Apoyan lectores a Naydelin y Juan hasta con una bicicleta; ¡gracias!, responde el niño
"Los menores deben caminar 40 minutos desde su casa para abordar el camión que los lleve a la escuela"
Pasada las 14:00 horas Noroeste llega a la vivienda del niño Juan, ubicada en la colonia Ampliación 5 de Febrero.
El ruido del motor de una camioneta hace que la familia salga, primero lo hace el menor de 10 años de edad, y después su madre Olga y Juan, el padre.
Al niño Juan se le dice hay una sorpresa para él, el menor sonríe, ansía saber qué es. Se le pide caminar hasta la camioneta donde arriba está el chofer de Noroeste desamarrando una bicicleta.
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El pequeño sigue sin hablar, sin embargo, la sonrisa no cesa. Se le dice que esa bicicleta es para él, que una lectora de Noroeste se la envió desde el vecino estado de Durango. Extiende la sonrisa.
Juan agradece la bicicleta que le envió la lectora y asegura la utilizará para subir y bajar los cerros que de lunes a viernes escala para llevarlo a la escuela primaria de la colonia 21 de Marzo.
Olga, la madre con otra pequeñita hija en sus brazos y Juan, agradecen el apoyo de la señora que envió la bicicleta a su hijo, sí como otras cosas importantes que han recibido de la gente.
Juan, el padre, destaca que en Culiacán hay gente buena, solidaria, y sólo le corresponde agradecer el apoyo para sus hijos que con esfuerzo y sacrificio van a la escuela.
La lectora de Durango mencionó leyó la nota y la compartió con una amiga. Su hija también leyó la historia y la compartió con una maestra de Monterrey. Entre todos apoyaron.
Dijo fueron varias personas que se unieron, pasando del plan a la acción. Fue así como cooperaron para que Juan pudiera tener la bicicleta que utilizará para reducir tiempos en su trayecto a la escuela.
El sábado Noroeste publicó en su portal la historia de los dos hermanos. Naydelin, de 14 años de edad, estudia primero de secundaria y Juan, quinto de primaria. El sueño de ella es ser arquitecta y el de él, empresario.
Para estudiar, los dos, en medio de altas temperaturas y una especie de desierto, tienen que caminar como 40 minutos hasta la parada del camión, que lo llevará hasta las puertas de sus escuelas.
El mismo sábado un lector fue hasta la casa de los niños donde entregó despensas, ropa para la niña, zapatos y una mochila a Juan, que ya estrenó.
El lector, acompañado de familia, habló con los padres y niños, quienes le mostraron todo lo que tienen que caminar para salir de su colonia y asistir a la escuela.
Otro lector llamó desde Nueva York, Estados Unidos y depositó a los padres de Juan, 800 pesos, dinero que se utilizará para la escuela de los niños, dijo Juan, el papá.
Unos tenis del número 5 para Naydelin fueron dejados junto con la bicicleta para Juan. Los tenis se le entregaron a Olga, la madre, ya que la menor estaba en la escuela.