Último examen para Graciela Domínguez
Limpiar la SEPyC para ver si así funciona
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Todo indicaría que Graciela Domínguez Nava logró ganar un round de la pelea que libra por tener el control pleno de la Secretaría de Educación Pública y Cultura, al adjudicarse la reciente destitución de cinco funcionarios no afines, cuando en realidad lo que sucedió es que el Gobernador Rubén Rocha Moya le abrió la oportunidad de rendir mejores resultados quitándole los estorbos que ella alegó le impedían un óptimo desempeño como titular de la dependencia.
De aquí en adelante, ya libre de los obstáculos que Domínguez Nava pidió le eliminaran, corre la cuenta regresiva para indagar si es ella o son los demás el verdadero lastre. Se trata de ese tejido político fino que la Cuarta Transformación ha utilizado en Sinaloa para dejar fuera del aparato gubernamental a perfiles que ofrecían altas expectativas en el desempeño de la función pública y a la hora de los hechos sus quehaceres dejan bastante que desear.
Alguien está jugando su personal partida en el ajedrez político sin atender las reglas del juego. Mueve las piezas a conveniencia y los desatinos propios los endilga a colaboradores que ella no puso ni quiso, utilizando en provecho individual o grupal la coyuntura del apremio que el Gobernador le hizo al Gabinete, siendo ella uno de los destinatarios, a que trabajen. “Mis funcionarios no informan, se la pasan tranquilitos”, les recriminó Rocha el 19 de septiembre.
Ese mismo alguien no entiende que en la tarea de conducir la educación habilitar planteles es lo de menos, pues eso lo puede hacer cualquier ingeniero. Dirigir un modelo educativo que impacte socialmente requiere liderazgo, entender y conocer el funcionamiento y la cultura del sector, convencer a la gente de cambiar mediante el diálogo, de mejorar; no basta con dar órdenes y no se diga golpeando los derechos laborales con base en acuerdos cupulares con los sindicatos.
Pues resulta que después de repetidos exhortos públicos de Rocha Moya para que Domínguez Nava mejore su rendimiento, llamados que hasta algunos interpretaron como violencia política de género, en la conferencia de prensa semanera del lunes comenzó la operación desde el tercer piso de Palacio de Gobierno para hacer el control de los daños que la funcionaria ha dejado en los poco más de 11 meses dirigiendo a la SEPyC.
Sin embargo, por pretender el dominio total del manejo administrativo en Educación, área a la cual la Secretaria culpó de la lenta respuesta en reparar la defectuosa infraestructura física en las escuelas, ocasionó daños colaterales como la remoción de funcionarios que nada tenían que ver con el reclamo que el Gobernador hizo público en el sentido de atender a alumnos, maestros y padres de familia que urgían a espacios escolares dignos sin los problemas estructurales que ponen en riesgo la vida, la salud y el aprendizaje de los educandos.
Una muestra del exabrupto disfrazado de acción resarcitoria es la salida de Jaime Quiñonez Muñoz, ahora ex coordinador de Programas Federales de la SEPyC, quien en al inició de la gestión de Rocha fue perfilado para director de Servicios Administrativos y que, además, es uno de los operadores visibles en Sinaloa del proyecto de Marcelo Ebrard para ser el candidato del Movimiento Regeneración Nacional a la Presidencia de la República en 2024.
Si según Domínguez Nava las direcciones de Servicios Administrativos y de Infraestructura eran los escollos para que ella se pusiera las pilas en lo concerniente a la reparación de planteles escolares, entonces por qué el manotazo sobre la mesa, cuya única utilidad es que la Secretaria dé señales de que es la que manda, tuvo como afectado colateral a Jaime Quiñonez, ex dirigente del SNTE 27. ¿La intención real es anular al promotor de Ebrard ya que Domínguez Nava simpatiza con la posible postulación de Claudia Sheinbaum, la otra “corcholata” de López Obrador?
Por lo pronto ganó el área administrativa de la SEPyC, que junto con la de Educación Básica son las más importantes, pero no tarda en saberse de víctimas adyacentes en la decisión tomada sorpresivamente el 4 de octubre para sacar de la SEPyC a Eduardo Ochoa Villegas, director de Servicios Administrativos; Roberto Xantos López Macías, director de Recursos Materiales y Servicios; José Cipriano Serrano, responsable de Infraestructura Educativa; Jaime Quiñonez Muñoz, Coordinador de Programas Federales y Valentín Soto Gallardo, subdirector de Informática.
Al ultimátum dado a Graciela Domínguez por el Gobernador le corresponde la investigación que se realiza al interior de la SEPyC para dilucidar si tienen o no razón aquellos que la señalan de ser el engranaje que traba a la institución educativa, pues promueve la confrontación con las diferentes corrientes del morenismo y el rochismo integradas a la dependencia, así como de descuidar la relación con los sindicatos, directores de escuelas y todos los factores y actores que tienen que ver con el programa insignia de Rocha: educación de calidad y con fuerte sentido social.
Rocha no le dio un cheque en blanco a Graciela; lo que le entregó es el examen con evaluaciones en lo educativo, político y aptitud cuatroteísta. Veamos si a partir de allí emerge en la SEPyC la nueva Secretaria que le sirva a Sinaloa, no a un proyecto político personalísimo.
Graciela trae entre sus dones,
el ganar en peores combates,
Pero hoy la hacen sus dislates,
Bocado fácil de “tiburones”.
La prueba extraordinaria para la Secretaria de Educación de Sinaloa debe incluir preguntas sin opciones múltiples de respuestas. ¿En qué tiempo y con cuantos recursos será restaurado el equipamiento físico de las escuelas? ¿Al fin se hará cargo de la operatividad neurálgica de la SEPyC? ¿Entendió Graciela Domínguez que el Gobernador quiere dirigir lo educativo directamente, porque en este rubro sí conoce y sabe cómo hacerlo, y que a ella le corresponde administrar la inercia, quitándole y no agregándole complicaciones? ¿A la política rosarense le interesa dirigir la SEPyC solo con el propósito de concentración del poder?