Villorrios

Lorenzo Q. Terán
23 diciembre 2020

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lqteran@yahoo.com.mx

 

Hemos dicho que el país atraviesa por una etapa estelar de su historia, lo reafirmamos con pleno conocimiento de la realidad vivida, no pasa un día sin manifestarse algún acontecimiento que exprese esta transformación puesta en marcha en el país. Pese a los tiempos de pandemia y los rezagos del pasado, se propicia el bienestar de la sociedad, preponderantemente hacia los más desposeídos, incidiendo con fuerza en suprimir la abismal desigualdad existente.

Se había llegado a niveles de desigualdad preocupantes, ese estado de cosas era propiciatorio de un estado anímico desagradable en los marginados; por lo mismo, es muy laudatorio que el actual régimen luche por sacar al país del subdesarrollo, esforzándose por impulsar un progreso sostenido en áreas económicas y de bienestar social estratégicas, eso lleva a desarrollar una política económica incluyente, en apoyo a los que menos tienen, a tenderles la mano a quienes viven en la periferia de las grandes ciudades, pueblos y villorrios de la provincia.

Terminar con las desigualdades sociales es una cuestión de emergencia, sin duda va a cambiar el rostro del país, propiciando alegría en la convivencia social, desaparecerán los contrastes tan marcados prevalecientes en la actualidad y que se profundizaron de manera desastrosa en las pasadas tres décadas de gobiernos insensibles, elevándose la pobreza a niveles nunca vistos.

Resultando una casta de oportunistas y logreros, que tomaron el gobierno como medio para saquear al país sin miramientos, formándose una élite de beneficiarios de los recursos nacionales, olvidándose por completo de los millones de pobres que cada día se acumulaban de manera maratónica.

Abandonaron las instituciones prioritarias de beneficio social del país, como la salud, la educación y la atención de la gente. Todo se privatizaba, sin pensar en ningún momento en los intereses sociales; en la mentalidad de los gobiernos pasados eso no les interesaba en lo más mínimo; allí están los hechos y las cifras que atestiguan lo que afirmamos.

Sobrevivieron 36 años los núcleos en extrema pobreza, en condiciones deplorables, ante la insensibilidad de los gobernantes de esa nefasta época política. Fue tanto el cinismo que incluso los insuficientes recursos que se destinaban al combate a la pobreza se iban en campañas publicitarias o iban a engrosar las cuentas privadas de los altos funcionarios en turno.

Hoy, con desmedido cinismo, los partidos del prianprd (y uno y que otro partiducho local), con sin igual desvergüenza se atreven a pedir el voto ciudadano, cuando dejaron una huella nauseabunda de atropellos sin nombre en la sociedad.

Afortunadamente, los ciudadanos tienen bien ubicados a los políticos tradicionales y los conoce hasta la saciedad, en sus corruptelas y sus formas nefasta de gobernar. Difícilmente podrán engañar a los ciudadanos, que están muy despiertos y jamás les van a volver a dar su confianza. Por el contrario, los van a denostar, y eso es lo menos que se merecen, por todos los desastres en que sumieron al pueblo en todo el territorio nacional.

Hicieron nugatoria la justicia y la libertad, alentaron la corrupción que practicaron de manera permanente, distorsionaron el sistema de justicia imponiendo una aberrante impunidad y en las cárceles sólo se quedaban los pobres; toda institución que tocaban la profanaban con su congénita corrupción.

Esa rémora choca con el sentir de los mexicanos, quienes a través de la historia han luchado por establecer la justicia y la libertad. Durante el largo periodo a que nos referimos, los gobiernos neoliberales usufrutuaron el poder a su antojo, desdeñaron esos principios intrínsecos de la idiosincrasia del mexicano.

El actual Presidente es un demócrata y sabe que tiene que aprovechar el tiempo de su mandato para perfilar un nuevo país, por eso trabaja contra reloj, logrando avances en el menor tiempo posible, para lograr que el país escale a niveles superiores de progreso, esa es la premisa que busca concretar con acciones palpables.

La abrumadora mayoría de los ciudadanos de este país apoya al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y el 6 de junio del 2021 le va a refrendar su apoyo sin reservas.