En Bagrecitos, Tepuche, toda la gente ya se va a salir, solo se quedan 'los más tercos', dice vecina

Noroeste/Redacción
26 junio 2020

"En la comunidad hay familias, como la de Modesta, que aún permanecen en sus casas, aguantando el terror de revivir lo ocurrido la jornada del miércoles, en la que ocho de sus pobladores y vecinos perdieron la vida"

BAGRECITOS, Tepuche, Culiacán._ Modesta no consensa con los demás miembros de su familia, los que a la vista son tres personas de la tercera edad, tres pequeños varones, un bebé y una joven madre.

Arrima las sillas y las da a ofrecer, sin aceptar un rechazo, para que los visitantes puedan estar cómodos y escuchar lo que ella tiene que decir.

La mujer morena, de estatura alta, tiene 62 años y un velo de cansancio en el rostro.

El hijo de una de sus primas fue uno de los asesinados el miércoles a unos metros de su casa, en donde aún el jueves por la mañana había restos de sangre en el asfalto, veladoras encendidas, una cinta amarilla de precaución para escena del crimen y una colcha ensangrentada con los que los pobladores cubrieron algunos de los cuerpos.

“Sí, sí estuvimos atemorizados buen rato. Eran las ocho, iban a ser las ocho cuando empezó”, recuerda.

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- De la mañana?

- Sí.

 

¿Los mataron ahí?

- Pues yo creo, nosotros, ya que empezaron los tiroteos, pues no metimos para dentro. No salimos, nadie salió. Sí, ya más tarde salimos, y pues nos volvimos a meter.

Modesta no deja de repetir que tiene miedo, por lo que les pueda pasar a ella y su familia, porque el terror de lo ocurrido hace unas horas, podría repetirse en cualquier momento.

“La verdad, pues creo que toda la gente ya se va a salir, quedamos nosotros nomás, los más tercos. Yo toda la vida he vivido aquí”, recalca.

“Lo que pasa es que los que vivimos aquí, pues tenemos animales encerrados, dándoles comida... los demás qué pensarán, la verdad no sé”.

La primera versión de los hechos, que se publicó en varios medios electrónicos, es que los asesinados en esta comunidad eran campesinos.

Modesta asegura que eran vecinos del lugar.

“Pues eran de aquí, pacíficamente eran de aquí, no se dedicaban a otra cosa... la verdad, yo voy a platicar de lo mío, de mi parte, ahí lo demás que platiquen los demás”, corrige.

Recuerda que eran casi las dos de la tarde cuando se empezó a calmar todo.

“Yo digo que la vida es una, si tenemos que, si alguien de más arriba dicen 'dejen el rancho', hay que dejarlo, porque tienen que salvar su vida”, expresa.

A Modesta se le cuestionó que si quién tendría que decirle que lo haga.

“No, no, no, pienso yo así”, agrega.

 

- ¿El gobierno?

- El gobierno, yo qué sé, otras personas puede haber también, que digan: hey, sálganse.

También se le preguntó si es común que las autoridades realicen recorridos por esa zona.

“Pasan para allá y para acá, hay veces que si vienen, están ahí un día o dos, y se van, hay veces que pasan para arriba y para abajo”, explica.

“La verdad yo sí tengo miedo, la verdad el miedo no anda en burro. Como le digo, la vida es una, si usted no la salva de alguna manera u otra, pues tarde ya para qué, 'ay me voy a salir', ¿ya para qué?, si ya se mataron o se fregaron los que nos mantienen, o los que nos navegan, yo que sé, la verdad yo sí tengo miedo".

A Modesta se le cuestionó además si era común ver “otro tipo de gobierno” por la zona.

“No hemos visto ya nada, ahí andaban para arriba y para abajo, pero ya no los hemos visto, ya desde ayer, que empezó. Sí subían y bajaban, lo normal, como no nos trataban mal, ni ellos con uno, ni nosotros con ellos”, aclara.

 

- Ahora, ¿qué va a esperar? 

- Pues yo creo que vengan a matarnos, porque pues no se sale uno.

 

"Ojalá nos llegara un mandato que diga 'sálganse', para podernos salir. Yo sí tengo miedo".

 

- ¿Pero ya valora irse?

- No, no es que no me quiera ir, sino que si me voy, voy a estar con el pendiente de los que se quedan.

 

La vecina de Bagrecitos recuerda que hace unas horas tuvo una charla con su esposo, quien le comentaba una alegada con uno de sus sobrinos. Su esposo insistía que tenían que salirse del pueblo, pero su sobrino renegaba y rechazaba hacerlo.

“Sí, pero ¿vamos a irnos, para venirnos mañana o pasado otra vez para atrás?”, cuestiona.

“Sí, pues si así le tenemos qué hacer, pues ¿cuál es el problema?, si así le tenemos que hacer, yo creo que hay que hacerlo, en vida, si no ya pa' qué”.