Una nueva humanidad

Rodolfo Díaz Fonseca
19 mayo 2020

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rfonseca@noroeste.com
@rodolfodiazf

 

En una entrevista publicada el 16 de diciembre de 2018 en el diario El País, el filósofo esloveno Slavoj Zizek reiteró una idea que ha defendido férreamente: hay que derrocar esta sociedad individualista e implantar, no el viejo comunismo, sino un nuevo comunalismo globalista.

Hoy, ante el caos producido por el coronavirus escribió una obra titulada Pandemia, la cual dedicó a su gran amigo, el arquitecto estadounidense Michael Sorkin, fallecido por este virus el 26 de marzo: “Para Michael Sorkin, sé que ya no está con nosotros, pero me niego a creerlo”.

El escenario que Zizek prevé no es muy halagador: “Lo único que está claro es que el virus romperá los cimientos de nuestras vidas, causando no sólo una inmensa cantidad de sufrimiento sino también estragos económicos posiblemente peores que la Gran Recesión. No hay vuelta a la normalidad, la nueva ‘normalidad’ tendrá que ser construida sobre las ruinas de nuestras viejas vidas, o nos encontraremos en una nueva barbarie cuyos signos ya son claramente discernibles”.

Sin embargo, percibe un signo alentador de solidaridad global: “Una amenaza mundial de este tipo da lugar a la solidaridad mundial, nuestras pequeñas diferencias se vuelven insignificantes, todos trabajamos juntos para encontrar una solución…, hay una esperanza de que el distanciamiento corpóreo incluso fortalecerá la intensidad de nuestro vínculo con los demás. Es sólo ahora, cuando tengo que evitar a muchos de los que están cerca de mí, que yo experimentaré plenamente su presencia, su importancia para mí”.

Paradójicamente -señaló- fue necesaria una catástrofe para replantearnos la sociedad en que vivimos: “es a través de nuestro esfuerzo por salvar a la humanidad de la autodestrucción que estamos creando una nueva humanidad. Sólo a través de esta amenaza mortal podemos imaginar una humanidad unificada”.

¿Trabajo por una nueva humanidad?