¡Totalmente Palacio (Nacional)!
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No es creíble por ningún lado que el Gobernador Rocha Moya haya decidido salvar de la asfixia a “El Químico” Benítez por voluntad propia, incorporándolo a su Gabinete como Secretario de Turismo. Un hombre con la larga experiencia del hijo predilecto de Batequitas no podía cometer un error de esas dimensiones. Su postura ante el caso era rotunda: baste echar un repaso a sus declaraciones durante semanas para confirmar que la distancia entre los dos era cada día más grande. Incluso, había avanzado tanto la demolición, que el lunes parecía el sepelio de Benítez Torres porque su rostro, pálido y desencajado, auguraba la peor de las suertes para él. Pero algo pasó en la tarde o noche de ese mismo día porque el martes por la mañana lo había resucitado un tuit del doctor Rocha, anunciado que “El Químico” gustosamente seguiría viajando (¿con agradable compañía femenina?) todas las veces que quisiera, ahora “para promover a Sinaloa”, mediante la Secretaría de Turismo.
El miércoles oficialmente se le entregó el cargo y en la fotografía el nuevo Secretario se ve regocijante pero el Gobernador Rocha Moya no pudo esbozar una sonrisa, se veía frustrado. En una segunda fotografía, al día siguiente, “El Químico” encabeza su primera acción como Secretario: una gran comelitona, con factura de 50 mil pesos, en uno de los restaurantes más exclusivos del Puerto. Se ve pleno de dicha.
La decisión de que “El Químico” se cayera para arriba, como decía Reyes Heroles, vino de un poder mayor: seguramente partió de Bucareli y se confirmó en Palacio Nacional. De otra manera Rubén Rocha Moya no podía haber aceptado. Se impuso la mano pesada del centralismo político moreno en una coyuntura muy densa. Don Augusto está haciendo todo lo posible por llamar la atención de AMLO y por fortalecer a sus aliados estatales, por eso envió hace unos cuantos días a uno de sus subsecretarios a forzar con Rocha “el acuerdo”.
“El Químico” siempre presumió gozar de la amistad del Presidente López Obrador y, por lo tanto, de su protección. Militantes de Morena y periodistas dudaban que esto, si alguna vez fue cierto, todavía lo siguiera siendo. Cuando avanzaba el proceso legal contra él se decía que el hombre de Palacio Nacional ya no lo atendía y que lo había abandonado a su suerte. Bueno, pues de manera sorpresiva, Guillermo Benítez resucita. Si no fue con el oxígeno del todopoderoso ¿de quién más? ¿Lo suministró, solo, don Augusto?
Quienes lo decidieron, ¿pensaron en algún momento el daño que le harían a la imagen política de Sinaloa y al Gobernador Rubén Rocha? Obviamente no, porque en Bucareli solo están pensando en la candidatura de 2024.
Mientras tanto, “El Químico” ríe, se sacude la crítica, se la traspasa al Gobernador y éste acumula cornadas en un par de días que nunca había recibido en toda su vida. Las redes sociales en todo el estado descargan su furia sobre Rubén Rocha mientras en la Ciudad de México saborean el nombramiento del héroe de las chicas del Ayuntamiento y exoneran al “amigo” del Presidente de todos los cargos levantados contra él.
Rocha Moya a lo largo de un año ha sido bien calificado por la ciudadanía sinaloense, lo ubicaron entre los tres mejores gobernadores del País. ¿Qué pasará en la próxima evaluación? Porque el costo de verse obligado a proteger a Benítez Torres es, al menos en estos primeros días, enorme.
La maniobra de acorazar a “El Químico” tiene un complemento: meter nuevamente al PAS al Ayuntamiento de Mazatlán para fortalecer a Héctor Melesio Cuén en su tarea de promover la candidatura del tabasqueño en 2024, quien, por cierto, dice que sus paisanos son más inteligentes que los habitantes de estas tierras y de todos los vecinos del norte.
Así es, meten a Rafael Mendoza, el jefe político del PAS-UAS en la zona sur, como Secretario del Ayuntamiento de Mazatlán a pesar de que Rocha Moya lo había despedido de la Secretaría de Turismo. La maniobra estaba cantada desde que los regidores del Partido Sinaloense reclamaban a Mazatlán como plaza suya, debido a que “El Químico” había ganado las elecciones con las siglas de su partido. Mendoza regresa a operar desde el Ayuntamiento las tareas para fortalecer al aliado tabasqueño de su jefe, Melesio Cuén.
Por otra parte, ¿cómo es posible que se deje como relevo a Édgar González, quien le ha cubierto las espaldas todo el tiempo a Benítez Torres y quien también firmó el contrato con Azteca Lighting, el pecado original de este penoso caso, uno de los episodios más vergonzosos en la historia de Mazatlán? ¿Y si le falsificaron la firma como dice, el delito a quién se le achaca? ¡Pues al señor de las pachangas!
Es tal el poder de Bucareli y tantos sus deseos de tener más que obligará a que el Congreso del estado de Sinaloa, la ASE y la Fiscalía sepulten -a ver cómo lo hacen pero lo van a hacer- todos los procesos legales iniciados y muy avanzados para proteger a Benítez y a González. En medio de todos ellos el único golpeado es el Gobernador Rocha Moya.
Rubén Rocha tiene a miembros de Morena de toda su confianza en Mazatlán, uno o una de ellos podía haber relevado al contratador de Azteca Lighting. Manuel Guerrero o Elsa Mascareño se cuentan entre ellos. Son personas honorables, leales y de experiencia comprobada en cargos públicos, pero fueron marginados por amarres extraños a Sinaloa.
No sabemos si el vendaval que le generaron a Rocha Moya se va a convertir en un estigma permanente, si se pueda recuperar de este tremendo golpe político; pero tendrá que remar vigorosamente contra corriente para quitarse de encima el alud de críticas que se han generado en Mazatlán y otras partes del estado. Por el bien de Sinaloa tendrá que ser así.
Dentro de este tremendo desajuste se llevaron entre las patas a un hombre honorable, capaz y discreto, Alejandro Camacho, quien fue eliminado de la administración pública como oficial del Registro Público de la Propiedad en Mazatlán, para ser sustituido por la señora Rosario Torres, ex Secretaria de Turismo.
¿Es que siempre tiene que perder la gente decente y valiosa?