Un gobierno ineficaz o incapaz
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Rafael Morgan Ríos
cp_rafaelmorgan@hotmail.com
Basta un vistazo a los medios de comunicación para caer en la confusión y la incertidumbre sobre el rumbo que lleva el país, el tiempo que tardará la recuperación y en controlar la epidemia del Covid-19 y en saber si este gobierno podrá sacar a México de estas crisis, que ya se antojan eternas.
El Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington, citado por Raymundo Riva Palacio en El Financiero, en un diagnóstico sobre la situación que vive México, “...cuya estabilidad y bienestar es vital para Estados Unidos...”, sufre crisis de seguridad, salud y economía “que se alimentan mutuamente y que no son atendidas eficazmente”.
El diagnóstico concluye que se tiene en México “un gobierno ineficaz en la economía, la seguridad y la salud”, que se ha agravado por “sus propias acciones” de gobierno.
Los ingresos públicos se han visto reducidos ante la caída de las actividades económicas y de las exportaciones, además, Pemex se ha convertido “en la principal fuga de recursos”. México, señala el informe, “enfrenta el riesgo de perder una década de crecimiento económico...”
A pesar de las cifras e informes sobre contagios y decesos por el Covid-19, respecto a que el país ha enfrentado exitosamente la pandemia, la Organización Mundial de la Salud señala que México “subestima la pandemia y una de las principales razones es el bajo número de pruebas de diagnóstico que se realizan...”, tres por cada 100 mil personas, por lo que no se puede hacer una valoración realista de la situación.
Se informa también que el sistema hospitalario ha sido suficiente, pero cualquier persona que se enferma y pretenda ir al IMSS o a cualquier otro hospital público, no encuentra lugar, hay que esperar o bien acudir a un hospital privado, también saturado, carísimo y hay que pagar por adelantado.
En cuanto a la solvencia financiera del país, aun cuando las autoridades reportan ingresos suficientes, gracias a los “acuerdos” con los grandes causantes que desisten de sus juicios contra el SAT y pagan cifras millonarias a cambio de quitar recargos, multas y de hacer las paces con el fisco; el gobierno, buscando hasta debajo de las piedras, ha agotado los fondos de reserva y ahora se ha ido a exprimir los fideicomisos por algunos 64 mil millones de pesos, debilitando al Conacyt, a los agricultores, a los deportistas de alto rendimiento y a otros sectores. Además, como prueba de que el gobierno no tiene recursos suficientes para una administración pública normal, en el Presupuesto de Egresos todas las dependencias sufren recortes, excepto Defensa Nacional y Obras Públicas, porque se sigue impulsando las obras consentidas del Presidente: Tren Maya, aeropuerto Santa Lucía y refinería Dos Bocas; para otras obras públicas no hay recursos; la iniciativa privada debiera encargarse de muchas de estas obras, pero el gobierno no quiere a la iniciativa privada.
En cuanto a la inseguridad, también se sufre de información y cifras confusas. Se dijo que se iba a retirar al Ejército de las calles, pero con una simulación, se creó la Guardia Nacional integrada en un 70 por ciento por efectivos del Ejército, que con una “orden de comisión” pasaron a la Guardia Nacional y los mandos principales son oficiales del Ejército. Al Ejército Nacional se le han estado asignando “comisiones” de carácter civil porque el Presidente desconfía precisamente de “los civiles” y el Ejército es ahora el encargado de la construcción del aeropuerto Santa Lucía, de las aduanas fronterizas y de los puertos; construcción de edificios del Banco de Bienestar; remodelación de hospitales; construcción de dos tramos del Tren Maya; atención en pandemia; distribución de recursos de programas sociales; reparto de fertilizantes, etc. Mientras tanto, los cárteles de las drogas siguen ganando millones de dólares, y el número de homicidios sigue en aumento; este sexenio terminará con más de 40 mil homicidios y feminicidios; el Presidente Trump sigue amenazando a México con el muro y su pago, si México no logra controlar el narcotráfico.
No hay seguridad en cuanto a si se está o no militarizando al país.
No hay confianza en la información sobre la eficacia y la eficiencia en el tratamiento y control de la pandemia y del sistema de salud en general.
Tampoco hay seguridad en cuanto a los ingresos públicos, tanto los fiscales como los ingresos petroleros.
Y ahora, ya no habrá ninguna reserva, ningún “guardadito”, todo se gastó, todo se acabó.
Pero, se puede afirmar que a México todavía no se lo acaban, a pesar de las incompetencias, de las ineficiencias y de las intenciones.