Sofismas
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Un grupo de gobernadores, en su mayoría del Partido Acción Nacional, se ha revelado exigiendo al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, mayores recursos económicos de la Federación; el Gobierno federal les respondió que la Federación no les adeuda un solo centavo atrasado de lo que por Ley les corresponde: a cada una de las entidades la Tesorería de la Federación les entrega puntualmente lo recaudado correspondientes.
Después de esa puntual tapaboca del Gobierno federal, quedan claros los fines de los gobernadores, lo que en el fondo subyace es una maniobra politiquera con motivo de las elecciones que culminarán el 1 de julio del 2021, esa es la razón que tratan de explorar los gobernadores oportunistas, por cierto la mayoría de ellos cuentan con una mala imagen en sus entidades.
Los escarceos de parte de los gobernadores se veían venir desde hace un buen rato, cuando menos desde la debacle del PRIAN en las elecciones del 2018, y de los partidos satélites que pululan en su entorno en alianzas sin principios, como mercenarios en cada elección los partidos llamados chicos buscan aliarse al mejor postor, los ciudadanos los tienen bien identificados a esos portadores de franquicia más que partidos políticos, los electores los tienen en el justo lugar que les corresponde de acuerdo con sus expectativas electorales.
Por otra parte, hay una crisis en la credibilidad de los partidos políticos arraigada en la conciencia ciudadana, por el comportamiento de los partidos tradicionales durante el periodo neoliberal; quedaron marcados como cómplices de la corrupción y en los demás males característicos de esos gobiernos en el territorio nacional.
Priistas y panistas celebran con bombo y platillo el resultado de la elección de Coahuila y Hidalgo, pretenden vender la idea de que los ciudadanos olvidaron los nefastos gobiernos que encabezaron durante 36 años que duró el periodo neoliberal, ese falso ilusionismo los va llevar a un tobogán que les va provocar un trauma al despertar a la realidad en la elección del 1 de julio del 2021; los latrocinios infringidos en detrimento de la sociedad son de profundo calado, imposible que el pueblo perdone a sus verdugos, van a pasar décadas para atenuar sus efectos de los daños causados a los ciudadanos y sobre todo a los más vulnerables de la sociedad, los gobiernos del pasado dejaron una negra estela de inconformidad y rechazo que no se borra en el corto tiempo.
Además de lo anterior habría que agregar los cambios que tienen lugar en muchos aspectos de la vida nacional; los opositores están moralmente derrotados de antemano, porque parten de sofismas que los ciudadanos han aprendido a identificar con facilidad, y no se van con la finta de confundir gato por liebre; esos tiempos están superados por la experiencia adquirida, los ciudadanos identifican a los que buscan proteger sus intereses sin importarles los del conglomerado social. Han despertado de su letargo y marchan con su adarga bajo el brazo despertando entuertos. La derecha se ha unido en una cruzada, tratando de desestabilizar al gobierno de la Cuarta Transformación. Se está alcanzando en muchos rubros de la vida nacional, una transformación equiparable a una Revolución pacífica. Lo que tiene desconcertada a la derecha incapaz de entender el profundo apoyo popular con cuentan las iniciativas que se vienen poniendo en marcha con el entusiasta apoyo social.
El activismo desplegado por el Presidente López Obrador está estableciendo hitos en muchos puntos del País, imposibles de revertirse y eso tiene un peso invaluable para consolidar el futuro, cuenta con el beneplácito de la ciudadanía; va defender con mucha energía, no habrá condiciones de regreso a las políticas del cohecho y la simulación.
Los ciudadanos confían que el País se encuentra en el umbral del advenimiento de la democracia verdadera, así como las libertades plenas en su desarrollo indetenible para bien de su pueblo.