Turismo postcovid-19

18 abril 2020

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Arturo Santamaría Gómez

santamar24@hotmail.com

 

Antes del Covid-19, empresarios y empleados de la economía turística de Mazatlán ni sudaban ni se acongojaban del decrecimiento económico que ya se estaba experimentado en casi todo Sinaloa porque los índices de ocupación hoteleras seguían creciendo, los cruceros aumentaban, el turismo extranjero se recuperaba y el turismo nacional no cejaba de venir. Pero todo cambió cuando la crisis sanitaria se empezó a manifestar y se tomaron las primeras medidas preventivas por parte del Gobierno Federal y del estatal.

En estos días, ya lo hemos comentado, el turismo es la rama económica más afectada en Sinaloa- en la que incluimos hoteles, restaurantes, bares y cafés, comercio de souvenirs y artesanías, guías y promotores turísticos, transportación y construcción, por lo menos-, y por lo mismo, el puerto y otras poblaciones como El Quelite ya son las más golpeadas. Pero, lo más grave, es que muy seguramente la crisis sanitaria perdure hasta mediados de junio y, si es así, se reducirá significativamente la temporada veraniega.

A lo anterior, habría que ver cómo van a afectar las repercusiones de la crisis económica que se ha profundizado con la crisis sanitaria tanto en México como en el resto del mundo.

Por lo pronto, a principios de marzo la Organización Mundial del Turismo consideraba que esa industria sería afectada a nivel global con una disminución de su movimiento entre el 20 y 30 por ciento, y que tardaría en recuperarse entre tres y cuatro años. Lo más probable es que a estas alturas, es decir, un mes después del primer cálculo, los pronósticos sean más pesimistas.

Con la excepción de China y la India todas las economías importantes del planeta van a decrecer en 2020 y 2021. En este marco no podemos imaginar que el turismo pueda tener un buen desempeño ni en México ni en ninguna parte. Nuestro mercado internacional más importante, el estadounidense, declinará de manera considerable. Y a nivel nacional, con una de las tres depresiones económicas más profundas en el mundo para 2021, según el Fondo Monetario Internacional, nuestro mercado turístico interno también se contraerá seriamente.

El panorama es muy preocupante y, por lo mismo, autoridades y empresarios deberían empezar a imaginar estrategias de recuperación. Francia, Italia, España, Japón, Estados Unidos, ya planean varias reformas a las industrias hotelera y gastronómica para el turismo post Covid-19.

Una primera conclusión es que el turismo corporativo será el primero que se recupere y el de grupos y cruceros serán de los últimos, sobre todo el de turismo naviero que ha quedado marcado por la epidemia. Así que, es muy probable, que veamos una disminución de arribos de cruceros y de sus viajeros a Mazatlán.

Los turistas, al menos los del primer mundo y de más altos ingresos, serán más exigentes con la higiene y la seguridad alimentaria, tanto en los hoteles, restaurantes y medios de transporte, lo cual será fundamental para devolver la confianza al viajero. Y es probable, dicen unos analistas españoles, que en los primeros meses post crisis los aviones, además de aumentar las medidas de higiene, limitarán el número de pasajeros para dejar más espacios entre ellos, lo cual con seguridad provocará un aumento del precio de los boletos.

Los hoteles tendrán que recurrir más a la digitalización tanto para vigilar la salud de sus huéspedes, tal y como lo han hecho chinos y coreanos del sur con el conjunto de su población durante la crisis sanitaria, como para hiperpersonalizar los deseos de los clientes, basados en el modelo B2ME (buseness to me). Los hoteles, sobre todos los de mayor nivel, deberán extremar la limpieza, y acatar las nuevas medidas nuevas de seguridad sanitaria, certificándose e incluso creando espacios y habitaciones libres de virus, como propone el experto español Fernando Gallardo.

Este especialista pone ejemplo del hotel Westin Houston Medical Center, el primer hotel en Estados Unidos que utiliza los robots LightStrike Germ-Zapping, con los que se destruyen virus, bacterias y hongos utilizando luz ultravioleta (UV) de xenón, tecnología que es utilizada en hospitales y centros sanitarios. Y también tendrán que recurrir al sanitizador de grado hospitalario Ecolab’s TB Desinfectant Cleaner.

En los cuartos de hotel artículos como el control de TV, la cafetera y el teléfono se tendrán que desinfectar y colocar en bolsas selladas para los huéspedes. También será necesario eliminar toda decoración para garantizar una atmósfera de pulcritud. Habrá que adoptar el minimalismo.

El servicio de buffet de los hoteles y restaurantes, dice Fernando Gallarado, es deseable que sea eliminado o por lo menos reestructurado o sustituido por el servicio tradicional de mesa. Muchos comensales verán con desconfianza la exposición medioambiental de los productos.

Concluye el especialista ibero:
“Una alternativa a los buffets y comedores del hotel será el room service. Si a las posibles limitaciones de aforo en los comedores para evitar contagios, se suma la inseguridad de los propios clientes, probablemente muchos preferirán desayunar o comer en su misma habitación. El futuro de los bares y restaurantes es aún más incierto, muchos de ellos son pequeños negocios familiares, incluso algunos no volverán abrir sus puertas. Este sector se caracteriza en muchos países por una fuerte atomización. Algunos podrán indagar en la posibilidad de desarrollar un servicio delivery o de perfeccionarlo si ya lo venían haciendo. “

Estas son medidas que proponen estrategas turísticos del primer mundo. México no pertenece al mundo más desarrollado pero si es una potencia turística mundial, así que si no estas medidas sí debemos ir pensando en algunas parecidas tanto en el conjunto de Sinaloa como en Mazatlán para poder competir con prontitud y eficacia.