Vacunar con la mentira
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¿Cree usted que AMLO ya se vacunó contra el Covid? Yo creo que sí. Sería lo lógico por su cargo… y necesario. Quiero entender entonces que la vacuna no sirvió o el Presidente no tiene la enfermedad. Lo que lleva a explicar por qué autorizó a los gobiernos estatales y a la IP a importar vacunas; autorización que no sirve para nada ahora pues los laboratorios no se dan abasto con la demanda mundial. Además de que así el Gobierno elude el problema que se avecina con las vacunas y el gasto total que ellas implicaría.
Ahora sabemos que al solicitar información sobre la compra de las vacunas, la respuesta del Gobierno de México es que hasta dentro de cinco años se podrá tener acceso a esa información. Para cuando esto suceda, AMLO ya no será Presidente.
Esto refleja como AMLO suele mentir para ocultar la realidad. Ya sea negándola, descalificándola o posponiéndola. Doy ejemplos:
En marzo del año pasado, ante la crisis que se veía venir por la pandemia y cuando todos esperaban un plan serio para apoyar la economía, el Presidente prometió que iba a crear 2 millones de empleos para finales de año. En México, cuando más empleos se han creado han sido poco más de 500 mil. Al final, el Presidente no cumplió: 2020 cerró con 650 mil empleos menos que 2019. En lugar de sumar, restó.
Otro ejemplo: durante el “culiacanazo” negó saber del operativo y luego aceptó que no solo lo conocía, sino que incluso él había dado, de manera directa, la orden de liberar a Ovidio Guzmán.
Lo más grave es que el patrón de mentir sin pudor de AMLO ya es replicado por su gabinete. Doy más ejemplos: sobre el mismo “culiacanazo”, Alfonso Durazo emitió diversas versiones contradictorias durante todo el operativo e, incluso, siguió mintiendo posteriormente. Le salió tan bien que lo premiaron con la candidatura a la Gubernatura de Sonora.
Otro que se ha sumado a la narrativa engañosa del Presidente es el subsecretario López-Gatell, quien dijo que los muertos totales por la pandemia rondarían los 34 mil. Ya llevamos más de 150 mil muertes oficiales y somos el tercer país del mundo en mortalidad por la pandemia; pero la verdad es todavía más fea, pues sabemos que el exceso de mortalidad nacional es mucho más alto, según datos recientes del INEGI. Los conservadores multiplican la cifra oficial por 2 y los extremistas por 3.
Manuel Bartlett (el mismo del fraude del 88) mintió también sobre el apagón en CFE y lo atribuyó, con información falsa, a un incendio en Tamaulipas. La verdadera razón todavía no la conocemos.
El problema con muchas de las mentiras presidenciales es que se justifican con el argumento del “bien del pueblo” mexicano. Cuando en la realidad ese pueblo es más pobre ahora bajo el gobierno de AMLO. Un pueblo que perdió su seguro popular al tiempo que en el Seguro Social escasean las medicinas y al que sus obras faraónicas (Tren Maya, aeropuerto y refinería) tampoco le han generado ningún tipo de progreso.
Por eso, si la constante es mentir, no dudo que lo harán también con las vacunas.