Viejos y enfermos

Guillermo Fárber
23 diciembre 2021

A sus 90 años, Alfonso Arau hoy dice: “Decidí ser un viejo pobre y no un pobre viejo”. Y yo recuerdo que Gabriel García Márquez decía ser un hombre pobre con dinero. En el extremo opuesto, Carlos Hank González solía decir que un político pobre es un pobre político.

El talentoso Ramón Ojeda Mestre desde Los Cabos: “Estamos enfermos. Ya no sabe uno ni de qué, o a qué nivel, o cuántos de nosotros, de tantas patologías que proliferan en este país maravilloso, heroico y de una riqueza que alberga la tercera parte del patrimonio cultural y la cuarta parte de la biodiversidad del planeta. La obesidad es la más obvia de las enfermedades. Es dramático que estados como Baja California Sur ostenten el primer lugar en obesidad infantil de todo México. Da rabia. Da tristeza. No sabe uno cómo ayudar o ante quién chillar ante este flagelo que lleva tantos años de acumulación y creciendo a galope tendido. Según el Inegi tenemos un ‘exceso de mortalidad’ de 44 por ciento.

No hace falta ser un genio para darse cuenta de que la pésima alimentación industrializada, o la desnutrición por pobreza, o la contaminación atmosférica e hídrica, el alcoholismo tolerado y alentado por el estado mexicano y las familias, o por el stress urbano y la tensión económica y laboral, o la proliferación de moscas, cucarachas, mosquitos y ratas (disculpe si ofendo a alguna o algún servidores municipales o federal o estatal con esta palabra), las drogas, la violencia o los accidentes vehiculares, la sedentarización y la carencia de agua potable, drenaje y tratamiento adecuado de las aguas negras o de la proliferación repugnante y escandalosa de basura en todas las ciudades y pueblos, lotes baldíos o espacios públicos, también han contribuido a tener las condiciones más adversas para la salud humana, incluidos el patogénico fecalismo al aire libre de caninos, felinos, palomas y demás plagas.

Es verdad que todos habremos de morir, pero hay de muertes a muertes, e incluso las enfermedades son de diverso grado de sufrimiento, de dolor, de fealdad y hasta de costo. Cada vez que veo a un niño obeso o a una jovencita obesa maldigo a todos los gobiernos que hemos tenido o que tenemos y a los que han lucrado con los productos que nos han llevado a esta situación. Hay que comer y beber productos sin azúcares nocivos. Muy bien que tengan los sellos que nos alertan de los excesos de sodio, de dulce o de grasas. Ya hay pasteles y panes para diabéticos, ya hay muchos productos que podemos consumir con menos daño para el organismo. Hace falta más información, más prevención y más atención a la salud de nuestros niños y jóvenes. Los viejos ya no tenemos remedio. Ni modo. Cuídese, por favor, cuide a los suyos o a las suyas. Es un asunto de amor y de talento. Se puede y se debe”.

“Nueve ocasiones como las vistas hoy, cuando tanto el oro como el usdólar alcanzaron un máximo de 90 días al mismo tiempo... casi todos los tiempos de seria crisis financiera... se asumió una gran inestabilidad. Una marca roja señala los tiempos de crisis financiera. A finales de 2019 fue la explosión de la ventana REPO. En 2010 fue la instalación del Quantitative Easing (también conocida como hiperinflación monetaria). En 2006 fue el preludio de la crisis de los bonos hipotecarios de Lehman. En 1998 lideró el Y2K y la fusión de Tech-Telecom. En 1994 fue el Lunes Negro, lo que oscureció la adopción de los Derivados Bancarios. En 1980 fue el clímax del Período de Inflación con manipulación de bonos y supresión del precio del oro”.