Deja la vanidad por buscar desaparecidos

Marcos Vizcarra
25 enero 2017

"En 2010, Tina pensó que era necesario dejar atrás los estudios sobre fósiles o culturas prehispánicas, y vio que era necesario buscar desaparecidos y comprender la muerte de las personas que encuentran en fosas clandestinas"

Tina es una mujer que desde 2010 decidió que se uniría a la búsqueda de los desaparecidos.

 

Estudió Antropología y se especializó en el área Física, materia que para entenderla podría simplificarse en que es la que estudia los huesos de las personas muertas.

 

En 2010 pensó que era necesario dejar atrás los estudios sobre fósiles o culturas prehispánicas, y vio que era necesario buscar desaparecidos y comprender la muerte de las personas que encuentran en fosas clandestinas.

 

Un antropólogo físico puede trabajar en distintas áreas, no todo está relacionado con personas que ya murieron, pues también tiene un campo de estudio sobre personas vivas, pero Tina eligió a los muertos sobre los vivos, a los huesos de las personas.

 

Ese interés surgió desde 2010, cuando la llamada "Guerra contra el narcotráfico" estaba en uno de sus puntos más altos respecto a violencia, vista principalmente por asesinatos y desapariciones.

 

"Yo creo que ahorita en nuestro País hay una gran problemática, creo que siempre todo mundo lo abordamos, que se está generando a partir de la violencia un gran número de desaparecidos, ya sea algunos por desaparición forzada y otros simplemente por población civil", dice.

 

Tina forma parte de los especialistas que acompañan a la Tercera Brigada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos en Sinaloa, que prevé hacer rastreo de personas en fosas clandestinas e impulsar un registro estatal de víctimas de desaparición.

 

Su papel dentro de la Brigada es la de ser una especialista que durante pláticas con integrantes de los grupos que conforman la organización puedan identificar posibles anomalías al momento de desenterrar restos de personas en fosas clandestinas.

 

El trabajo que hace es gratis, porque ella cree, dice, en la lucha social de los familiares de desaparecidos, pues de ese dolor sólo conoce lo que ha podido observar y documentar de diversos casos a nivel nacional.

 

Ese trabajo lo combina con la docencia, pues su carrera no sólo la limitó a una licenciatura en Antropología Física. También tiene una maestría en Criminalística y un Doctorado en Antropología Forense.

 

Tina describe su carrera como su pasión, la misma pasión que la ha alejado de la vanidad, de pensar en su imagen como algo esencial, porque para ella es más importante atender y comprender un fenómeno social como las desapariciones forzadas.

 

Esa información podría no servir de manera inmediata a los brigadistas, ella misma lo reconoce, pero sí sirve como herramienta de reclamo social ante las autoridades públicas, como una exigencia de que los procesos forenses estén completos y no excluyan información importante de los restos que encuentran.

 

En Sinaloa hay dos grupos civiles de búsqueda: Voces Unidas por la Vida y Las Rastreadoras de El Fuerte. Entre los dos grupos hicieron el hallazgo de más de 80 fosas clandestinas sólo en 2016.

 

Esos grupos están conformados por personas, en su mayoría mujeres, que antes de convertirse en investigadoras de desapariciones eran amas de casa, mecánicos o profesionistas pero que la desaparición de una persona cercana a ellos los obligó a aprender técnicas de búsqueda como las de peritos y médicos forenses.

 

A los brigadistas se les puede ver con herramientas profesionales en sus manos, como guantes, escobillas y varillas especiales que se entierran en el suelo para rastrear posibles fosas clandestinas, pero ello ha sido aprendido por enseñanzas de especialistas como Tina.

 

"Una de las fases donde incide el Antropólogo es en la búsqueda y la posibilidad de hacer hallazgos, y este hallazgo no nada más se hace como si una persona llega y escarba, no, sino que hay una búsqueda metódica, una excavación metódica, una recuperación que debe de llevar cierto orden, cierto control para no perder cierto control, y después de ello empezar a dilucidar con todo lo que sucedió", dice.

 

Comprender los métodos de un antropólogo físico implicaría años de estudio, pero hay información que Tina dice que debe ser compartida con los familiares de personas desaparecidas porque les puede servir en algún otro momento.

 

"Es necesario que ellos sepan hasta dónde esa parte técnica, mecánica muchas veces, empírica porque se va dando con la experiencia, hasta ahí llega el límite de ellos", dice.

 

"Porque como ustedes dicen, si una ama de casa que no tiene un conocimiento más acerca de que por ejemplo hacen una excavación, recuperan una osamenta pero no saben toda la información que están resguardando esos huesos", señala.

 

Esa enseñanza es equiparada, expresa, al trabajo de primeros auxilios, el cual no necesariamente resuelve de fondo un problema médico, pero sí para evitar que un problema de urgencia se agrave y al mismo tiempo pueda ser atendido por algún especialista.