Denuncian devastación de flora y dos arroyos en Palos Blancos, en Culiacán
Llaman la intervención de Profepa para corroborar permisos de construcción en aras de evitar la destrucción del ecosistema natural en la zona
El avistamiento de un venado adentro de la comunidad de Palos Blancos, al oriente de Culiacán, alertó a los habitantes sobre dos máquinas que realizan una destrucción indiscriminada de flora y dos arroyos que desembocan al río Tamazula.
A la salida oriente de la ciudad de Culiacán, rumbo al poblado de Imala, se halla Palos Blancos, una población pequeña aledaña a un ecosistema natural de tipo caducifolio o bosque tropical seco.
Durante un recorrido realizado por pobladores se pudo observar cómo una máquina realizaba trabajos de remoción de tierra sobre los arroyos, mismos que contenían decenas de vegetación demolida.
Dalia Carrazco, habitante de la comunidad, expresó estar desconcertada por la situación, ya que la flora demolida crece en periodos extensos de años, además de ser zonas que acercan a la ciudadanía con la vida natural.
“(Nos sentimos) amenazados, tristes, decepcionados, porque cuando uno busca vivir en el campo, busca tener esa cercanía con la vida silvestre, tienes empatía”.
Por la zona se hallan árboles como amapas, moras, ébano, guayacanes, diversidad de cactáceas como el cardón y bromelia como la Guama. Además, los arroyos que desembocan al río Tamazula tienen sobre sus márgenes ahuehuetes, así como la fauna silvestre que ahí se encuentra.
A manera de dialogo se le pidió al conductor de la maquinaria si podía contactar al encargado de obra para reparar en lo conducente respecto a los permisos para realizar las actividades, sin embargo, nunca apareció y el trabajador continuó con sus labores.
A su vez, se llamó a personal de Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, no obstante señalaron que no había plantilla disponible, pero dieron el compromiso de atender la situación.
“La idea, si no se puede detener, por lo menos sería que no tumbaran esos árboles que ya están bien formados, que respetaran los arroyos”, dijo Dalia Carrazco.
Impacto ambiental
Por su parte, la bióloga Yamel Rubio explicó que lo principal es buscar el diálogo con los encargados de obra, a su vez, revisar los permisos de construcción y emitir recomendaciones sobre el impacto ecológico atendiendo las bases legales.
“Aquí lo que se pretende de la voz de la comunidad es buscar los diálogos, ver qué es lo que están haciendo, cómo lo están haciendo y en su caso ver la manera de cómo hacerlo mejor.
“Ahorita estamos en crisis climática, en crisis de pérdida de especies, una crisis de biodiversidad tremenda que estamos perdiendo y no podemos darnos el lujo como México, como estado, como Sinaloa, de seguir perdiéndolos de esta manera tan desmesurada. Somos conscientes de que crecemos, pero este crecimiento tiene que ser más planeado, entonces hay que atender y hay que ver qué dicen la normativa y los planes de desarrollo de nuestro estado”.
Explicó que de acuerdo al esquema de delimitación de cauce y fajas de zona federal de la Ley de Aguas Nacionales, los márgenes o distancias entre las construcciones deberán ser de entre cinco a 10 metros. En este caso, mencionó que se ha obstruido el paso del agua sobre los arroyos que funcionan como cuencas que en temporada de lluvias conducen el agua hacia el río.
“Estos arroyos por los que caminamos son afluentes, en tiempos de lluvia conducen, son micro cuencas que conducen el agua hacia el río. Lo que están haciendo ahorita es obstruir el paso del agua. La recarga a un futuro del acuífero por parte de los arroyos que vienen de manera natural y que tienen que ser protegidos.
“El ver cómo tumban estos grandes árboles es otra forma de violentar los derechos humanos de las personas”.
Al regreso del recorrido, dos máquinas continuaron con sus labores de aplanamiento y remoción de tierra.