El romanticismo que había entre la sociedad y el narcotráfico se fracturó desde el Jueves Negro: sociólogo
"Tomás Guevara Martínez, catedrático de la Universidad Autónoma de Sinaloa, explicó que a un año de los sucesos del 17 de octubre, donde la delincuencia organizada tomó Culiacán, mucha gente dejó de ver al cártel como protector"
El romanticismo que había entre la sociedad de Culiacán y el narcotráfico se fracturó a raíz de los hechos que se suscitaron el 17 de octubre del 2019, cuando integrantes del crimen organizado tomaron el control de la capital de Sinaloa, afirmó Tomás Guevara Martínez, sociólogo de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
El catedrático de la UAS explicó que la mayoría de la gente siempre ha pensado que el cártel los protege; sin embargo, luego de ser rehenes el pasado 17 de octubre cuando sujetos armados sitiaron la ciudad, esta perspectiva cambió en gran parte de la ciudadanía.
"A mí me da la impresión de que hay una fractura, una cantidad mayor de la población que tuvo una reacción de enojo, de disgusto, de preocupación, ante la postura, la actitud de la gente del grupo de sicarios. Es claro que a la gente no le gusta que pasen estas cosas en su ciudad, pero lo que hay que subrayar, es que la relación que había entre la gente del cartel y la sociedad civil se fracturó", opinó.
"No es una fractura total, pero yo creo que mucha gente empezó a ver ya no con temor, sino con enojo, con disgusto, con desaprobación la actitud y la postura de la gente del cártel. Tradicionalmente la sociedad civil era como una especie de grupo de apoyo de estos grupos, se sentían protegidos; salieron a la calle a protestar la detención de 'El Chapo', no era una descalificación, la narcocultura es una muestra de que hay una relación amorosa entre la sociedad civil y el producto del narcotráfico", añadió.
Guevara Martínez subrayó que en dos ocasiones la gente de Culiacán salió a pedir la liberación de Joaquín Guzmán Loera, siendo ese un termómetro de que la narcocultura estaba arraigada en la ciudad, sin embargo luego del 17 de octubre este romanticismo con el crimen organizado se quebrantó, no totalmente, pero ya no es el mismo.
"Si hubiese un rechazo, no habría los niveles de narcocultura que tenemos, entonces es obvio que esa relación que te comento, es la que se fracturó", señaló.
-¿El romanticismo al narcotráfico se aminoró?
"Sí, su cuarteó, se fracturó, porque por primera vez la gente fue amedrentada, amenazada, por estos tipos, por esta gente, cuando eran una especie de aliados, ahora llegan y los apuntan, y los apuntan, y la gente se espantó, nunca habían visto algo así", respondió.
Hace un año, los civiles armados amenazaron con causar estragos en la ciudad si no dejaban en libertad a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín Guzmán Loera, que había sido detenido por elementos de la Marina; al final, las autoridades federales accedieron a dejar libre al hijo del capo sinaloense, pero la ciudadanía se quedó con esa mala imagen del cártel, mismo por el cual se sintieron protegidos por años, detalló Guevara Martínez.
El sociólogo dijo también que esto es positivo para la ciudadanía dejar de romantizar el crimen, ver que no son protectores, y empezar a trabajar para que Sinaloa deje de estar a la merced de estas células delictivas.
"Es positivo si pensamos que la gente va a reprobar la acción de estos grupos delincuenciales en la vida cotidiana de la sociedad, y se va a ir abandonando la idea esta de que de alguna manera la gente del cártel hacía el trabajo que la policía no hacía, al estar defendiendo la plaza y estar bloqueando el acceso de otros grupos de delincuentes de alguna manera tenían protegido el lugar y la gente se sentía con más confianza", indicó.
"Al darse esta fractura, la sociedad piensa menos en eso, ahora más bien ya no los ven como protectores, sino como una amenaza; esa visión, esa lectura que empezó a darse a partir de ese suceso, creo que se mantiene hoy día, creo que la gente está esperando que haya un proceso que haga que Sinaloa deje de ser una presa de estos grupos", consideró.