Voz de arranque electoral en Sinaloa
Caballada, desbandadas y aquelarres

Alejandro Sicairos
15 septiembre 2023

Excepto en Mazatlán, donde ocurren definiciones importantes respecto a las aspiraciones para la Alcaldía, en el resto de Sinaloa se están rezagando las decisiones con miras al proceso comicial de 2024 que ya inició según dio el banderazo el Instituto Nacional Electoral y con la anticipación de los dos bloques de partidos al resolver las candidaturas a la Presidencia de la República. Aunque en el contexto estatal las que ya empezaron son las zancadillas asestadas desde una fuerza política a otra o las que forman parte del fuego amigo.

La nueva realidad del acceso a cargos de elección popular establece que los triunfos electorales se construyen más fuera de los tiempos electivos en sí que en los plazos formales que nadie respeta ni el INE sanciona. Cuando el Gobernador Rubén Rocha Moya señala que le parece poco que sean 20 los funcionarios que le renuncien para irse a buscar otras posiciones políticas, es porque conoce las ebulliciones tempranas que pronto serán la erupción del volcán futurista dentro de la administración pública estatal.

En lo que concierne al Movimiento Regeneración Nacional, una vez que el partido publique el próximo lunes la convocatoria intramuros para designar a quienes irán por las gubernaturas en nueve estados, en Sinaloa correrán los demás procedimientos para dilucidar las postulaciones a senadores, diputados federales y locales y presidentes municipales. Por tal aproximación de fechas es que algunos secretarios, alcaldes y legisladores del Congreso del Estado están consultando al Gobernador si se avientan o se detienen.

A los que hay que medirles las aspiraciones son a las secretarias de Educación Pública, Graciela Domínguez Nava; de Bienestar y Desarrollo Sustentable, María Inés Pérez Corral; de Turismo, Estrella Palacios Domínguez; y de Pesca y Acuacultura, Flor Emilia Guerra Mena, que serían la aportación de Morena en Sinaloa a la apuesta del voto para mujeres que a nivel nacional encabeza la candidata presidencial Claudia Sheinbaum. A esta lista habría que agregarle a Imelda Castro Castro, actual Senadora que está por clarificar si busca o no la reelección.

En el bando masculino del equipo rochista no se advierten grandes desprendimientos. Los rumores de que Enrique Inzunza Cázarez buscaría un escaño en el Congreso de la Unión no corresponden a la importancia que el colaborador de mayor jerarquía en el Gabinete tiene para Rocha Moya, por lo que le resulta más factible mantenerlo al frente de la Secretaría General de Gobierno. De igual manera al titular de Economía, Javier Gaxiola Coppel, se le conjetura la aspiración a una diputación federal, suposición fincada en que los electores lo sitúan en un alto nivel de conocimiento por las veces que ha recorrido el estado, pero en todo caso la candidatura estaría a expensas de que el empresario decida escalar en la política para colocarse en el aparador de la sucesión gubernamental, en 2027.

Donde se vive un real hervidero de aspiraciones para 2024 es en la bancada de Morena del Congreso del Estado, partiendo de que a la figura mayor en la Cámara, Feliciano Castro Meléndrez, presidente de la Junta de Coordinación Política, ya se le da por hecho buscando la Senaduría en la boleta electoral que se presentará el 2 de junio próximo. Más de la mitad de los legisladores de este partido andan alborotados para acceder o cargos de elección popular de mayor jerarquía y de tantos que son proceden a jalonearse entre sí según vayan subiendo en el pretensómetro.

En las principales presidencias municipales las cosas andan igual. Aparentan creer que no les quita el sueño el 2024 aunque todo lo que hacen o dejan de hacer va calculado a situarse en un buen punto de la aceptación social que es primer guiño al sufragio. Gerardo Vargas en Ahome tiene en mente pelear por la Senaduría y su peor escenario es repetir en la Alcaldía; a Edgar González la reelección le atrae como factibilidad de consolidar los avances que ha logrado en Mazatlán, mientras que en Culiacán a Juan de Dios Gámez, que sí está entre los hombres claves del Gobernador para el futuro político de la Cuarta Transformación en Sinaloa, no se le ha especificado en qué parte de la papeleta electoral aparecerá. En Guasave, Martín Ahumada Quintero también quiere repetir, pero el cargo está en la mira de al menos 10 morenistas.

En esta proyección de escenarios sólo existe una cosa segura: en cuanto las y los pretensos empiecen a asomar la cara serán blanco de celadas para derribarlos, provenientes de partidos antagónicos y de las barricadas en su sus propias siglas para cerrarles el paso a las candidaturas. Algo similar a lo que están padeciendo en Mazatlán Fernando Pucheta, por el hecho de sincerar su aspiración a la Alcaldía por Morena, o la misoginia política brutal enderezada contra Celia Jáuregui luego de que externó su posible postulación por Movimiento Ciudadano.

Véanse todos en el espejo mazatleco, porque allí se refleja la fotografía en tiempo real de lo que en unas semanas ocurrirá en Sinaloa. Laboratorio electoral donde todas las hipótesis acaban siendo evidencias, la batahola patasalada de apetitos de poder es tutifruti: un esfuerzo para construir el frente opositor viable, un ex panista que desde la Secretaría de Turismo siente que aún se le mueve la colita, un ex priista que le ofrece en bandeja de plata su rentabilidad electoral a Morena, y un ex Secretario de Educación que no confía en las encuestas y sí en la designación directa. Ah, y un ex Alcalde que constituye el útil manual de lo que ya no se debe hacer en la actividad política.

Al darse la voz de arranque,

Un consejo se les puede dar,

No lloren por el desbarranque,

Ni rían por la meta pisar.

Lejos de la vieja costumbre de servirse con la cuchara más grande, los dirigentes de los partidos políticos tendrán que hacer el pacto de honor consistente en que ellos no se apuntarán para ninguno de los puestos que estarán en juego en la elección ya cercana. Ello abonaría a la igualdad de condiciones para los participantes al no operar las estructuras partidistas en beneficio del líder sino para equilibrar el esfuerzo de las fórmulas que serán sometidas al escrutinio de los votantes.