Sobriedad feliz

Rodolfo Díaz Fonseca
22 julio 2024

Pierre Rabhi es un campesino argelino que nació en el Sahara y ha logrado lo que muchos han intentado, pero no conseguido: cultivar selectas plantas gracias a una técnica de abonos orgánicos desarrollada por él, a fin de obtener suculentas cosechas en una franja de terreno que atraviesa África desde el Atlántico hasta el Mar Rojo, conocida como Sahel, la cual limita con el desierto del Sahara y con la sabana sudanesa.

Para transmitir su rica y vasta experiencia, Rabhi publicó en 2013 un libro titulado Hacia la sobriedad feliz, donde defiende el concepto de agricultura ecológica; es decir, totalmente respetuosa del medio ambiente para preservar los recursos naturales, de manera que se puedan planificar “oasis en todas partes”.

Ante la crisis climática que agobia al planeta, urgió a tomar medidas emergentes que permitan poner fin al círculo vicioso y antropófago que no sólo amenaza, sino que subvierte nuestro orden y civilización.

Su propuesta es volver a la austeridad y sobriedad antigua, que permitía gozar del medio ambiente y estar en comunión directa con la naturaleza, a fin de frenar la insaciable maquinaria de consumo que, en su injusta y desigual búsqueda de crecimiento económico supedita todo al lucro, mientras aniquila y devora el equilibrio ecológico del planeta.

Lógicamente, quienes tienen la sartén por el mango; es decir, quienes más se benefician en esta sociedad de consumo, no estarán de acuerdo con el enfoque de sobriedad y argumentarán que desde esta óptica se privilegia la miseria.

Empero, otro autor, Ismaël Diadié Haïdara, quien es historiador y filósofo de Mali, escribió una obra titulada De la sobriedad, donde señaló: “La pobreza voluntaria no es la voluntad de estar en la miseria, sino el constante esfuerzo de vivir con sobriedad”.

¿Vivo con sobriedad feliz? ¿Practico una ecología interior?

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