Transporte alternativo sí, Periférico no
La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) encabezada por Román Meyer Falcón ha sido una de las dependencias federales más innovadoras en la llamada Cuarta Transformación. No han tenido reparo en elaborar guías, programas y recomendaciones para realmente hacer una transformación en temas territoriales en el país.
En septiembre de 2020, en plena pandemia, la Sedatu publicó un documento titulado Movilidad 4S para México: Saludable, Segura, Sustentable y Solidaria que reúne recomendaciones en temas de movilidad luego de los momentos más críticos de la reciente pandemia. De este documento deriva una Guía para la Implementación del Plan de Movilidad 4S que reúne cinco estrategias: ampliación del área peatonal, ciclovías emergentes, reducción de la velocidad, reuso de los estacionamientos y la promoción de las supermanzanas. Todo enfocado a la transformación de los modelos de movilidad que hasta ahora impera en las ciudades donde el automóvil sigue siendo el privilegiado.
La estrategia consiste en mejorar y ampliar las banquetas, generar calles peatonales, carriles exclusivos para la circulación de las bicicletas, control y pacificación del tránsito, ajustes del diseño vial para bajar velocidades y volumen de flujo vehicular, convertir en lugares más útiles (actividades de venta o consumo) los espacios destinados al estacionamiento de automóviles, entre otras propuestas. Cabe señalar que este documento lo elaboró la Sedatu en conjunto con la Secretaría de Salud, la Secretaría de Comunicaciones y Transporte, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la oficina de la Organización Panamericana de la Salud. Un trabajo verdaderamente transversal.
Mientras esto sucede, en Sinaloa se anuncia la construcción de un periférico, nada más lejano a las recomendaciones de Sedatu, de la ONU Hábitat, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y de los acuerdos de París por el Cambio Climático; temas que no parece preocupar en Sinaloa donde se habla de proyectos al estilo del siglo pasado. Desgraciadamente hay quien todavía cree que un periférico puede mejorar las insoportables condiciones de tránsito de la capital sinaloense con el discurso de “primero resolvamos lo urgente para luego atender estos temas alternativos” o el de “construir más calles es sinónimo de prosperidad y desarrollo”. Nada más erróneo que esto.
Otro documento interesante que la Sedatu publicó es donde se exponen treinta y cinco experiencias de políticas públicas, proyectos e iniciativas para promover el uso de modos de transporte sustentable como la caminata, la bicicleta y el transporte público y, a su vez, desincentivar el uso de vehículos particulares motorizados. Lo que para muchos puede ser una medida radical, es en realidad la mejor forma de corregir un modelo urbano equivocado que ha puesto al borde del colapso a muchas ciudades en el mundo de una forma casi imperceptible, como la ciudad de México que esta semana ha entrado de nuevo en contingencia por la contaminación.
En noviembre de 2018 el Implan hizo público para su consulta y posterior aprobación el Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable de Culiacán (PIMUS) elaborado por el grupo Céntrico (quienes también coordinaron la Guía Para la Implementación del Plan de Movilidad 4S). Aquel PIMUS antecedía toda la filosofía que ahora, postpandemia, promueve Sedatu pero algo no convenció a la actual administración que a cuatro años de su ejecución sigue sin aprobarse. Hoy, el plan de movilidad vigente sigue siendo el que se hizo en 2006.
Lo que sí se publicó recientemente fue el Programa Municipal de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano de Culiacán, documento que rige la planeación del municipio y no parece importar al gobierno estatal (ninguno de estos tres documentos mencionados incluye un periférico). Hace falta la transversalidad que se muestra en el gobierno federal para promocionar el urbanismo de vanguardia. La Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable, el Sistema Estatal de Seguridad Pública, la Secretaría de Educación Pública y la Secretaría de Salud (por nombrar algunas dependencias) están encabezadas por funcionarias y funcionarios calificados y probados para atender las recomendaciones nacionales e internacionales. Además, las universidades locales tienen infinidad de estudios que a través de la Coordinación General para el Fomento a la Investigación Científica y la Innovación (que también tiene director calificado) podrían tomarse en cuenta. Pareciera que esto se decide solo en la Secretaría de Obras Públicas.
En 2020 Sinaloa fue la entidad con más muertos en accidentes viales del país, y Culiacán fue el municipio número uno en el mismo rubro. Solucionar este grave escenario no implica solo hacer campañas, recomendaciones, calles, semáforos, puentes o túneles. No busquemos darle solución a la movilidad de los automóviles, busquemos darle alternativas para usarlo menos. En materia urbana, el Siglo 20 fue el siglo de los automóviles y el Siglo 21 está siendo el siglo del peatón, del transporte público y de las bicicletas. Despertemos ya, que se nos han pasado veintidós años y la gente sigue muriendo en el asfalto.