Turistas e inmigrantes como voceros de paz en Sinaloa

Omar Lizárraga Morales
14 octubre 2024

Hace ya un mes que se dispararon los índices de violencia en todo el estado de Sinaloa. Según datos de la Fiscalía del Estado, los homicidios se triplicaron y las desapariciones forzadas se duplicaron con respecto a meses anteriores.

Esta ola de violencia y el temor de los ciudadanos ha impactado seriamente a la economía de las principales ciudades de la entidad. En el caso de Mazatlán, el turismo es la actividad económica más sensible ante estos hechos. Según una entrevista hecha al presidente de la Asociación de Hoteles Tres Islas, José Ramón Manguart, el número de visitantes en los pasados fines de semana cayó alrededor de un 40 por ciento. Esta situación ha preocupado a los trabajadores directos e indirectos de esta actividad, en quienes ya se ven impactados sus bolsillos.

Esta no es la primera vez que la baja de turistas se correlaciona con la violencia en el puerto, incluso parece ser ya un fenómeno cíclico que responde a reacomodos en los grupos de crimen organizado.

Ante tales situaciones, han sido los mismos turistas quienes han hecho una campaña de “boca a boca” en la que hablan de lo seguros que se sienten en Mazatlán, a pesar de los hechos que no podemos negar. Y es que hay un segmento de turistas que podríamos catalogar como “turistas repetitivos”, quienes visitan periódicamente el puerto de manera ya acostumbrada, que vienen principalmente de estados vecinos. Este tipo de turistas sabe en qué zonas transitar, qué lugares visitar, dónde descansar, etc. De manera que la nota roja de los medios de comunicación tiene un impacto mínimo en su percepción de seguridad.

Otra comunidad que también ha sido de gran apoyo para la actividad turística es la integrada por residentes de nacionalidad estadounidense y canadiense. Son miles los que tienen años viviendo en Mazatlán y ya se sienten integrados a la sociedad. A pesar de los “warnings” que emiten los gobiernos del norte, ellas y ellos se sienten seguros aquí; saben movilizarse, y aunque algunos han sido víctimas de pequeños delitos, saben que se trata de hechos aislados.

En algunas entrevistas que yo mismo he hecho a miembros de esta comunidad establecida en Mazatlán, me comentan que eventos como los que han ocurrido recientemente en la ciudad, ocurren también en muchas ciudades de Estados Unidos. Por eso, los vemos en el centro histórico relajados, tranquilos, sin problemas; están en los restaurantes, en las calles, en las galerías, en el malecón, relajados en todas partes.

Algunas personas extranjeras incluso se han organizado en agrupaciones que tienen como objetivo llevar ese mensaje de paz a sus compatriotas, tales como “Mazatlán Tourist Aide Volunteers” también llamados “Blue Shirts”, y otras como Friends of Mexico.

El mensaje de paz entre sus compatriotas es aún más efectivo que cualquier campaña publicitaria de la Secretaría de Turismo, pues se transmite entre personas de su misma nacionalidad; que comparten una misma cultura, un idioma, expectativas e intereses.

En medio del paro de labores inesperado que dictaron las nuevas autoridades de la Universidad Autónoma de Sinaloa, como protesta, un grupo de estudiantes de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de Los Mochis tomaron clases con su profesor en la banqueta de las afueras del campus universitario. Como tal vez usted ya sabrá, el profesor fue agredido verbalmente por una trabajadora del sindicato; escena que ha traído la creación de numerosos “memes” en las redes sociales, por la burda forma de hacerlo esta señora.

De lo que nos hemos enterado es que estas y estos estudiantes que se manifestaron han sido denostados y acosados por parte de funcionarios y profesores de aquella facultad, tanto que algunos les han negado el derecho a exámenes y revisan sus expedientes con la intención de expulsarlos. También han sido difamados a través de videos anónimos hechos por algún cobarde y difundidos por grupos de whatsapp.

Desde este humilde espacio, y como profesor universitario, expresamos nuestra más amplia solidaridad y profunda admiración por su valentía. Así como a su profesor, el doctor Carlos Emilio Ibarra, quien, dicho sea de paso, es miembro muy activo y destacado de nuestro Cuerpo Académico Consolidado “Movimiento Migratorio y Desarrollo Regional” y miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores.

Es cuanto...

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