Desafía Raúl la destreza y agilidad mental con sus rompecabezas de metal
Desde hace tres décadas combina su oficio con la elaboración de pequeñas figuras de metal que a simple vista parecen inofensivas, pero después de unos minutos de razonamiento y maniobra, vencen el ego de cualquiera
Raúl Delgado, de 57 años, es un apasionado de los números y las matemáticas.
Desde niño le gustaba resolver acertijos y ejercicios de destreza, y desde hace 30 años elabora rompecabezas de metal con los que desafía a chicos y grandes a probar su agilidad mental.
Es físico matemático y por azares del destino terminó ejerciendo el oficio de plomero y electricista.
Como buen amante de las matemáticas, encontró la manera de mantener su cerebro en constante desafío, elaborando y resolviendo rompecabezas de metal en sus ratos libres.
Desde hace tres décadas combina su oficio con la elaboración de pequeñas figuras de metal que a simple vista parecen inofensivas, pero después de unos minutos de razonamiento y maniobra, vencen el ego de cualquiera.
Comenta que su objetivo con los rompecabezas es activar el sistema sicomotriz en los niños, activar el sistema de lógica y plantearles el método científico de observación, experimentación, comprobación y ley.
“Más que nada agilizar la mente a los plebes, que se dejen del celular, que razonen lo que hacen, estos juegos son desestresantes, pero a la vez son milenarios, quien los jugó de niño los busca ahora de adultos”, expresó.
Instala su vendimia sobre la acera de la calle Zaragoza, antes de llegar al puente bimodal que da al parque Las Riberas.
De 4 a 7 de la tarde atiende a cientos de curiosos e interesados que se acercan y maniobran las piezas. Unos hacen el esfuerzo y otros se rinden sin más.
Escalera china, el mono de alambre, el cerebro, el foco, aviones, bicicletas, perros, conejos, corazones y muchos más conforman su catálogo de 250 modelos y afirma que cada día está innovando para sus clientes más exigentes.
“Tengo el compromiso de estar haciendo juegos más difíciles cada vez”, aseguró.
Alambre galvanizado, pinzas en distintos tamaños y mucho ingenio son las herramientas de trabajo de don Raúl, quien en pocos minutos fabrica montones de rompecabezas, algunos de creación propia, otros modificados y unos más de uso público.
Reta a sus clientes a desafiar su destreza mental, resolviendo sus rompecabezas en un tiempo determinado y ofrece recompensa a quien lo logre.
“Si tú lo resuelves en una hora aquí conmigo, te regalo el juego y te regalo 100 pesos”, afirma.
“Hay uno que se llama ‘el imposible’, aquí en Culiacán hay alrededor de 50 personas que me buscan para pedirme juegos difíciles, pero ese es el único que no han podido hacer”, dijo.
Vende sus piezas en 15 pesos y hasta 70 los más complicados.
Afirma que en tiendas grandes como Walmart se encuentran paquetes de rompecabezas de otro material con grado de dificultad menor y a un precio tres veces mayor.
Y tú, ¿ya resolviste un rompecabezas de metal de don Raúl?