tráfico, o los difíciles 144 escalones que representan la recta final del peregrinaje, año tras año regresan para ver a la Morenita del Tepeyac.
Desde la noche del 11 de diciembre, católicos de todas partes del estado comienzan a arribar a la iglesia. La afluencia se aligera conforme transcurre la madrugada y se incrementa con la visita de menores de edad y familias completas.
Algunos fieles acuden para cumplir mandas o favores pedidos a la Virgen.
Los grupos de devotos son variados. Los conforman familiares, amigos, niños y adultos mayores, todos son parte de esta celebración, quienes portan el vestuario ya tradicional de manta o playeras con imágenes religiosas plasmadas y colores brillantes, y lo hacen con orgullo.
Las coloridas prendas y los estandartes con la imagen de La Guadalupana son los protagonistas de la celebración.
Niños y adultos se disfrazan de Juan Diego. Los más pequeños son llevados en brazos por sus padres vestidos de la misma manera, con trajes de manta, sombreros, huaraches y hasta bigotes pintados.
Al llegar al circuito conformado este año por 895 locales de vendedores ambulantes, los peregrinos buscan el que tenga a la vista veladoras en venta, 25 ó 30 pesos por tres veladoras, las pagan y continúan su andar ya con el resto de las ofrendas en las manos.
Los más pequeños eran caracterizados como Juan Diego.
El subir las escaleras del templo es parte importante del ritual. Algunos lo hacen despacio y otros tienen un ritmo más rápido, pero el destino y la misión son los mismos: ver a la Virgen de Guadalupe.
Un joven que alienta a su padre, luego lo espera a dos escalones de distancia.
El hombre de algunos 60 años se apoya en su andadera, mientras es apreciado con angustia por su hijo que lo acompaña.
"Por aquí va a ser, mijo", le dice.
En la cima, sobre la explanada que antecede la entrada al recinto, unos jóvenes que portan sotanas y reparten panfletos religiosos reciben a los visitantes. Les desean bendiciones y les invitan a pasar al interior del templo.
Hasta afuera resuenan los coros de plegarias, un pasillo lleno de visitantes y bancas ya colmadas de feligreses que cumplieron con su objetivo, pero el ruido se envuelve con los puestos de vendimia, cuyos locatarios recitan sus ofertas.
La fiesta continuaría hasta la medianoche.
La Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal informó que para este operativo cerraría las vialidades cercanas al templo desde las 08:00 horas del 11 de diciembre y habría presencia de elementos policiales desde las 14:00 horas.
Durante el recorrido realizado por Noroeste, se pudo constatar que había presencia policial en los puntos más importantes del complejo acondicionado para la celebración.
En este operativo, reveló la autoridad, participaron 235 elementos, 45 patrullas, 34 motos, 6 grúas y 12 trabajadoras sociales.
¿POR QUÉ SE VENERA A LA VIRGEN?
De acuerdo con relatos de la religión católica, la Virgen de Guadalupe se apareció en el Cerro del Tepeyac un 12 de diciembre de 1531 para solicitarle a Juan Diego la construcción de un templo en su honor.
Según los creyentes católicos, la Virgen María le pidió a Juan Diego que subiera a lo más alto del Cerro del Tepeyac en busca de rosas para llevarlas ante el Obispo como una prueba de sus milagrosas apariciones.
La historia, aprobada por el Vaticano, cuenta que Juan Diego hizo caso a las instrucciones de la virgen y llevó las rosas ante el Obispo Zumárraga, quien lo recibió y presenció cómo, al momento de dejarlas caer de su manto, se reveló la imagen que todos conocemos de la Virgen de Guadalupe.
Durante el México Independiente, en el año de 1824, el 12 de diciembre fue declarado como Fiesta Nacional por el Congreso de la Nación.
En la actualidad los festejos conforman una de las celebraciones religiosas más importantes de América Latina.