Tercera propuesta para Ismujeres. Nuevo perfil por la vía del acuerdo
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Están por cumplirse cuatro meses desde que el Gobernador Quirino Ordaz Coppel propuso a Eva Joaquina Guerrero Ríos como nueva directora del Instituto Sinaloense de las Mujeres y el tiempo transcurrido hace inviable tanto al perfil seleccionado como el mecanismo de aprobación que luce trabado en el Congreso del Estado. Apremia una tercera opción que antes de llegar a que el Legislativo lleve a su favor el acuerdo para no destinarle mayor esfuerzo parlamentario a un asunto que bien pudo ser de trámite si no estuviera sujeto a la medición de fuerzas políticas.
Llevar a Guerrero Ríos a presidir el Ismujeres significa a estas alturas asestarles golpes certeros a la credibilidad y la legitimidad del Instituto porque, hay que ser claros en esto, cualquiera de las otras 19 que se registraron para la selección de una prospecta tiene mayor trayectoria y vocación por sacar adelante al organismo defensor e impulsor del sector femenino. Además, el desgaste de la carta de Quirino Ordaz es irreversible.
Lo que llama la atención es que tan valioso denuedo sea derrochado en la asamblea legislativa en defensa de un currículum de mucho negocio y plazas en el servicio público, pero de nula aptitud o ganas de defender a las mujeres. Se ha desestimado la importancia de la institución reduciéndola a una especie de baldío donde cualquier precarista puede llegar a sentar sus reales sin siquiera haber armado antes un portafolio de convicciones.
Sin embargo, las cosas suceden por algo. Desde la dificultad para conseguirle el pase legislativo a Eva Guerrero, añadido el coronavirus que dificultó protocolizar la maniobra, emana la indicación a utilizar todas las vías de la negociación política, que no es la mismo que la perversión del avenimiento. La arcaica costumbre de jugar a las vencidas en el Congreso pasó de moda, tanto como se fue al basurero de la historia la práctica priista de la aplanadora.
Si tuvieran la sabia virtud de interpretar el tiempo, las fuerzas que se confrontan ya habrían salido del atolladero sin enlodarse tanto. Morena tiene razón en rechazar una propuesta que no resiste la prueba de las convicciones y el PRI se aferra en la defensa del derecho que la ley le da al jefe del Ejecutivo Estatal para designar a quien quiera en el Ismujeres. Y una minoría oportunista lucra con la incapacidad morenista y priista para contar en la Cámara con mayorías calificadas.
Y ahí están empantanados Gobernador, PRI, Morena y la aspirante por la ausencia de capacidad para empujar acuerdos, renunciar a ambiciones, desenredar madejas o quitarle las bolas al agua al engrudo. Si en realidad compartieran la misión de darle la mejor capitana al Ismujeres, todos cedieran un poco para acercarse al punto de encuentro llamado Sinaloa.
Para eso existen las posibilidades intermedias y la Red de Mujeres Anticorrupción de Sinaloa está señalando un desenlace airoso: de manera conjunta el Gobierno y el Congreso del Estado pueden revisar las idoneidades de las 19 mujeres que se apuntaron para el proceso de selección y sacar una propuesta que de antemano unifique el voto de los integrantes de los grupos parlamentarios, cerrando así un ciclo de desencuentros que ha salido económica y políticamente caro.
Tanto el Movimiento Regeneración Nacional como el Partido Revolucionario Institucional ya comprobaron que como bancada no pueden solos. Esa franja de diputados “comodines” que es muy conocida pero nadie sabe con qué intereses amanecerá mañana, estará siempre dispuesta a cotizarse alto en la subasta del poder sin que el costo a pagar valga la pena en un asunto que no es de alta prioridad.
Al jugarse la incuestionable capacidad de cooptación de diputados ajenos al PRI en una cuestión irrelevante para la real politik, se despilfarra la carta que el Gobernador y su partido debieron mantener bajo la manga para, por ejemplo, lograr que la 63 Legislatura apruebe la contratación de recursos extraordinarios para hacerle frente a las aún incuantificables consecuencias de la pandemia de coronavirus en Sinaloa.
Fue exagerado el fervor hacia una sola persona cuando el entusiasmo tendría que centrarse en un mejor Ismujeres, la inmedible terquedad a derrochar el “maíz” que pronto se ocupará en cuestiones fundamentales, las innumerables evidencias de siniestra fragmentación de una mayoría a la que se le fueron los predeciblemente desleales. ¿Y todo para qué? ¿Para poner en la agenda lo baladí en momentos en que hay una emergencia de salud pública?
En fin, para resolver este galimatías debiéramos preguntar sin ánimo de agredir a nadie, pero sí con ganas de construirle los mejores andamios a la funcionalidad gubernativa, cómo le haría Eva Guerrero para atender las cuatro plazas que tiene como docente, tres de éstas como maestra de secundarias foráneas y una como profesora de educación física, además de sus actividades como periodista y empresaria, sin que ello implique darle migajas de esmero al Ismujeres.
Reverso
En este asunto de mujeres,
Es muy fácil resolver,
¿Por qué diablos imponer,
A quien no hace tales deberes?
Trapecio flojo
A pesar de la transmisión brumosa por la “caída del sistema” durante la sesión del jueves 9 de julio, los trapecistas legislativos se movieron a sus anchas en la cuerda floja de las componendas para que Morena quedara en ridículo al ser mayoría legislativa, pero sin serlo a la vez. Cuatro diputados y diputadas se le fueron con el PRI (Mariana Rojo, Apolinar García Carrera, Flora Isela Miranda Leal y Jesús Palestino Carrera) y tres no asistieron (Rosa Inés López Castro, Beatriz Adriana Zárate Valenzuela y Cecilia Covarrubias González) sin que, por supuesto, esto se le deba atribuir a la Divina Providencia.