¿Una gobernadora? La barrera machista

Alejandro Sicairos
16 noviembre 2020

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En Morena se define mediante encuesta

alexsicairos@hotmail.com


Cuando a nivel nacional prende la conversación respecto a la paridad de género en las candidaturas a cargos de elección popular que se someterán al veredicto del voto el primer domingo de junio de 2021, en Sinaloa crece la lista de nombres con posibilidades de lograr las postulaciones si es que se cumplen los criterios determinados por el Instituto Nacional Electoral y es atendida la creciente propensión a otorgarles a las mujeres más oportunidades de participación política.
En México la imaginación ciudadana trabaja en construir nuevas posibilidades de gobiernos que de tiempo completo busquen lo mejor para el País y su gente con cinco cimientos sólidos: unidad, seguridad, progreso, libertad y bienestar. Es muy posible que el sector femenino sea la opción en un futuro próximo en concordancia con la tendencia mundial que encumbra a través del sufragio a mujeres como Kamala Harris en Estados Unidos, Ángela Merkel en Alemania y Erna Solberg en Noruega.
El diario Excélsior publicó el 9 de noviembre un listado de mujeres que posiblemente entrarían a la contienda constitucional y en lo que corresponde a Sinaloa menciona a la Senadora Imelda Castro Castro y la Diputada Graciela Domínguez Nava buscando la postulación por el Movimiento Regeneración Nacional; a Rosa Isela Fuentes Chávez, presidenta del Sistema Estatal Para el Desarrollo Integral de la Familia, por el Partido Revolucionario Institucional, así como a Roxana Rubio Valdez, que preside la Mesa Directiva del Congreso del Estado, por las siglas de Acción Nacional.
Faltan más, por supuesto, como es el caso de la Diputada Jesús Angélica Díaz Quiñónez, del Partido Sinaloense, que el jueves de la semana pasada colocó en la tribuna del Congreso del Estado el tema de una gobernadora para Sinaloa, inclusive yendo más lejos que el INE al proponer que todos los partidos con registro local postulen a mujeres a ocupar el cargo de titular del Poder Ejecutivo Estatal.
Es el caso también de la priista Rosa Elena Millán que levantó la mano por si su partido tiene que cubrir en Sinaloa la cuota que establece el órgano electoral nacional de nominar al menos a 7 mujeres dentro de las 15 gubernaturas que se renovarán dentro de unos meses. En la misma posición, la Diputada federal Yadira Marcos, de Morena, se apuntó al defender que el sector político femenino está preparado para asumir cualquier cargo que los ciudadanos le encomienden.
Por lo pronto la atención y tensión futurista ha sido puesta en el partido del Presidente Andrés Manuel López Obrador ya que a partir de ayer comenzó a correr la encuesta que será uno de los instrumentos con los que se tomará la decisión en los estados. Sin conocerse a fondo el método que se aplica y los nombres que participan sí es un hecho que Imelda Castro aparece entre los semblanteados.
En espera de que Morena transparente el mecanismo de designación de su candidata o candidato para Sinaloa, existen bastantes interrogantes que al hacer ruido en la militancia anticipan el riesgo de que colapse la legitimidad de quien gane la encuesta. ¿Quiénes son los incluidos en el sondeo interno? ¿Se consideró o no el nombre de Gerardo Vargas Landeros que prosigue en las redes sociales agitando a su favor las aguas de la 4T? ¿Qué tanto influirá la postura que encabeza el morenista Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, consistente en impugnar el acuerdo del INE en materia de respeto a la paridad de género?
Contará también la actitud que traiga a Sinaloa el Senador Américo Villarreal Anaya, quien el sábado fue designado como delegado de Morena para operar la decisión local de su partido. Si es el árbitro neutral tendrá que realizar labor urgente y convincente en pocos días; si trae línea en favor de algún proyecto político no tardará la militancia en exhibirlo y anularlo por no ser factor de conciliación.
Como sea, pero conforme se acerca la fecha de la elección más trivial resulta la interrogación de si una mujer puede gobernar a Sinaloa. Existe una fuerte carga de machismo y misoginia al cuestionarlo y los políticos de Morena del sexo masculino que inducen la duda exhiben el rezago político que los evidencia rebasados por la llamada Cuarta Transformación. Porque así conviene a sus intereses ni siquiera voltean a ver el Gabinete de López Obrador en el que trabajan mujeres como Olga Sánchez Cordero, Graciela Márquez Colín, María Luisa Albores González y Rocío Nahle García.
Algo va a traerle a México la elección del 6 de junio en lo concerniente a paridad de género. La efervescencia que produce el debate pueril, que retrocede a la discriminación de la mujer de los años cincuenta del siglo pasado cuando la Organización de las Naciones Unidas tuvo que salir a reconocer los derechos políticos de la población femenina, es como el relámpago que precede a la lluvia fresca en el desierto de las arrogancias hombrunas. Se siente: ellas son el sexo fuerte.

Reverso
Si nos dominan desde antes,
En la casa y el corazón,
Pues hagámoslas gobernantes,
¡Ellas siempre tienen la razón!

Los amargos adioses
En la proximidad de una turbia campaña electoral y con anticipos de la naturaleza ingrata de aquellos que antes lo colmaban de elogios al ser parte del Gabinete y ahora lo golpean, el Secretario de Gobierno, Gonzalo Gómez Flores, entregó ayer al Congreso del Estado el penúltimo Cuarto Informe de Labores del Gobernador Quirino Ordaz Coppel, el cual dará a conocer a los sinaloenses el miércoles en un evento sobrio. Aunque el viernes adelantó lo que los mandatarios estatales hacían en las últimas horas antes de irse: repartir notarías a priistas leales.