Todos somos piezas del ajedrez criminal
Clamor común: regrésenos al profe Paul

Alejandro Sicairos
28 junio 2024

Será difícil trazar hipótesis sobre las autorías intelectual y material que intervinieron en la privación ilegal de la libertad del maestro ajedrecista Paul Omar Pérez Avendaño, perpetrada el 25 de junio, sobre todo porque el delito ocurre en Navolato que es un municipio donde la delincuencia organizada devora cualquier principio de legalidad por la preocupante ausencia de autoridad y la marcada presencia del crimen. Pero en tal panorama de salvajismo todavía es posible lanzar una súplica a los captores para que reintegren a la víctima con su familia, debido a que nada malo pudo haber hecho para vivir el suplicio al que es sometido.

No es extraño que sucedan en Navolato episodios de violencia de este tipo, pero sí es atípico que el afectado sea un navolatense socialmente validado por su contribución que es como granito de arena en la extenuante faena de sustituir la historia de juventud seducida por el narcotráfico y que predomine la de una generación nueva moldeada por oportunidades lícitas y valores humanos cardinales. El municipio ex cañero ve ahora mismo afectados sus quehaceres económicos y sociales por el hampa que diversifica sus alcances con tal de abarcarlo todo.

Al movilizare los navolatenses desde el martes, actúan desde un caso particular para prevenir que la desgracia toque a las puertas de sus casas, que la extorsión deje de paralizar la actividad turística en Altata, que la policía preventiva retome la protección a los íntegros en vez de darla a los delincuentes, que el Presidente Municipal entrante suprima la insensibilidad que la Alcaldesa actual muestra ante las víctimas, y que las nuevas generaciones conozcan referentes de esperanza y fundamentos en pro de vidas dignificantes.

Por eso ayer, con toda la esperanza puesta en que el profe Pérez Avendaño pronto esté en libertad sano y salvo, la familia, amigos y solidarios acudieron a la sede de la Fiscalía General del Estado apostándole primero a las instituciones en la acción restablecedora de la civilidad, movilización que no es otra cosa que la pregunta a un solo grito de por qué este tipo de ciudadanos pacíficos se vuelven objetivo a atacar por la delincuencia, qué se quiere de ellos y cuándo la gente de bien estará en paz bajo la convicción de que si nada debe nada tema.

Antes las instancias de procuración de justicia que la necesidad que oscila entre el atento exhorto y la maldita desesperación, suplicándole a la delincuencia que tenga misericordia de aquellos que somete a inhumanos designios sabiendo que el ataque adquiere el efecto de propagación hacia comunidades enteras. Si es preciso tal llamamiento desde una sociedad desamparada por el gobierno y arrodillada ante los facinerosos, vale la pena implorar que devuelvan al ajedrecista a su entorno familiar y vecinal.

Cuando a una familia, la que sea, le cae el mundo encima al atravesar por la terrible circunstancia de la desaparición forzada de uno de los suyos, es la sociedad entera la afectada por la avalancha de inseguridad pública, pues desde la incidencia individual inicia el derrumbe de los principios de legalidad, certidumbre y convivencia cimentadas en el Estado de derecho. La víspera del alud de salvajismo comienza con el caso de otro cuya existencia queda en vilo por la impune acción criminal.

El caso del ajedrecista que ha obtenido los honores en torneos nacionales e internacionales, que es además el ciudadano ejemplar que enseña las destrezas de la inteligencia como antídoto contra los peligros que acechan a niños y jóvenes, el maestro que solamente blande el juego de mesa contra sus victimarios, no es otra cosa que la alerta en turno que avisa del inicio de la cuenta regresiva en la lucha por salvarnos entre nosotros mismos, unos a otros, o cada quien desde sus posibilidades.

El plantón realizado ayer en la sede de la Fiscalía reiteró la exigencia que Sinaloa hace al unísono para que Paul Omar sea tratado y protegido desde su enorme naturaleza de ciudadano ejemplar, petición a la que se unen organizaciones como la Federación Nacional de Ajedrez de México, Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de Sinaloa, Comisión Estatal de Búsqueda de Personas, Secretaría de Educación Pública y Cultura y principalmente la niñez que necesita al instructor ajedrecista.

Tal vez los maleantes ni saben a quién tienen retenido o se trate de una equivocación. Quizá rectifiquen y en el último reducto del humanismo hallen la claridad de intenciones y regresen ileso al navolatense. A lo mejor para hoy despertamos con la noticia de la reinserción del ajedrecista profesional a su hogar. Y posiblemente ya les haya llegado a sus madrigueras el murmullo de fe en que recapacitarán y el eco del rezo colectivo los motive a redireccionar la conducta delictiva hacia la compasión con la víctima y su familia.

Ojalá que los que se llevaron a Paul Omar Pérez deletreen los sentimientos de un Navolato angustiado.

Que hará un diestro movimiento,

El profe Paul, a todos nos late,

Para salir de su aislamiento,

Asestándole un jaque mate.

El amanecer de miedo le correspondió ayer a la colonia Las Mañanitas de Culiacán cuando los vuelos de helicópteros militares, casi a ras de los techos, interrumpieron el sueño de los habitantes y los sometieron a la pesadilla de una realidad que obliga a apretar el cuerpo, meterse bajo la cama y tomar el rosario al no saber si las aeronaves artilladas lanzarían balas que sin protocolo de sálvese quien pueda impactarían también contra las viviendas de los inocentes. ¿Por cuánto tiempo más ese Culiacán aterrador?