Sputnik V: la vacuna rusa que no está lista

Alberto Kousuke De la Herrán Arita
15 agosto 2020

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alberto.kousuke@uas.edu.mx


Las vacunas son uno de los mayores logros de la medicina y la salud pública.

La vacuna rusa para el coronavirus (SARS-CoV2) ha sido nombrada “Sputnik V” en referencia al primer satélite artificial llamado “Sputnik 1”, el cual fue lanzado por la extinta Unión Soviética (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS) en el año de 1957 en medio de la Guerra Fría.

Para la URSS, Sputnik 1 representó una de tantas victorias en la carrera espacial que libraba contra Estados Unidos.

De igual manera, Sputnik V (V= vacuna) representa para Rusia una victoria en la carrera de la vacuna contra el coronavirus. Asimismo, se ha convertido en un símbolo de orgullo nacional, particularmente para el Instituto de Epidemiología y Microbiología Gamaleya en Moscú, Rusia.

Sputnik V es un vector viral, es decir, una vacuna que contiene un adenovirus (el que causa el catarro común) modificado genéticamente para expresar una proteína del coronavirus (proteína del pico). De esta manera, se estimula al sistema inmune para reconocer la proteína del coronavirus y generar memoria para lograr protección contra el Covid-19.

La vacuna debe administrarse en dos ocasiones con 28 días de separación para poder lograr la inmunidad necesaria y estar protegidos del coronavirus.

¿Qué tan segura y efectiva es Sputnik V?

Una vacuna nueva usualmente tarda 10 años en ser desarrollada y aprobada. El proceso se divide en dos etapas, pre-clínica y clínica. Durante la etapa pre-clínica se investiga en células y modelos animales para determinar la seguridad y la efectividad potencial de la vacuna.

La fase I de la etapa clínica involucra un pequeño número de sujetos sanos para determinar la dosis adecuada, así como su seguridad en humanos. La Fase II involucra más voluntarios para determinar si la vacuna logra inducir una respuesta inmune, así como probables efectos secundarios.

La fase III es la que determina si la vacuna es realmente efectiva para prevenir una infección, además de corroborar si es segura. En esta fase, la vacuna se aplica a miles de voluntarios.

Los investigadores rusos han registrado los estudios realizados en la fase I y fase II, los cuales fueron completados a finales de agosto. Los reportes indican que no se han observado efectos secundarios y que la vacuna induce una respuesta inmune. No obstante, los resultados detallados no han sido liberados al público ni a la comunidad científica.

En otras palabras, Sputnik V no ha sido sometida a todo el repertorio de evaluaciones que requiere una vacuna. Cabe mencionar que la vacuna ya se encuentra en la fase III en países como México, Brasil, Arabia Saudita, y Emiratos Árabes Unidos.

Aunque las vacunas hechas con vector adenovirus son muy comunes y seguras, sin los datos clínicos no se puede asegurar que la vacuna sea segura y efectiva.

Administrar una vacuna inefectiva resultaría contraproducente, no sólo porque daría una sensación de falsa seguridad en las personas vacunadas (lo que conlleva a más contagios y muertes), también crearía más desconfianza en las vacunas (movimiento anti-vacunas).

Dada la emergencia sanitaria que ha ocasionado esta pandemia, todos los laboratorios que se encuentran trabajando en la vacuna han puesto el pie a fondo en el acelerador. Es un esfuerzo titánico el que están realizando, trabajando a marcha forzada para poder obtener una vacuna que normalmente tomaría 10 años en desarrollarse. Por tales motivos, absolutamente todos los laboratorios del mundo han sido un poco laxos con las fases clínicas de desarrollo.

A pesar de que necesitamos la vacuna contra el coronavirus para poder salir de esta pandemia, no debemos de dejar de ser objetivos y analíticos. No hay que “echarle todos los kilos al asador” a la vacuna rusa, puesto que es solamente una de tantas vacunas que se encuentran en fase III de desarrollo clínico.

Hoy en día, no existe una vacuna contra el coronavirus lista para aplicarse en la población general. Estas no son malas noticias, actualmente existen más de 100 vacunas en desarrollo (OMS, https://bit.ly/2PVhZIj) y 11 de ellas se encuentran en la fase III.

Hay que seguir con el distanciamiento social, las medidas de higiene, comiendo sano (nada de alimentos y bebidas procesadas), y no desesperarnos.

Si somos realistas, la vacuna estará lista para el próximo año.

Dosvedanya, camaradas.