Solidaridad
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Desde su prolongada campaña por la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador anunció que su propuesta esencial como aspirante al gobierno era la transformación del país, y enfocó entre sus objetivos neurálgicos las áreas de la corrupción y la justicia. Ahora, después de 21 meses en funciones, la llamada Cuarta Transformación está registrando acciones que en la forma resultan sensacionalistas, pero que en el fondo no corresponden precisamente a la esperanza ciudadana que impulsó el histórico tsunami electoral de julio 2018.
El juicio que protagoniza Emilio Lozoya Austin podría significarse como una acción histórica en contra de la corrupción y la impunidad en nuestro País, pero esa estimación se desdibuja en principio ante el hecho de que el presunto delincuente detenido en España, en el transcurso de su traslado a México pasó a ser virtual testigo de cargo cuyas declaraciones están produciendo impactos noticiosos, pero no certidumbre, pues priva la especulación en torno a las posibles condiciones que se antepusieron para dar al enjuiciado el favorecido trato que está recibiendo.
El curso de ese proceso se perfila hacia la posibilidad de una acción judicial en contra del ex presidente Enrique Peña Nieto, aunque en la “mañanera” del martes anterior el Presidente López Obrador habló de una extensiva triada en la que incluyó como posibles vinculados a Carlos Salinas de Gortari y a Felipe Calderón Hinojosa. Puntualizando, y de acuerdo con su característico arbitrio, el hombre de Macuspana aclaró que, si se llegara a realizar, el enjuiciamiento de Peña Nieto tendrá que ser decidido por el pueblo, mediante una de las consultas ciudadanas por él instituidas.
Como respuesta a los videos en los que David León Romero aparece entregando dinero a Pío López Obrador, explícitamente como apoyo a Morena durante la campaña electoral del 2018, Andrés Manuel López Obrador calificó el hecho como un impulso de solidaridad que no puede ser tipificado como un delito del tipo y del monto de los que se cometieron durante la etapa del neoliberalismo. Esto puede interpretarse como la observación de que en el caso de Morena la corrupción no tiene cabida; sólo existe el apoyo popular.
Sin embargo, después de argumentar esa discutible dicotomía López Obrador se ha manifestado dispuesto a comparecer y declarar en torno a ese caso que lo involucra, y lo hará tan pronto la Fiscalía General de la República lo convoque. -“No es la primera vez que voy a defenderme. Siempre he salido ileso de la calumnia” -dijo antes de acotar a manera de advertencia: -“Y aprovecho también para hablar de los que me acusan”.
En torno a la realidad tan agravada por los castigos del Covid 19 y las impactantes repercusiones económicas que el país está resintiendo, las expectativas ciudadanas son cada vez más confusas y justificadamente desalentadoras, aunque persiste el empeño de contemplar algún día el orto de la recuperación, como respuesta al tenaz recurso de la esperanza.
En el aspecto de atención socioeconómica, los programas de apoyo a los adultos mayores y a la población estudiantil responden a un buen propósito presidencial, pero su ejecución es perfectible por cuanto a ubicar con mayor precisión los efectos inherentes a la propuesta de combatir la pobreza que hoy se ve incrementada con las crecientes capas de damnificados por la pandemia.
Y con el arranque de un ciclo escolar sin precedentes, por la modalidad de educación a distancia basada en la impartición de clases mediante la televisión y algunos medios de comunicación digital, surge un reto para los padres de familia, ahora responsables directos del aprovechamiento lectivo de los escolares que tendrán en su casa el aula virtual.
Con ese inédito sistema educativo aflora un ingente reto a las autoridades ante la insuficiencia o carencia total de medios digitales en numerosas poblaciones rurales del País, y esa emergencia se hace también demanda para la sociedad, como un llamado a la solidaridad.