Una ambientalista a la Presidencia
El 2 de junio, millones de mexicanas y mexicanos votaron por su futura Presidenta, la doctora Claudia Sheinbaum. Insistiré en el título de doctora porque desde ahí quiero construir esta opinión. En el caso de nuestra futura Presidenta, su título y formación científica llegan como una promesa para atender muchos de los problemas que más afectan y continuarán afectando a México en los siguientes seis años.
México es uno de los países más vulnerables al cambio climático. Actualmente, ya se registran sitios perjudicados por inundaciones, como la comunidad de El Bosque, Tabasco, que fue devorada por el mar.
El año pasado vimos comportamientos extraños en tormentas tropicales, las cuales se convirtieron en huracán muy rápido y destruyeron todo a su paso, como fue el caso de Otis, en Acapulco. Este año estamos registrando las temperaturas más altas en varios lugares del País. El calor que estamos sintiendo no es normal, y con este calor que no nos permite ni pensar, llega la sequía y un futuro incierto para las ciudades, los cultivos y la vida misma.
Estos efectos se manifiestan también en el océano. El mar ha registrado las más altas temperaturas, provocando la muerte de poblaciones enteras de corales debido al calentamiento. Estas muertes masivas son preocupantes, dado que uno de cada cuatro habitantes del mar depende de la salud de los arrecifes de coral.
Se necesitan soluciones de política pública construidas desde la evidencia científica. Así que esperemos que, con la voluntad política de una ambientalista, doctora en ciencias y que contará con la mayoría en los congresos, se puedan hacer realidad los cambios necesarios para adaptarnos y mitigar el cambio climático.
La política de mares y costas ha sido inexistente en las últimas décadas. Se ha hecho muy poco cuando el mar necesitaba de toda nuestra atención. Con más de 11 mil kilómetros de litorales y un mar territorial de los más grandes del mundo, México necesita acciones contundentes para su protección.
Por eso, la llegada de una doctora en ciencias, que se identifica como ambientalista, suena a promesa. Se espera que desde su administración se entiendan las urgencias ambientales y se construyan soluciones de política pública desde un enfoque de izquierda donde las personas recobren su centralidad. Porque toda política ambiental es política social.
A este enorme aparato político lo va a liderar una científica que cuenta con las condiciones materiales, políticas y sociales para reducir la vulnerabilidad climática en México, atender las injusticias ambientales y crear políticas públicas en materia ambiental a la altura de las necesidades de los millones de mexicanos y mexicanas que votaron por ella. Porque no podemos olvidar que la destrucción de nuestro ecosistema nos empobrece, y daña más a quienes de por sí son pobres.
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La autora es Renata Terrazas (@Renaterra_zas), directora ejecutiva de Oceana en México (@OceanaMexico).