Una ópera popular
George Bizet, lo hemos dicho, se consagró con su composición de la ópera Carmen. Sin embargo, también hubiera podido destacar como un gran pianista, pues dominaba bastante la ejecución de este instrumento musical. Se puede decir que fue un niño prodigio de la música. Incluso, en una ocasión, estando Franz Liszt presente, interpretó una de las más exigentes obras del compositor austro-húngaro, quien quedó impresionado con su virtuosismo y expresó: “pensé que sólo había dos hombres capaces de superar tal dificultad... hay tres, y... el más joven es tal vez el más audaz y más brillante”.
La ópera Carmen fracasó al inicio (se estrenó el 3 de marzo de 1875), pero rápidamente se consagró en el gusto del público más exigente. La dificultad para su aceptación radicaba en lo escabroso del tema; en primer lugar, los personajes principales no eran de la élite, sino que pertenecían a la clase más baja y marginada.
Carmen, la protagonista, no era una mujer soñadora, romántica y entregada, sino gitana, contrabandista, ladrona, casquivana, cautivadora, mentirosa y libertina. Una mujer que ejercía un control absoluto sobre la voluntad de los hombres, al grado que jugó con ellos antes de elegir con quién quedarse. Todo lo contrario del perfil de Micaela, amiga de la infancia de Don José, que encarna el personaje de una mujer recta y dulce que le ruega que visite a su madre enferma.
Por otra parte, en ese momento triunfaba en Francia la ópera cómica, no la ópera trágica, por lo que la trama de Carmen rompía con el repertorio acostumbrado en la sociedad francesa. Sorprende, además, que la ópera más española se escribió en francés, y que el autor compuso la música sin haber puesto jamás un pie en el país ibérico.
¿Conozco esta ópera?