Tierra de nadie
Con el desorden que se cargan en el desarrollo inmobiliario en la ciudad, se ha perdido de vista el mismo o mayor desorden que se aprecia en las zonas cercanas a la ciudad.
En ejidos como El Habalito, El Chilillo, Las Higueras, Lomas de Monterrey, Venadillo, El Conchi y Miravalles, por citar algunos, se ve un “desarrollo inmobiliario” que debe empezar a preocupar a las autoridades correspondientes.
En esas zonas ya se pueden ver lotificaciones y fraccionamientos informales que no cuentan con los permisos necesarios para garantizar servicios públicos y seguridad jurídica a los compradores.
Por si no lo sabían, no se puede dividir un predio, así como así. Se requiere una autorización del Cabildo del Ayuntamiento local para que esa división funcione como un fraccionamiento.
En ningún ejido de los que he citado existen autorizaciones del Cabildo del Ayuntamiento local, es decir, el fraccionamiento de lotes se está llevando al margen de la ley y de forma irregular.
Por si esto no bastara, en algunos de esos fraccionamientos campestres irregulares, se han desmontado grandes extensiones de tierra sin contar con los permisos de Profepa y Semarnat.
Los delegados en el estado de esas oficinas de gobierno están pintados o no ven o no quieren ver los actos ilegales que se están llevando a cabo con los fraccionamientos campestres que se empiezan a ofrecer.
Vender lotes de terreno sin los permisos correspondientes, puede incluso configurar el delito de fraude previsto en el artículo 216, fracción VI del Código Penal de Sinaloa.
Quienes están comprando esos lotes irregulares pueden llevarse la desagradable sorpresa de que nunca van a contar con los servicios públicos que les prometieron y/o nunca van a poder escriturarles dadas las ilegalidades que le platico.
Y los colegios de profesionistas y cámaras empresariales, que se supone deben estar al pendiente de que este tipo de cosas no sucedan, están, como siempre, cruzados de brazos limitándose a tocar el tema en desayunos y charlas de café.
A todos nos gustaría tener un terrenito en el campo, en un lugar agradable y disfrutar de la naturaleza. Sin embargo, ese sueño se puede volver una pesadilla si no se pone atención a lo que se está comprando.
No compre aire ni ilusiones, cuide el dinero que tanto le ha costado ganar e inviértalo inteligentemente. Antes de soltar su dinero, pida que le muestren los permisos del Ayuntamiento que autorizan el fraccionamiento y lotificación correspondiente, no vaya a ser que está comprando algo en la tierra de nadie.