Cada 8 horas es desaparecida una persona en Sinaloa, denuncia Sabuesos Guerreras

Noroeste/Redacción
22 noviembre 2021

En promedio, cada 8 horas es desaparecida una persona en Sinaloa. Este crimen ha generado una nueva forma de sobrevivencia en este Estado mermado por la violencia social y burocrática: el de evitar ser desaparecido, dijo María Isabel Cruz al Comité Contra la Desaparición Forzada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Durante su discurso, la líder de Sabuesos Guerreras explicó que Sinaloa tienen 22 colectivos que buscan a cinco mil 27 personas en calidad de desaparecidas, según los datos de la Comisión Nacional de Búsqueda. Culiacán, Mazatlán y Ahome concentran el 76 por ciento de los casos.

Los colectivos de búsqueda son los que encabezan la lucha para la localización de nuestros hijos, esposos, sobrinos, nietos y más, y ahora se nos ha prometido la actuación de un Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense para buscar entre morgues y panteones a personas sin identificar y tratar de regresarlos con sus familias.

Además dijo que, eso va a ser solo un pedacito para encontrar a nuestros hijos, pero nos va faltar saber la verdad de los casos. Las autoridades no investigan, somos nosotras y cuando encontramos no sabemos muchas cosas, porque seguramente las autoridades fueron quienes los desaparecieron, pero no lo sabemos, solo sospechamos y esa pregunta siempre queda, quién lo hizo, para qué.

Sabemos que el Comité hará esta visita a Culiacán como parte de una agenda de reuniones en 22 estados del País, así como con expertos, periodistas e investigadores que trabajan este tipo de casos, luego de una aceptación del gobierno mexicano a la intervención de la Organización en el País.

Parte de lo que encontrará aquí es que más de la mitad de los casos registrados en denuncias ante el Ministerio Público o la Comisión de Derechos Humanos de Sinaloa involucran a autoridades. Esta afirmación está basada en el análisis de 338 expedientes de la Comisión de Derechos Humanos, en el que en 142 señalan a policías municipales, estatales o miembros del Ejército, la Marina, la Policía Federal y hasta funcionarios de la Secretaría de Educación Pública.

En Sinaloa solo hay un caso juzgado por desaparición forzada, aunque este permanece impugnado por los elementos que se resisten a declararse culpables.

A esto se suma otra situación, lo que el Grupo de Investigación en Antropología Social y Forense (GIASF) ha denominado como violencia burocrática, la cual ocurre cuando hay criminalización de las víctimas, se descuida las investigaciones, se revictimiza y ocurre presión por las autoridades para que las familias no continuemos.

Caso concreto para ejemplificar esa violencia burocrática es el envío de centenas de cuerpos sin identificar a fosas comunes en Sinaloa.

El Mecanismo Extraordinario tendrá un reto en todo el País y una radiografía está aquí: durante los últimos 10 años -entre 2010 y 2020- se han desenterrado más de 600 cuerpos y más 10 mil restos de huesos humanos de fosas clandestinas. La mayoría sigue sin ser identificada y reconocida por sus familias.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) tiene un registro de 533 cuerpos de personas sin identificar que están en morgues del Servicio Médico Forense y funerarias del Estado. Esto no es normal, deja a Sinaloa como el segundo estado con más casos a nivel nacional.

Eso se explica porque la mayoría de los cadáveres son de personas asesinadas y encontradas en terrenos baldíos, abandonadas a su suerte, pero hay también quienes fueron halladas en fosas clandestinas.

El registro oficial establece que hay 258 hallazgos de fosas clandestinas entre 2010 y 2020, la mayoría por los 22 colectivos de búsqueda de personas desaparecidas y hemos encontrado a más de 500 personas. Estos datos son oficiales, extraídos de solicitudes de información que hemos hecho como colectivo.

La Comisión Estatal de Búsqueda, con 17 empleados y un presupuesto de 36.7 millones de pesos en sus dos primeros años, encontró 45 cuerpos en fosas clandestinas y a 22 personas con vida.

Esos hallazgos, sin embargo, han sido dirigidos por los colectivos.

Las personas que integramos los grupos somos en su mayoría mujeres madres, hermanas, amigas, cuñadas, abuelas e hijas que nos hemos manifestado en múltiples ocasiones para exigir resultados y menos desapariciones, aunque las oficinas del Ministerio Público están saturadas.

La Fiscalía General de Sinaloa tiene 16 agentes para investigar desapariciones y cada uno posee, en promedio, 670 carpetas de investigación. En los últimos cuatro años han llevado 117 casos a los tribunales, pero solo 55 han sido resueltos.

No es todo, hay más de mil 600 personas enterradas en 17 panteones con fosas comunes y por lo menos mil 217 personas no tienen identificación correspondiente. Es decir, no se les hizo pruebas suficientes para poder tener un expediente que sirva para reconocerlos.

En total, hay mil 750 cadáveres de personas entre morgues y fosas comunes que esperan ser identificadas. Quizás ahí muchas de las madres que buscamos encontraríamos a nuestros hijos.

Lo que sí es normal es que esas personas hayan sido revisadas por especialistas, se les haya tomado muestras y resguardadas en laboratorios o morgues del Servicio Médico Forense.

Pero nos encontramos con que la Fiscalía General de Sinaloa tiene cuatro edificios para poder cumplir con ese propósito, pero solo usa uno, aquí en Culiacán. Otro en Mazatlán es una bodega de cadáveres, uno más en Guamúchil son oficinas y otro en Los Mochis es un edificio vacío.

El Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense es un organismo multidisciplinario creado en México con un reto mayúsculo, el de regresar el nombre a los casi 30 mil cuerpos de personas no identificadas enterradas en fosas comunes o resguardadas en morgues. Aquí les esperamos atentas y con urgencia.

El Mecanismo servirá para tratar de sanar y mediar entre los familiares de personas desaparecidas. Cumplirá con la exigencia de iniciar a resolver la crisis forense en el País.

Habrá, sin embargo, una crisis psicosocial que ha alimentado el enojo y descontento contra las instituciones de manera histórica. Será otro reto que será más visible cuando se empiece a entregar ataúdes con restos o cuerpos de personas de las que no hubo una despedida.

Lo sostenemos porque ya ha sucedido, han ocurrido entrega de nuestros familiares hechos huesos, irreconocibles y después de estar presionando a las autoridades forenses para que realicen exámenes correspondientes.

Esta será otra crisis provocada por la ausencia y omisiones estatales, por violencia incontenible a manos de hombres con comportamientos criminales.

Nosotras seguiremos en pie de lucha, unidas y fuertes, haciendo de aliada a la sociedad que quiera sumarse, finalizó.