Chef Fausto, el padre del sushi Mar y Tierra, la marca de los sushis de Culiacán
Hace casi 30 años se vendió el primer sushi Mar y Tierra, desde entonces en Sinaloa se ha regionalizado el platillo oriental
Una noche de 1993 un joven chef Fausto se esforzaba por complacer a sus comensales con nuevos sabores traídos de oriente. En esa época, el sushi en Culiacán era un platillo exótico y poco conocido, que no había alcanzado popularidad en la región.
A poco más de un año de haber inaugurado su carreta de sushi el negocio no repuntaba, pero Fausto no desistía pues tenía la esperanza de que la comida japonesa fuese aceptada por los locales.
Un cliente habitual que visitaba el negocio para acompañar a su esposa, pero que no estaba acostumbrado a los ingredientes tradicionales de un sushi, le pidió a Fausto un platillo que tuviera carne de res.
Al ser la base de la cocina oriental el marisco, el chef no contaba con el ingrediente y mandó comprar cuatro tacos de carne asada de un negocio aledaño, los incorporó a un rollo de arroz y lo empanizó. Esa noche el primer Mar y Tierra fue vendido.
“Lleva res, camarón... pues que se llame Mar y Tierra, y Mar y Tierra se llamó”, recuerda Fausto esa hazaña de hace ya casi 30 años.
“Tuvimos que conocer el paladar del culichi para que lo fueran aceptando, era un platillo completamente desconocido y a raíz de que ya estábamos trabajando y teníamos los ingredientes y empezamos a jugar con ello”.
Fausto René Quevedo Lugo es propietario y chef del negocio Sushi-lo, un restaurante consolidado en Culiacán que habría preparado el primer sushi Mar y Tierra, un rollo de arroz relleno de carne de res, aguacate, queso crema y camarón.
“En el mundo de la gastronomía empecé como un juego. Empecé a trabajar en un restaurante japonés, después estudié gastronomía y así fue como fui creciendo. Después me hablaron de un restaurante de Culiacán que se llama Tomo, ahí estuvimos 4 años”, detalla los inicios de lo que ahora es una carrera firme en la industria gastronómica.
“Nadie nos conocía, Culiacán no estaba preparado para ese entonces para la gastronomía japonesa, muy poca gente conocía lo que era el sushi. Se oían comentarios de que es comida cruda, que son mariscos, y pues nos tenían en ese concepto”.
Fausto y un socio comenzaron con un pequeño negocio de venta de sushi en 1992, por más de un año las ventas fueron bajas pues los culiacanenses no conocían el producto.
“¿Qué venden?”, le preguntaban.
“Sushi”, respondía, para después detallar la preparación del platillo ante los rostros confundidos de clientes potenciales.
Pero en verano, clientes de Guadalajara, Monterrey o Ciudad de México que se encontraban de paso comenzaron a consumir, pues ellos ya tenían conocimiento del platillo.
“Comenzamos a darnos cuenta que el comensal que más nos consumía era el foráneo, y empezamos a ver que algo había que hacer ahí”, dice Fausto.
La invención del Mar y Tierra atrajo a los locales. El secreto fue regionalizar el platillo y fusionar la comida oriental con la sinaloense.
“Cuando empezamos a implementar los nuevos ingredientes que creíamos que no iban a funcionar... ni nosotros creímos que iba a ser tanta la aceptación del comensal”, confiesa.
Las tres décadas frente a su negocio han forjado en Fausto un empresario y líder, que asume gustoso las labores de un chef todas las tardes.
“Todo es un volado en la vida, todo joven que quiere empezar un negocio tiene que experimentar, que se animen, que se arriesguen”, recomienda.
Señala que su profesión le ha brindado la posibilidad de alcanzar sus sueños, formar una familia y disfrutarla.
“Me ha dado la fortuna de ser padre seis veces, y veo los logros que están alcanzando mis hijos”, agradece.