DETRÁS DE PÁGINA: Ataques, otra vez
Todos los ataques que hemos recibido, incluidos algunos de páginas digitales que falsean notas nuestras usando nuestra identidad gráfica, las documentamos ante ustedes, nuestros lectores, publicando notas de esto, y las documentamos ante Artículo 19
Agoreros de nuestro propio destino, así nos sentimos luego de que de manera constante hemos usado este espacio para advertir que hemos sido y seguiremos siendo blanco de ataques.
Apenas le contamos de la campaña de desprestigio de la semana pasada y el intento de un ataque cibernético, cuando el mismo domingo amanecimos de nuevo con una intrusión a nuestro sitio digital.
Ya lo documentamos en nuestras notas, fueron dos ataques intensos los registrados el domingo 14 de marzo.
Que se suman a otros 10 que hemos sufrido desde septiembre del año pasado a la fecha.
¿Qué objetivos tiene quien nos ataca? Presumimos que varios: sacarnos de circulación, distraernos, hacernos gastar recursos económicos, técnicos y humanos, desgastarnos, hacernos sentir vulnerables, amilanarnos y que dejemos de publicar.
Casi todos los consiguen, excepto el último. Lo reiteramos, enfrentamos los ataques y tratamos de minimizar el impacto, pero nuestra independencia y la forma en que tomamos las decisiones editoriales no están en negociación.
De este ataque documentamos todo para el organismo internacional de defensa de la libertad de expresión, Artículo 19, y prevemos presentar una nueva denuncia penal.
Ya lo hicimos el año pasado, cuando nos atacaron el sitio no solo a nosotros, sino a otros medios de Sinaloa. Desconocemos el avance de la investigación, pero sí sabemos, por información de expertos, que encontrar el origen de esos ataques es casi imposible técnicamente.
Nosotros, ya lo hemos dicho, conocemos el contexto y a los involucrados, por lo que poca esperanza tenemos de que estos ataques mermen.
Sin embargo, lo que más nos preocupa es que escalen, sobre todo en integridad y seguridad personal de nuestro equipo humano y nuestros recursos materiales e instalaciones.
Todos los ataques que hemos recibido, incluidos algunos de páginas digitales que falsean notas nuestras usando nuestra identidad gráfica, las documentamos ante ustedes, nuestros lectores, publicando notas de esto, y las documentamos ante Artículo 19.
Los antecedentes están ahí, las autoridades se deben dar también por enteradas, no queremos llegar a la situación de tener más que lamentar ante este ambiente de encono y violencia en contra nuestra.
Porque es violencia, aún cuando el ataque sea digital. Es atentado contra la libertad de expresión y contra nosotros como institución, aún cuando la agresión sea cibernética.
Sí nos sentimos vulnerables, sí nos mortifica, sí nos ocupamos en la medida de lo posible en la prevención y protección, pero nuestros atacantes han demostrado una y otra vez que sus recursos son muchos, que no tienen limitaciones ni económicas ni técnicas, lo que nos hace pensar que esto no parará por lo menos de aquí a las elecciones.
Pero faltan aún casi tres meses, en los que sabemos que pueden suceder muchas cosas.
A nuestros lectores nos encomendamos por su confianza y lealtad para con nosotros. Agradecemos las muestras de solidaridad que hemos recibido local, nacional e internacionalmente de colegas, organismos y actores sociales y ciudadanos.
Seguimos en nuestra función: informar, cuestionar, publicar.
Cartas a escrutinio
Las cartas del lector, lo hemos dicho antes, son uno de los vínculos más estrechos que tenemos con nuestros lectores.
Pese a los avances tecnológicos y la incursión en redes sociales y demás, hay lectores que continúan trayendo sus cartas por escrito y nos dan copia de su credencial de elector, que es uno de los controles que aplicamos para constatar que quien firma y trae la carta es la misma persona y es alguien real.
Pero no es el único control editorial que existe para la publicación de cartas, pues, aunque sean de lectores identificados, hay algunas, las menos, que pueden contener información que a nosotros no nos permite publicarlas.
¿Cuándo ocurre esto?, cuando la carta contiene acusaciones serias contra personas, pero no aporta pruebas.
De hecho, si llegara a aportar pruebas, entonces lo podríamos convertir en un reportaje.
Pero si el caso llega a ser sobre un juicio civil o mercantil, por ejemplo, como son entre particulares, no podemos abordarlos periodísticamente.
Esos son los únicos casos en que no publicamos una carta de lector, y en días pasados tuvimos un caso de estos, que nos llegó una misiva de un lector que suele enviarnos cartas, y se las hemos publicado, pero en este caso no lo hicimos por contener acusaciones de fraude y hasta implicaciones en un presunto asesinato.
Ante la seriedad de las acusaciones, por ética nosotros no podemos publicarlas, porque solo es la versión de una persona, sin pruebas ni documentación del proceso legal que se siga, por ejemplo.
Obviamente nuestra decisión molesta al lector que la envía, pero nuestro posición en esto es muy clara: la responsabilidad de todo lo que se publica es del editor, independientemente de quien escriba o dé una declaración, por eso la decisión final es del editor para aprobar una publicación.
Y si un texto, sea carta, nota, reportaje, llega a los riesgos de caer en difamación, debemos detenernos antes de publicar y proceder de una manera ética.
Seguramente podrá haber lectores, como el autor de la carta que comentamos, que pueden estar en desacuerdo con esto, pero es parte de la ética periodística que debemos respetar.