Carlos Emilio Báez, el joven culiacanense promesa de oro olímpico en Taekwondo
Fue en preescolar cuando inició a practicar Taekwondo por gusto, y después de nueve años de entrenamiento constante y disciplina, es cinta negra nivel tres y ha participado en competencias internacionales poniendo en alto su nombre y el de México
Carlos Emilio Báez Robles es un joven taekwondoín de 13 años quien a su corta edad ha participado en competencias internacionales poniendo en alto su nombre y el de México con una medalla de plata y una de bronce.
Inició su formación en el Taekwondo a los cuatro años de edad en el preescolar, por gusto, ahí descubrió una gran habilidad y lo que más tarde se convertiría en su pasión y lo llevaría a conocer el país entero, el viejo mundo y parte de Sudamérica.
“Empecé a los cuatro años, empecé en mi escuela, ahí había talleres de música, robótica, educación física, y todos esos talleres, estaba Taekwondo, a mí me gusto, me metí y me empezó a gustar más hasta el momento que lo empecé a tomar como deporte, empecé a ir a entrenar en las tardes”, explicó.
El camino no ha sido fácil dicen sus padres, quienes han sido pieza clave en su formación, pilar en momentos difíciles y porra en las victorias, han estado en cada entrenamiento, en cada competencia y en cada triunfo.
Carlos Emilio comenta que desde que inició en el Taekwondo le fue muy bien, en competencias intramuros, locales y regionales siempre obtenía el oro, a los cuatro años de entrenamiento, a sus ocho años de edad, obtuvo la cinta negra, la cual le abrió las puertas para competir con deportistas de nivel superior, fue ahí donde conoció la plata y el bronce.
“Con el tiempo empecé a ir a los torneos escolares, empecé a ganar puro oro, puro oro, hasta los cuatro años de entrenamiento cuando ya era cinta negra ahí ya algunas ocasiones gané plata, porque ya el nivel es más duro”, recordó.
En su proceso de formación ha tenido que sacrificar las reuniones familiares y fiestas con amigos, ´es un sacrificio que lo vale´ dice con orgullo, no lamenta dedicar tantas horas al entrenamiento, al contrario, lo hace con gusto, su objetivo es prepararse más y ser mejor cada día en su disciplina.
“Cuando hay fiestas de amigos o convivencias, primero es el entrenamiento, yo digo que se tienen que hacer esos sacrificios de faltar a la fiesta del amigo, a las reuniones familiares por el entrenamiento, porque ya es un nivel muy alto no puedes estar faltando porque eso baja tu rendimiento y puede que no des los resultados en el torneo”, explicó.
Aunque aún no tiene definido qué carrera universitaria estudiará, afirma que es muy dedicado y saca buenas calificaciones en la escuela, resalta la importancia del estudio para obtener sus objetivos en la vida.
“Soy muy dedicado, si me va muy bien, me dedico mucho a la escuela porque es muy importante, porque la escuela te puede abrir muchas puertas, teniendo lo deportivo y lo académico es el doble de bien”, dijo.
Los últimos seis meses han sido de competencia tras competencia para Carlos Emilio, en Julio pasado participó en Cancún en una competencia que le dió el pase para el mundial de Serbia España, en septiembre del mismo año, representó a México y obtuvo la medalla de bronce en su categoría. A su regreso viajó a Puebla donde refrendó el nivel tres de cinta negra. Su más reciente triunfo fue el mes pasado en Colombia, en el Open Internacional de Colombia de TKD, donde obtuvo la presea de plata para México.
En su familia algunos integrantes son deportistas, pero no de gama profesional, Carlos Emilio es el primero en practicar el deporte de manera profesional, al ver su ejemplo y dedicación, sus hermanos Sebastián y Santiago de 5 y 10 años, siguen sus pasos y entrenan diariamente para participar en torneos infantiles de Taekwondo.
Carlos Javier Báez Millan y María Zulema Robles Ramos padres del menor, comentan sentirse orgullosos de cada logro y meta de su hijo, afirman seguir apoyándolo en cada paso y esperan verlo en un futuro en los Juegos Olímpicos con una medalla.
“En 10 años, yo si lo veo en unos juegos olímpicos, lo veo como campeón mundial representando a nuestro país, yo si lo veo ahí porque sé que él tiene las capacidades, las cualidades y sobre todo que tiene el apoyo y el entrenamiento necesario, el enfoque necesario para lograrlo”, dijo su padre.
“Todos los resultados que ha ido obteniendo siempre nos han llenado de orgullo y nosotros siempre le decimos que si él sigue en el mismo camino que va, él lo va a lograr”, agregó.
Uno de los objetivos de Carlos Emilio es crear las oportunidades para que más niños como él tengan los espacios para practicar el Taekwondo, desea ayudar y motivar a niños de escasos recursos para que sean grandes deportistas.
“Me gustaría hacer un programa social donde pudiéramos ayudar a más niños a entrenar, algunas personas que no tienen los mismos recursos para que puedan entrenar, a futuro me gustaría seguir con el Taekwondo y poder generar muchas oportunidades a base del Taekwondo”, dijo Carlos Emilio.
Sus padres afirman que lo seguirán apoyando en cada entrenamiento, competencia, en cada logro y en cada batalla, comentan que parte de su rutina es asistir a cada entrenamiento del menor, a echarle porras y motivarlo de esa manera.
“Cuando están empezando depende mucho de la constancia y la constancia muchas veces se las brinda la familia, es por eso que nosotros siempre hemos tratado de siempre estar ahí, en todos sus entrenamientos estamos toda la familia completa”, dijo el padre.
Carlos Emilio recordó que cuando inició a los cuatro años de edad, compañeros y familiares le preguntaban qué quería ser de grande y él siempre contestaba, “quiero ser el mejor del mundo, quiero representar a mi país” y hoy son sueños que se están haciendo realidad.