¿Tiene Pemex alguna solución?
Conociendo la situación operativa financiera, sindical y antecedentes históricos de Pemex, cualquiera podría opinar que la única solución es cerrarlo y volver a empezar el negocio petrolero; veamos los elementos más conocidos sobre la operación, resultados y antecedentes de la paraestatal:
1.Ya tiene una deuda acumulada de 106 mil millones de dólares que han de costar más de 3 mil millones de dólares anuales en intereses.
2.Varios años ha reportado pérdidas contables y fiscales, aunque no en cuanto a sus resultados de operación (sus ingresos menos sus gastos operativos), que gracias al buen precio del crudo han sido positivos, pero si baja el precio internacional a menos de 30 dólares el barril, se tienen dificultades para obtener ganancias.
3.Pemex reporta tradicionalmente pérdidas netas al aplicar los intereses de la deuda y los impuestos que le retiene el fisco.
4.Pemex además aparece como una empresa ineficiente, pues, aunque el ramo de exploración y producción de petróleo es ganancioso, la operación de la sección de refinerías siempre pierde.
5.Las seis refinerías tradicionales son viejas y obsoletas, cuando mucho operan al 50 por ciento de su capacidad y generalmente les falta mantenimiento, no sólo preventivo, sino mantenimiento de modernización, para lo cual se tendría que parar la producción durante varios meses en cualquiera de ellas.
6.La corrupción dentro de Pemex es terrible, ya sea por robos en la distribución en pipas, en las ventas internacionales en barcos, en las fugas constantes y crecientes del llamado “huachicol”, en ocasiones promovido, tolerado o por ineptitud de la administración.
7.El sindicato de Pemex tiene fama de voraz, ineficiente y con personal excesivo, que hace que el costo de mano de obra sea mayor que el de otras empresas petroleras, inclusive más caro que Petrobras de Brasil.
8.Pemex ha estado sufriendo constantemente de accidentes y derrames que lo obligan a parar la operación en las plataformas marinas y en las refinerías.
9.Pemex está catalogado como una de las petroleras más contaminantes del mundo, ya sea por la constante quema de gas que no puede aprovechar en la extracción del crudo, por los derrames en el mar y por la enorme producción de combustóleo, pues la empresa extrae principalmente crudo pesado, que al refinarse produce más combustóleo que gasolina; el combustóleo prácticamente no tiene mercado, por lo que se le vende a la CFE para que lo utilice en la generación de electricidad, con un alto índice de contaminación.
10.Con criterios como el expuesto por el Presidente López Obrador de que “para sacar petróleo todo lo que hay que hacer es un pozo y bombear”, es razón por la cual no se designa personal capacitado para que Pemex opere con criterio empresarial o sea con criterios de productividad, de competitividad y de innovación.
11.México compró el 50 por ciento de las acciones de la refinería de Deer Park en Estados Unidos, para tener la propiedad casi total, pero, aunque esa empresa sí es gananciosa, su operación no puede acumularse a la producción y operación de México.
12.Ahora, ya se está terminando la nueva refinería de Dos Bocas, con un costo de más de 15 mil millones de dólares. Dos Bocas costará más del doble que Deer Park y va a iniciar apenas su proceso de pruebas, que es generalmente muy largo y además la producción de gasolinas es lenta. Llegar al 100 por ciento todavía es un largo proceso, si se logra.
13.Además de lo anterior, para surtir de crudo a la nueva refinería se va a disminuir la exportación de petróleo, que es el negocio que sí le da utilidad a Pemex, crudo que se va a entregar a la sección de refinación que opera con pérdidas. Lo anterior porque el sindicato petrolero se encargará de la operación de la nueva refinería, con toda la cauda de corrupción e ineficiencia ya probadas y comprobadas.
14.Finalmente, aún cuando Dos Bocas operara al 80 por ciento de su capacidad y obtuviera utilidades, estas no alcanzarían a cubrir las pérdidas de las 6 refinerías obsoletas.
Con esta carga encima, la pregunta planteada en el título de esta columna, de si Pemex tiene solución, la respuesta es que sí la tendría, si se manejara con criterio empresarial. Habría que iniciar un proceso de cambio operacional progresivo, pero con un gobierno con visión de futuro para México, no sólo para el gobierno, o los administradores, ni para el sindicato, sino para los mexicanos.
En la siguiente columna se comentarán algunos caminos de solución.
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